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El crudo relato de Florinda Meza sobre los últimos días de Chespirito

Autor: admin_copesa / 9 septiembre, 2015

La muerte de Roberto Gómez Bolaño, Chespirito, golpeó a varias generaciones. El actor y comediante falleció el 28 de noviembre del 2014, a los 85 años, dejando un enorme legado, que tiene en el “Chavo del Ocho” su personaje más recordado y querido –LAS 50 IMÁGENES DEL FUNERAL DE CHESPIRITO AQUÍ–. Los primeros reportes indicaban que el mexicano murió a causa de una insuficiencia cardiaca, luego de vivir un largo tiempo en un delicado estado de salud debido a diversas enfermedades. 

 

Pero ocho meses después, Florinda Meza reveló la verdad. La viuda de Chespirito, e intérprete de “Doña Florinda” en el “Chavo”, habló por primera vez de los últimos días de su fallecido esposo, en entrevista con el programa Ventaneando, del canal TV Azteca –VEA AQUÍ LOS VIDEOS–. Allí reveló que un Parkinson tardío terminó por acelerar su muerte. Mire parte de sus dichos: 

 

“Él estaba muy bien. Resulta que no sabíamos qué pasaba. Una enfermedad multiinfartos fue lo que nos dijo el neurólogo de aquí. Y muy tarde nos enteramos, en Cancún, por la neuróloga de allá, que al presentarse nuevamente otros síntomas, que yo le dije al doctor que estos síntomas, como yo lo veía allá, el médico iba a recámara, si era necesario, o en sala de terapia intensiva. Todos los médicos iban a la casa. Entonces, la neuróloga empezó a hacerle una serie de pruebas, porque los cambios de personalidad, que había empezado a sufrir desde mucho antes, eran más esporádicos. Cosa muy rara, porque un hombre tan bueno, tan tolerante, tan indulgente, tan decente, cómo de pronto se ponía violento conmigo y me decía cosas horribles. No lo podía creer.

 

“Y luego, él se sentía muy mal. Sabía que algo había pasado, pero no podía recordarlo. Y resulta que tenía un Parkinson muy tardío que aceleró todo el resto de sus problemas. Es muy doloroso como, día a día, tu pareja se iba deteriorando y no puedes hacer nada (lo dice con la voz quebrada), absolutamente nada.

 

“Yo tenía mucho miedo. La verdad es que he vivido en el pánico. No sé cómo lo he aguantado. Un verdadero pánico los últimos tres años. Pánico a eso, que alguien me dijo de pronto, ‘¿qué vas a hacer con tu vida cuando fallezca Roberto, con tu tiempo y con tu vida? Y estoy aprendiendo a vivir de otra manera. Estoy sobreviviendo, digamos. 

 

“Él siempre fue un hombre de convicciones, de gran lealtad. Él siempre fue muy leal a Televisa. Hablábamos de la muerte. ‘A mí que me lleven al Estadio Azteca. Es más, como un gran partido de fútbol, quiero el estadio lleno y nada de lágrimas ni de besos’.

 

“No quería oírlo (sobre la muerte). Nosotros hablábamos de muerte y nos reíamos de ella, nos mofábamos de ella, cuando la muerte estaba muy lejana, cuando trabajábamos, cuando estábamos en activo. Pero cuando sabes que la muerte está cerca, yo no quería hablar de eso, y él me decía a mí ‘Bonita, es lógico, tengo que morir antes que tú, soy 20 años mayor. Es necesario’. Cuando dijo que quería hacer un testamento, yo me sentía muy mal. No sabía ni a quién llamar. Me dice, ‘¿y cómo que a quién? ¿Y mi amigo Juan? Nuestro amigo de Cancún que es notario’. ‘Llámalo tú que yo no le hablo ¿Por qué hacer un testamento si no te vas a morir?’. Me tapaba los oídos y le decía, igual que en El Chavo, ‘¡no oigo, oigo, soy de palo, tengo orejas de pescado!’… No quería oírlo hablar de muerte”.

 

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