Glamorama
Jorge Valdivia -que anoche estuvo en Vértigo- junto a su mujer, Daniela Aránguiz, en la gala del Festival de Viña de 2012. FOTO: ARCHIVO AGENCIA UNO

Jorge «Mago» Valdivia desclasificó honestamente qué lo enamoró de Daniela Aránguiz

Autor: Andrés Cantuarias / 3 junio, 2016

Jorge «Mago» Valdivia estuvo de invitado anoche en Vértigo. Confesó la pena que tiene al no poder estar con sus amigos y colegas en Estados Unidos representando a Chile en la Copa América Centenario.

También habló de las diferentes etapas de su vida. Desde qué fue lo que lo enamoró de su mujer, Daniela Aránguiz, hasta el difícil momento que vivió cuando fue secuestrado en Brasil -MIRE AQUI VIDEO-. Estas fueron algunas de sus respuestas:

Diana Bolocco: “Yo creo que hay que destacar de tu mujer que es una mujer con carácter. Es una mujer súper aguerrida, que ha salido a defender la relación de ustedes en innumerables ocasiones. Yo me imagino que ella manda el casa ¿o no?”

Jorge Valdivia: “Es que, la verdad, yo en ese sentido soy bien relajado”

Bolocco: “¡Ella manda en la casa entonces!”

Valdivia: “Pero es verdad, soy muy relajado. De hecho, los últimos meses en Brasil, ella empezó a estudiar ‘design’ de interiores”

Bolocco: “¡Oh!, en english, ‘design’”

Valdivia: “Sí”

Bolocco: “¿Qué te enamoró de ella?”

Valdivia: “El físico”

Bolocco: “¿Solo el físico?”

Valdivia: “Sí, el físico, en su momento. No, si ahora igual está güena”

Bolocco: “Está estupenda”

Valdivia: “A ver… Lo que me gustó de ella es el físico. Después obviamente tiene otras características, atributos, condiciones que a uno le interesan como para formar una relación a futuro. Es una excelente mamá.”

Martín Cárcamo: “Ustedes están en Brasil y ocurre este intento de secuestro»

Valdivia: “No nos secuestraron. Fueron tres horas, es un secuestro exprés. Cuando salió la noticia, que estaba en blanco todavía, de este supuesto secuestro, mucha gente acá se burló. Lo tomó para la chacota. En Brasil también dijeron que yo  había inventado eso para poder irme de Brasil. Solo quien lo vive en carne propia sabe qué pasa cuando tienes un día de vida”

Cárcamo: “Ustedes se bajan a arrendar una película ¿no?”

Valdivia: “Nosotros, por seguridad, en Brasil teníamos unas camionetas blindadas. Cuando nos bajamos a dejar las películas, a la Dani la agarran primero. Cuando vi que ella estaba blanca y con un arma en la cabeza… A ver, uno siempre dice ‘cuando me pase esto, yo voy a reaccionar de esta manera’. ¡No! ¡Olvídenlo! No tienes reacción, te quedas paralizado, no sabes qué hacer. Si intentas hacer algo, por mucha experiencia que tengas en el sentido de defensa, cuando ves el arma en la cabeza…

“Nos tuvo tres horas arriba del auto, pidiendo plata. ‘Si te mueves, si hacen algo, los vamos a matar’, y ese tipo de cosas.  ¡Tres horas! Después de lo que pasó, nosotros decidimos tener guardias”

Cárcamo: “¿Andaban con cuantos guardias?”

Valdivia: «Con dos. Por miedo. Por la seguridad de nuestros hijos. Creo que mucha gente, al igual que yo, piensa que tu seguridad, tu vida y la salud… Tú olvidas o dejas de lado muchas cosas para tener eso.

“Decidimos tener guardias y aquí también festinaron. Decían ‘para qué tanto, se creen de Hollywood’. ¡No! Es que es tu vida. Lo que pasa es que en Brasil es normal que te secuestren. Yo cuando estaba en Brasil, veía las noticias y allá te matan por un dólar. Si tú no les das un dólar, te matan”

Bolocco: “¿Es verdad que cambiaste las puertas de tu casa, las ventanas también?»

Valdivia: “Sí, nos protegimos al extremo. Pero no por algo estético, o por demostrarle a la gente. Lo que nosotros teníamos era miedo, y para resguardar nuestra seguridad”

Bolocco: “¿Cómo es la vida en Emiratos Árabes? Porque mucho se habla acá de que hay muchos lujos, que están estos jeques árabes, estos regalos muy costosos ¿Cómo es la vida de ustedes allá?»

Valdivia: “Muy tranquila, muy familiar. Sumamente diferente a lo que estábamos acostumbrados en Brasil. Lo que tenemos en Abu Dabi es mucha convivencia familiar, yo pude disfrutar más a mis hijos»

Cárcamo: “¿Hay lujos extremados? ¿Tú has estado en este hotel que es de 7 estrellas?”

Valdivia:  “El Burj Al Arab. Sí. Estuve para el Año Nuevo”

Bolocco: “¿Cuál es la diferencia entre el de 5 y el de 7?»

Cárcamo: “Dos estrellas, Diana” (Risas)

Bolocco: “¡Ay, Martín! ¡Qué idiota!”

Valdivia:  “Y con el de 4, 3 (estrellas)…”

Cárcamo: “Pero cómo es un hotel de 7 estrellas ¿Qué diferencia tiene? Por ejemplo, no sé, ¿te limpiái el traste con cosas de oro?”

Valdivia:  “¡Te lo limpian!”

Bolocco: “La sábanas de 4 mil hilos”

Valdivia:  “La verdad es que no sé. A mí me dan lo mismo esas weás. Con tal de que pueda dormir ¡me da lo mismo!”

Cárcamo: “¿La comida buena?”

Valdivia:  “No, comíamos afuera. Salíamos a comer afuera, al McDonald’s”

Bolocco: “No te lo puedo creer, ¡¿pero cómo?!”

Valdivia:  “Pero nosotros somos normales, como cualquiera, como la gente que está ahí, da lo mismo. O sea, tenemos la opción de poder ir a esos los hoteles, pero no es que ‘¡ahhh!’ A ver… Los baños  están con oro. El piso, por ejemplo, es tallado en esta piedra… Son hechos pieza por pieza”

Bolocco: “¿Y es bonito?”

Valdivia: “¡No! (Risas) ¡Sí poh!”

Bolocco: “¿Por qué todos los invitados me agarran pal leseo?”.