Glamorama
Martín Cárcamo durante la regresión. IMAGEN TOMADA DE PANTALLA / CANAL 13

La espantosa regresión de Martín Cárcamo

Autor: Andrés Cantuarias / 17 junio, 2016

En una de sus vidas pasadas a Martín Cárcamo se lo comieron vivo las hienas. En otra lo asesinaron clavándole cuchillos en el estómago y luego le cortaron la cabeza y los brazos. Y en una tercera vida anterior también murió violentamente atropellado.

Fue todo muy atroz en la regresión a la que se sometió el animador del matinal de Canal 13. La sesión terapéutica fue supervisada por el sicólogo Alexis Sarmiento, discípulo de Brian Weiss, defensor de teorías de reencarnación y regresión y uno de los autores favoritos de Cecilia Bolocco.

“No pensé que iba a tener esas visiones tan trágicas. Mucha muerte, mucha sangre ¡demasiado! Me llamó la atención, como la soledad», dijo Cárcamo en Bienvenidos –MIRE AQUI EL VIDEO-. «Pensé que iba a estar más acompañado en mis anteriores vidas. Me dio un poco de pena, como que tenía otras misiones en esas vidas, como no ser feliz, como no tener familia, no tener hijos. En algunas no tenía nada”, agregó.

Martín Cárcamo: «La primera vida no la pusieron ahí porque fue bien chocante, fue algo que no me esperaba. Uno tiene la insinuación de haber vivido en lugares muy grandes, de haber sido una persona muy relevante. Pero en mis dos primeras vidas era muy solo, no tenía pareja, no tenía hijos, nada. Además, parece que era una época muy violenta».

Scarleth Cardenas: “¿Qué te pasó en la vida que no vimos?”

Cárcamo: “Que finalmente es la primera. Yo vivía en un pueblo normal, estaba súper bien. En un pueblito chiquitito, como una aldea. Joven, veintitantos años, e ingreso al bosque a buscar algo. Parte la expedición y me perdí y empezó a oscurecer. Esto tuvo que haber sido en 1200-1300 y me empezaron a atacar como unas hienas, como unos tigres negros, así los definía yo.

“Yo andaba con una espada y traté de protegerme, de pelear hasta que no pude más. Sabía que me iba a morir, porque no tenía escapatoria. La sensación fue muy angustiante. Después entendí por qué, al hacer este proceso, uno empieza a liberarse de ciertas cosas. Porque al final morí devorado por los animales. ‘Fue como la entrada’, yo dije. ‘Voy a entrar con una regresión un poquito más amable’. Y no fue así”.

Este fue el relato del conductor durante la regresión:

“Estoy en un pueblito de piedra, muy lindo. Estoy en Europa, Italia. Soy feliz. Soy muy delgado, blanco, con el pelo castaño. Miguel. Crecí, soy un agitador del pueblo, un agitador social. Hay un líder y yo le ayudo a ese líder. No tengo pareja, soy solo.

“La gente me mantiene. Vivo en la casa del líder. Liderarlos de la opresión. El líder me llamó, choco con él, tengo diferencias. Discuto con él. No hay nada más que hacer. Me rebelo, me huele a traición, lo maté con un cuchillo.

“Me fui a juntar a la gente. Estoy haciendo que todo el mundo salga de sus casas. No sé qué hacer. No me creen, piensan que lo maté por poder, me acusan de traición. Me tiraron en contra de una muralla y me están enterrando cuchillos en el estómago. Me mataron. Me cortaron la cabeza. Y los brazos.

“Estoy en la playa. Soy otra persona. Soy hombre, tengo poder, soy rico. Disfruto de todos los placeres. Soy hijo, me mandan a llamar, tengo que cambiar. Lo quiero mucho, es mi papá. Habla igual (a su padre real), le tengo respeto. Es 1500-1600, como si fuera en Grecia. Nunca me casé. Estoy muy anciano, en paz. Quería tener hijos, no los tuve. Morí.

“Una mujer, mi mujer. Está en un bosque, trabajadora. Somos marido y mujer. Tiene un hermano, vivimos en comunidad. Es Francia, 1800-1700. Cinco hijos, se llevan muy bien. Recibimos un dinero y nos fuimos de ahí. A la ciudad. Soy artista. Manejo un teatro, vivimos ahí. La casa está en el teatro, atrás. Mis hijos bailan, son músicos, actúan. Somos felices. El hermano de mi mujer es mi segundo hijo (en esta vida), Luciano. Mi hijo mayor es mi papá (en esta vida).

“Quebramos, tengo que trabajar en otra cosa. A pintar casas. Ella me ama, conversamos mucho con mi mujer. Somos felices. Sí (llegan a viejo juntos). Me caí caminando. Me pegué en la cabeza, estoy viejo. Me morí inmediatamente, en paz”.

“Argentina. Soy militar. No quiero ser militar, me obligaron. Me escapo a Chile, con arrieros. Llego a Antofagasta, soy ladrón. Billeteras, documentos. Soy delgado, nariz grande. Aníbal. Me sacan la cresta por robar. Me atropellaron, con cuarenta y tantos. Estaba robando, iba corriendo y no me di cuenta y me atropellaron”.