Glamorama
Carola de Moras en el principal camarín VIP del nuevo edificio de Chilevisión. FOTOS: MEDIAL COMUNICACIONES

Así son los nuevos y soñados camarines «VIP» de los rostros de Chilevisión

Autor: C. Zúñiga / C. Farías / 5 julio, 2016

«Yo no sé cómo serán los camarines de los otros canales, pero estos son impresionantes», cuenta Fran García-Huidobro, feliz de la vida con sus nuevos aposentos en Chilevisión. Porque la dueña de Maldita Moda ocupa el más top de los dos camarines VIP en las instalaciones del canal recién inauguradas en el enorme edificio de Machasa.

«Es el camarín de las conductoras, no es mío. Me imagino que lo ocupa la Carola de Moras en las mañanas y la Carmen Gloria Arroyo cuando graba La Jueza», detalla la anfitriona de Primer Plano sobre el departamentito de 30 metros cuadrados perfectamente calefaccionados a una temperatura promedio de 21 grados. Con baño, ducha y amplio living con confortables sofás hasta para dar una siesta si se le ocurre. Nada que ver con esos cuchitriles ínfimos y deprimentes habilitados para los rostros antes en Inés Matte Urrejola.

«Tiene tres bergeres, dos sillones de apoyo, más iluminación puntual y mesa de centro, para las pautas», explica Paulo Ahumada, jefe de tramoyas de la televisora que se encargó de armar los nuevos lugares para las figuras de la señal, junto a la jefa de vestuario.

Con materiales que guardaron de los camarines del Festival de Viña, cosas que reciclaron de las bodegas de utilería, poco presupuesto pero harta creatividad, Ahumada y compañía implementaron estas habitaciones que tienen a Rafa Araneda sintiéndose como rey, con el mismo confort que cuando anima en TV Azteca, y a Pamela Díaz ufanándose en algún diario.

El otro camarín VIP posee la misma amplitud y comodidades, pero con menos despliegue de sofás. Y hay otros cuatro salones, de unos 24 metros cuadrados cada uno, con mobiliario pero sin baño privado. Comparten una sala común de servicios y uno de ellos es tipo bar, más abierto, como para grupos, con pared de vidrio, mesa alta y taburetes.

«En Inés Matte Urrejola tenía que salir al pasillo para llegar a los estudios y aquí es infinitamente más agradable y cómodo. Uno espera tener un lugar donde puedas descansar un rato», concluye la «Fran», que parece ser una mujer exigente.