Glamorama
Pablo Vargas lloró al revelar que sufre uan depresión hace 7 años. IMAGEN TOMADA DE PANTALLA / TVN

El fuerte y llorado mea culpa de Pablo Vargas tras protagonizar escandaloso incidente en motel

Autor: C. Z. / 20 julio, 2017

“Fue una estupidez”. Así de claro fue Pablo Vargas, ex bailarin de Rojo, al hablar del bochornoso incidente que protagonizó el viernes pasado en un motel de Recoleta. Carabineros lo detuvo y luego fue formalizado por daños en el Centro de Justicia, quedando en libertad.

Al principio, Vargas alegó inocencia y aseguró que fue una “detención ilegal”. Sin embargo, Carabineros lo contradijo en diálogo con Intrusos.

“El procedimiento se generó principalmente a través de un llamado recibido por el 133, en el cual una recurrente señaló que vino a ocasionar unos daños a una barrera de visitas en el lugar, en el establecimiento privado del motel. Al llegar personal constató lo anterior, verificando que había daños de consideración. Producto lo anterior se tomó detenida a esta persona”, explicó el capitán de Carabineros Carlos Fernández.

Casi una semana después del incidente, Vargas rompió el silencio. El bailarín de 38 años contó la verdad en el matinal Muy Buenos Días este jueves. Hizo un fuerte mea culpa y, entre lágrimas, reconoció que sufre una profunda depresión que gatilló su comportamiento. Esto fue parte del diálogo:

Pablo Vargas: “Primero que todo, por la seriedad de lo que esto se refiere, yo me tomé la libertad de anotar algo, para ver si lo pueden… Nada, primero que todo, está escrito por mí y lo anoté porque se me puede olvidar”

María Luisa Godoy: “No por un abogado”

Vargas: “No por un abogado. Primero agradecer al canal, ejecutivos, director, a ustedes, queridos animadores, grandes comunicadores, por el espacio entregado a mí persona para pedir disculpas al recinto y trabajadores, en especial a la señora Marta Jofré, administradora por el mal rato que los hice pasar.

“La intención siempre va a ser hacerme cargo de la estupidez que cometí, porque realmente fue una estupidez, y no tengo ningún problema en asumirlo. Solo pedir a la audiencia que no mezcle la vida privada, de un malentendido, de lo que hace uno como profesional. Por eso utilicé esta tribuna, porque el público que trabajo es ese, el de la casa. El público que, a lo mejor, ocupé un espacio en sus vidas, en su momento, en la televisión.

“Es bochornoso, porque para mí es bochornoso. Y habiendo temas tan importantes, como gente que lleva una semana sin luz. Yo creo que, partiendo por ahí, es agradecer a ustedes, porque lo único que me queda es dar las gracias por el espacio. Y asumir que yo cometí una estupidez y que me gustaría llegar a un arreglo con la otra parte de buena forma”

Godoy: “Antes de llegar a lo que sucedió con la otra parte. Con lo que tú estás diciendo, ¿reconoces las acusaciones que se te hacen? ¿Qué te pasó?”

Vargas: “Es que yo siempre no me he caracterizado por ser farandulero. Y lamentablemente los episodios faranduleros míos han sido similares. Yo trabajo. Tengo mis estudios de baile. Tengo una productora de eventos. Soy periodista. Y tengo una agencia de comunicaciones. Como todo el mundo, a uno siempre le pasan cosas, situaciones. Y la estupidez que cometí fue que yo estoy hace mucho rato diagnosticado con una depresión en la cual yo tomo antidepresivos. Yo creo que más del 50% de los santiaguinos están en la misma situación. Y que no es una cosa de victimizarme. Al contrario. No me estoy justificando. Pero sí me gatilló en que es la mezcla de las dos cosas”

Godoy: “¿Alcohol?”

Vargas: “Alcohol, antidepresivos. Por lo mismo yo no puedo manejar. Por lo mismo, me fui allá, para que me dejaran ahí y me fueran a buscar”

Gino Costa: “Pablo, justamente para entender eso. ¿Qué fue lo que pasó? Minutos, horas previas en que tú llegas al motel. Una analogía para entender lo que sucedió y ahí hacer el análisis yb que cada uno juzgue si está bien o no las acciones que cometiste”

Vargas: “Primero que todo, yo no soy quién para prohibir a alguien que juzgue. En su casa cada uno tendrá su opinión. Y humildemente yo digo que cometí una estupidez y yo soy el primero enj asumirlo”

Costa: “Es importante saber qué pasó”

Vargas: “Es que yo encuentro que aparte del detalle en general, entrar a la parte de la vida privada de uno encuentro que ya es como… Ya he sido basureado. Está bien, a lo mejor. Opiniones malas y opiniones hasta perversas. Yo creo que la gente puede sacar sus conclusiones”

Godoy: “Aquí nadie te va a basurear. Solo queremos entenderte. ¿Qué fue lo que pasó esa noche]? ¿Estabas carreteando con un amigo?”

Vargas: “Yo tengo una junta con mis compañeros de colegio, que no los voy a nombrar, para no avergonzarlos. Y ahí se tomó alcohol. Yo no estoy manejando. Yo pido a alguien que me maneje, porque no puedo… Ahí les voy a contar el episodio de Quinteros. Es algo de que yo no estaba conduciendo en estado de ebriedad, porque yo no estaba conduciendo. Pero es día, por lo mismo, yo le dije a un compañero que estábamos cerca del lugar. Yo vivo al otro lado de Santiago. En este caso no lo podía dejar ahí, porque no tenía a alguien que me pudiera ir a buscar y para un rato para que me fueran a buscar en el auto”

Costa: “Entonces, luego de esta junta con tus compañeros de curso, le pides a un amigo tuyo que te deje en el motel para que tú ahí estés un rato…”

Vargas: “Sí, y al estupidez, vuelvo a repetir, fue una estupidez la que yo cometí. Yo tomé, por saber de ignorancia de provocar algún corte circuito, los medicamentos que estaba tomando”

Godoy: “¿Te había advertido el doctor que eran incompatibles los medicamentos con el alcohol?”

Vargas: “A lo mejor me lo advirtió y yo no asumí, hasta que me pasó poh. Lamentablemente tuvo que llegar algo que me gatilló eso”

Godoy: “Tú dices ‘mezclé tragos con antidepresivos’. ¿Qué ganaste manejando entonces?”

Vargas: “Me fueron a dejar ahí”

Godoy: “Ah, y te dejaron las llaves de tu auto y te fuiste a acostar al motel”

Vargas: “Es que era lo más cerca y le dije ‘déjame acá lo más cerca, porque vivo al otro lado de Santiago. Y ahí, en ese sector de Recoleta, yo tengo a mi mejor amiga. Y ella venía viajando. Y a los 10 minutos no tenía problemas de ir a buscarme al rato”

Godoy: “¿Era frecuente que fueras…?”

Vargas: “Primera vez. La dueña no me conocía. De hecho creo que era la administradora. Y aprovechando esto, si me está mirando en la casa, que yo me acerqué al motel a tratar de… El lunes fui, dejé mi teléfono, independientemente del juicio, yo no tengo nada que ver con el juicio, fui como persona, persona natural, a dar mis excusas correspondientes, al lugar, al recinto, a la señora o quienes hayan salido perjudicados, porque asumo que cometí una estupidez y tampoco quiero que me traten como víctima.

“Soy una persona adulta. Estoy asumiendo. Lo que sí, pedirle disculpas a la gente en su casa, que se llevó a su casa una noticia de bajo calibre, dejándolo así, habiendo noticias tan importantes como país que nos están afectando a todos. Y otra cosa. Lamentablemente, como yo sé que soy una persona expuesta, imagínate, yo trabajo con niños. Lo único que yo pido es que no mezclen las cosas de vida privada con mi trabajo, porque en estos momentos yo no estoy trabajando en un medio expuesto de comunicación. Y tengo curso de niños, en donde llego y los niños se preocupan de que lo estuve pasando mal, de que tuve un malentendido. No lo voy a dejar ahí. Y como persona adulta. Y quisiera reiterar que me gustaría solucionarlo con los implicados en estos momentos, que fue la gente del motel. Y abusar de su confianza, aprovechar de pedirle permiso a su familia, o sea, pedir perdón a mi familia porque, independiente de que yo fui el que cometió el error, los que se llevan el rastrojo son mi familia. Tenemos los grupos de WhatsApp. Y le dije a mi familia ‘disculpen por haber manchado el nombre de la familia”

Costa: “¿Tú tienes una depresión diagnosticada? Me refiero a los remedios”

Vargas: “Es una depresión que me la diagnosticaron por estrés. Estaba con demasiada angustia”

Godoy: “¿Hace cuánto tiempo?”

Vargas: “Me la diagnosticaron el 2010, más o menos. Harto tiempo”

Costa: “¿Es un estrés laboral o un estrés más ligado a tu vida personal?”

Vargas: “Ya que estoy acá en el canal de confianza, ha sido súper fuerte, una, siempre ser el malo de la película. Siempre en las historias hay un bueno, que es mi gran amigo Rodrigo Díaz, que en la parte de la película era el bueno, y yo el malo. Y el malo no siempre lo pasa bien. Tengo el prejuicio de ser el carretero, siendo que yo trabajo. He estudiado, he sacado dos carreras, un postgrado. Y eso me ha pasado la cuenta. Toda mi vida he seguido bailando. Toda mi vida he seguido perfeccionándome. Pero si, por ejemplo, yo llego a una empresa a pedir trabajo, periodista corporativo, en el cual me especialicé, me han dicho en mi cara ‘¿estás dispuesto a dejar su fama y dejar de ser conocido?’.

“Entonces, la depresión fue por ahí. Los prejuicios que yo me he ganado a raíz de ser conocido. Prejuicios hasta para poder conseguir una pareja. Es tan simple como eso. Eso me gatilló en que, yo sin querer, estaba haciendo algo, aguantando algo adentro, que en algún momento explota”

Godoy: “Nos cuentas que es una depresión por estrés, pero se nota que es más profundo. Tienes algo importante adentro”

Vargas llora.

Vargas: “La verdad es que he tenido varias pérdidas de familiares hace poco que, más que nada, afectarme a mí, le afecta a mi mamá, que para mí es todo. A mí familia en general. Han sido pérdidas de las matriarcas, de la gente que en estos momentos me diría ‘hijo, venga para acá’. Eso afecta un poco. Y yo creo que son carencias, carencias. Por eso, María Luisa, te contaba algo, de poder conseguir una pareja. Porque yo voy a conocer una pareja y voy con el prejuicio. Simplemente ‘oye, tú erí el tanto, o me han contado de ti esto’. Entonces al final dice ‘cómo voy a conocer a alguien a los ojos si al final yo estoy en desventaja”

Godoy: “Pablo, entonces estás triste porque te sientes solo. Tu decía ‘me falta que me apapachen ‘, ‘no puedo encontrar a una pareja’”

Vargas: “Amigos tampoco”

Godoy: “¿Por eso quizás estás tomando?”

Vargas: “Lo mío, María Luisa, no es una cuestión de tomar a diario. No va el problema en el tomar. Al contrario. Creo que fue la mezcla. El problema mío creo que viene de acá (se toca el pecho). Es llegar a varios programas, digámoslo así, que estamos en televisión, y que te tachen altiro de ‘el carretero’. O sea, de no tener la oportunidad de demostrar que te puede manejar frente a una cámara, de que yo estudié en una universidad y que nadie me ha regalado nada. No soy de una familia acomodada. Soy de una familia de clase media normal. Tengo un negocio familiar, donde trabajo con mis papás. Trabajo con niños. O sea, los apoderados de mis ‘pollos’, como les digo yo, saben cómo soy. Se me cae la baba con hijos que no son míos. A mí me da lástima cuando mezclan las cosas.

“Y tampoco quería llegar a esto de estar en esta pelea. Lamentablemente, a lo mejor por mi personalidad, aguanto, aguanto, aguanto, aguanto. Y… A lo mejor fue sin querer. ‘Oye, estai mal. Hazte ver. Acércate a Dios’. También me alejé un poco de Dios. Y yo soy súper cercano. Y eso también me pasó la cuenta”