El feroz choque cuando iba a ver una película que truncó la vida de Italo Passalacqua
“Yo iba a ver una película al Hoyts de La Reina. Yo nunca me di cuenta. Iba apurado. De eso me acuerdo, que estaba esperando la verde para salir. Me faltaba media cuadra para llegar al Hoyts. Sabía que tenía que tomar la orilla del lado izquierdo, porque ahí hay una pasada y un semáforo. Y no me acuerdo ni siquiera de haber sentido el chancacazo».
Así recordó Italo Passalacqua el choque automovilístico que protagonizó en abril de 2014 y del cual nunca se recuperó bien.
El entonces panelista de SQP y crítico de cine del noticiero central de Chilevisión, entre otros trabajos, manejaba su auto, dirigiéndose a ver una de las cintas que luego tendría que comentar. En Avenida Ossa con Emilia Téllez impactó fuertemente con otro vehículo.
Fue rescatado y dirigido de urgencia a la Clínica UC Marcoleta. El centro asistencial informó que “después de los exámenes de rigor, se determinó que el paciente tiene un traumatismo encéfalo craneano complicado, una fractura de columna cervical y una fractura en el antebrazo izquierdo”.
Un mes después seguía internado en la Unidad de Cuidados Intermedios, donde se alimentaba a través de una sonda. Estaba con una terapia kinesiológica tres veces todos los días y se le enseñaba a caminar nuevamente, tras la operación a la cervical que tuvo luego del choque.
Lo que siguió fue una recuperación dolorosa y nunca completa. Las consecuencias y secuelas del choque fueron grandes.
Su pareja de toda la vida, Patricio Herrera, con quien posteriormente contraería el Acuerdo de Unión Civil, fue su pilar fundamental. Nunca se separó de él. Fue su marido y enfermero.
Las marcas del accidente afectaron profundamente al periodista, física y sicológicamente.
En septiembre de 2014 reapareció en público. Llegó hasta el Teatro Caupolicán en silla de ruedas para recibir el premio a la Figura Televisiva, que entregó el restaurante La Tuna.
“Hecho mucho de menos ir al cine o al teatro, me perdí la ópera que me gusta tanto. Por eso, estoy un poco dolido porque no me gusta perderme nada, porque me encanta lo que hago, casi no es trabajo para mí. Volver a mi trabajo me motiva mucho más para recuperarme”, declaró entonces.
En esa ocasión, y luego al regresar a pantalla en SQP y el noticiero, se vio a un hombre que en pocos meses se había deteriorado notablemente. «El abuelo», como le llamaban en el programa de farándula, caminaba con mucha dificultad. Los signos del dufrimiento se divisaban en su rostro.
En una de sus últimas entrevistas, realizada por Juan Pablo Queraltó el año pasado, Italo confesó:
“Yo pasé mucho miedo y creo que lloré más que nunca en mi vida. Yo me siento mal porque no puedo como antes agarrar el metro, una micro, un taxi, y manejar mis horarios y mis cosas.
«Si me hubieras visto en mi escritorio, tengo esos calendarios que te dan a principios de año. Y me preguntaban ‘¿en serio? ¿Esto es un chiste?’, porque decía ‘a las 12 una cosa, a las 1 otra cosa’. Y yo les decía que iba a todas esas cosas. Ahora no puedo.
“Al principio tuve mucho miedo, porque me costó volver a ser Italo Passalacqua mentalmente. Se me olvidaba todo. No me acordaba. De repente despertaba en la clínica convencido que estaba en mi casa. Unas confusiones tremendas.
«Tener sensación de invalidez. Recuerda que estuve mucho tiempo sin poder mover nada del lado izquierdo. Creo que es la peor experiencia que le puede pasar a un ser humano».
Hubo una recaída que lo llevó a ser internado nuevamente. Lo sacaron de los comentarios de cine en el noticiero. Se acabó SQP. El comentarista ya no pudo valerse por sí mismo. Los costosos remedios y tratamientos obligaron a la pareja a vender una de las propiedades de Passalacqua y trasladarse a su casa en Quintero.
“No te voy a mentir. Yo no soy de esa gente que dice ‘yo no echo de menos la tele, estoy haciendo esto y lo otro’. Y tú los escuchas y sabes que están mintiendo, porque lo único que les gustaría es estar en la televisión. No, la hecho mucho, mucho de menos”, dijo hace un año, en la entrevista con Queraltó.
