Glamorama
Karla Constant y Soledad Onetto muy impactadas, en el Mucho Gusto, con el relato del chileno que fue testigo de la masacre de 49 personas a manos de un asesino australiano. IMAGEN TOMADA DE PANTALLA / MEGA

“¡Esto es impresionante!”: Panel del Mucho Gusto impactado con relato de chileno testigo del ataque terrorista en Nueva Zelanda

Autor: A. C. / 15 marzo, 2019

Casi siempre hay un chileno que es testigo de sucesos buenos, o grandes tragedias que sacuden al mundo. Esta vez fue Joanes Martija el compatriota que estuvo a solo metros de distancia de la masacre de 49 personas en dos mezquitas de Christchurch, en el peor tiroteo en la historia de Nueva Zalanda.

Mientras el supremacista blanco australiano Brenton Tarrant asesinaba a tiros de metralleta a quien se le cruzaba por delante, y lo transmitía en directo por Facebook, el chileno iba en una camioneta por allí mismo.

Este fue el relato que Joanes Martija entregó a través de un contacto telefónico desde Nueva Zalenda y que dejó impresionados, impactados, a todos en el matinal de Mega, Mucho Gusto, este viernes:

Joanes Martija: “Fue bastante intenso. Estábamos a 50 metros, alrededor de cinco autos más atrás del tiroteo. Lo primero que pensamos es que era un accidente de auto, algo normal.

«Un auto se detuvo, se cruzó en la calle para proteger a las personas y empezamos a ver que mucha gente empezaba a correr hacia nosotros y las personas empezaron a gritar ‘¡arranquen!’. Los autos empezaron a retroceder, chocaron los unos con los otros.

«Se empezó a formar un caos increíble. En ese minuto había dos opciones, nosotros manejamos muy bien las calles acá y nos dimos cuenta que nos podíamos tirar hacia la izquierda. En ese minuto yo iba en una van con un compañero de trabajo.

“Las personas intentan entrar a nuestra van para protegerse del tiroteo y muchas personas empiezan a salir de sus casas. Es un barrio bastante residencial y no se entendía nada. La primera imagen que vemos con mi compañero es una persona completamente militar, con un traje de fuerzas especiales, que nosotros en ese minuto creímos que era el policía»

Karla Constant: “¡Pero esto es impresionante!”

Martija: “Eso fue lo más impresionante. Nos dimos cuenta que, en ese minuto, él seguía tiroteando a las personas, y aceleramos. La gente se trata de subir a la van donde estábamos nosotros. Nos detuvimos, las personas trataron de abrirnos las puertas, nos decían ‘llévanos contigo’, y con mi compañero no sabíamos cómo reaccionar. No sabíamos quién era el bueno, quién era el malo.

“Tratamos de ayudarlos y ver si tenían algún tiro o algo. Nos dimos cuenta que no tenían nada. Seguimos manejando por esta calle, por atrás, escuchando los tiros y ahí nos dimos cuenta que este tipo se había subido a su auto y empezó a acelerar, y ahí la policía lo interceptó con un choque lateral el cual levantó el auto. Este tipo se había quedado sin balas. Creo que estaba con una metralleta.

“Es un barrio muy tranquilo. Es un parque donde la gente va a practicar mucho deporte. Incluso muchas escuelas van a hacer deporte en ese lado del parque.

«Es una ciudad de mucha diversidad. Acá hay muchas personas de distintas culturas. Hay personas que son de Japón, hay personas que son de China, hay personas que son musulmanas. Hay de todo. Eso es lo más increíble”

Soledad Onetto: “Me imagino que el nerviosismo permanece muy vivo. Pero, a ver, si tú no puedes ayudar también con el relato de los minutos posteriores y horas posteriores al ataque”

Martija: “Lo primero que se hizo es que cerraron las escuelas. Cerraron todas las escuelas y ningún apoderado tenía que ir a las escuelas. Nosotros detuvimos todos los trabajos, así que se cerró el comercio bastante rápido.

Constant: “¿Cómo impacta esto?, ¿cómo te impacta a ti?, ¿cómo cambia tu vida? Me imagino que esto marca un antes y un después”

Martija: “Es el ataque más grande de la historia de Nueva Zelanda. Algo que jamás hubiese pensado que pudiera haber pasado. Es algo impensable. Uno lo ve en Estados Unidos, en cualquier otra parte del mundo.

“Uno piensa que si va a haber un ataque en este lado, podría ser en Australia, en Sidney, en Melbourne, incluso en Oakland, que es una ciudad más grande. No Christchurch, que es una ciudad pequeña, es una ciudad pacífica”.

Viñuela: “¿Nos puedes relatar cómo estaba la gente en esos momentos?”

Martija: “La gente, como estaban rezando adentro de la mezquita, ninguno tenía zapatos. Cortes en las manos. Alcanzamos a ver a una persona que tenía un disparo en el pecho, que se desplomó en el suelo cuando lo estaban tratando de levantar.

«La gente después se fue corriendo, no podíamos ayudar a nadie en ese minuto. Nos refugiamos en la cuadra de atrás y seguíamos escuchando los disparos, y en ese minuto, cuando nos refugiamos, tratamos de entender qué es lo que estaba pasando.

“Cuando dijimos ‘salgamos de acá’, porque no sabíamos de dónde eran los disparos, seguimos manejando, y en eso viene el auto a gran velocidad y el policía viene y lo intercepta de una zona lateral, y levanta prácticamente el auto del suelo”.