Glamorama
Jose Miguel Viñuela en una imagen de archivo tomada de la pantalla de Mega.

«Me empecé a angustiar, a sentir muy solo»: José Miguel Viñuela contó uno de sus momentos más difíciles

Autor: A. C. / 22 abril, 2019

 

La confesión que realizó Mon Laferte a través de su cuenta de Instagram, sobre la depresión, provocó que en el Mucho Gusto se sinceraran como nunca.

El matinal de Mega dedicó varios minutos para analizar el caso. Algunos de sus panelistas y animadores entregaron su experiencia. Soledad Onetto, por ejemplo, contó situaciones difíciles de su vida. –LEA LO QUE DIJO SOLE ONETTO ACÁ-

Y José Miguel Viñuela también habló. El animador reconoció que sufre crisis de pánico desde que era un niño. Sin embargo, aseguró que se dio cuenta cuando tenía más de 30 años de qué se trataban sus crisis. Esto fue lo que dijo:

José Miguel Viñuela: “Me acordé en la época en que vivía solo. Me pasaba que, a lo mejor era por lo que tenía que no me daba cuenta. Yo no sabía que tenía eso (crisis de pánico). Me di cuenta en un programa de televisión acá, cuando me quedé en blanco descubrí todo lo que tenía.

“Pero una de las cosas que me pasaba es que yo me despertaba un domingo en mi departamento, teniéndolo todo, y estaba angustiado. Y de repente me sentía solo. Veía que todos mis hermanos iban a almorzar a la casa de mi mamá, todos con hijos, y yo no estaba en esa”

Ivette Vergara: “¿Tú te restabas, José?”

Viñuela: “No, me quedaba como marmota en mi casa. Almorzaba en una bandeja en mi cama. O de repente me iba a almorzar algún local de comida rápida. Una tontera. Después volvía y dormía siesta.

“A raíz de eso, me empecé a acordar de Joaquín o de Karol, no sé por qué, porque ustedes son jóvenes.

Karol Lucero: “Eso no significa que sea malo. Hay que buscar un equilibrio. Tú ahora que lo dices, ¿sabes cuántas personas desearían estar un domingo con una bandeja, solos? Por eso hay que buscar el equilibrio…”

Viñuela: “Lo que pasa es que me empezó a pasar más seguido. Y llega un minuto en que fue más intenso”

Soledad Onetto: “Y ya no te gustaba”

Viñuela: “No poh. Entonces, por eso se los preguntaba, si les ha pasado alguna vez o era por lo que yo tenía”

Joaquín Méndez: “Esa montaña rusa que dice Mon Laferte a todos nos pasa”

Viñuela: “A mí lo que me pasaba es que yo me despertaba, decía ‘ya okey, tení tu departamento rico, tienes tu auto estacionado afuera, probablemente tienes tu billetera puesta ahí. Podrías comprarte a lo mejor, encargarte lo que tú quisieras. Pero la angustia que yo sentía…”

Vergara: “La soledad”

Viñuela: “Claro, como decir ‘tengo todo esto a mano, ¿pero a qué le quiero echar mano?, ¿qué es lo que me hace feliz?’”

Karol: “¿Qué edad tenías?”

Viñuela: “Debe haber sido a los 32 más o menos, 32 años”

Onetto: “Querías una cosa distinta a lo que tenías en ese momento”

Viñuela: “Claro, y yo me despertaba a los siete años, me despertaba gritando en la noche”

Karla Constant: “¿Por qué?”

Viñuela: “Porque pensaba que me iba a morir. Gritaba y gritaba, y nunca supe lo que tenía”

Rodrigo Herrera: “Son crisis de pánico”

Viñuela: “Yo me enteré a los 32 años qué es eso. De repente, había carretes y yo me tomaba una piscola y se me exacerbaba”

Constant: “Si esto te pasaba de chico, ¿nunca dejó de pasarte?”

Viñuela: “Cuando me empecé a medicar, sí poh, ahí lo entendí. A los treinta y tantos años me despertaba gritando. Y mi mamá a lo mejor no me escuchó, porque tenía cuatro cabros chicos. Se levantaba a las seis de la mañana, repartía cabros por todo Santiago, no me escuchaba. Yo dormía en otra pieza, probablemente yo le doy el beneficio de que no me escuchó y yo tampoco le puse alerta. Yo dije ‘esta es una cuestión que me debe pasar…’. Nunca pregunté”

Vergara: “Nunca lo asociaste”

Viñuela: “Nunca lo asocié. Además, porque yo era muy extrovertido, entonces siempre estaba echando la talla. Qué raro esto. Le tenía terror a la muerte. Y parte de ese terror eran mis crisis de pánico, que hoy día la tomo con naturalidad. Claro, a lo mejor no sé qué me pasaría si me dijeran que mañana me voy a morir. Probablemente entiendo que es parte del proceso y lo asumo mucho mejor”

Méndez: “Yo tengo un amigo que le agarran estas angustias y uno, como amigo, no sabe qué hacer. Ahora bueno, él está viviendo afuera, se va a México. Uno como amigo, ¿qué puede hacer?”

Viñuela: “Transmitir experiencias, acompañar. Mi hijo se despierta todos los días a las tres de la mañana. Se despierta llorando, Diego. Yo tengo ese trauma de que yo me despertaba gritando. Entonces, yo me levanto y a veces pienso que a lo mejor puede tener lo mismo que yo sin que yo sepa.

“Entonces, yo le empiezo a hacer cariño en el pelo. Yo estoy al lado tuyo. Duerme tranquilo y se queda. Me ha costado un mundo porque yo llevo, tres años ocho meses en esto, pero me veo reflejado en él”.