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Wilma González en una foto de archivo de AGENCIA UNO del año 2013.

“Eran todos los días insultos, golpes, ‘sidosa’, ‘hija de pu…’»: el calvario social que vivió Wilma González por su papá con Sida

Autor: Equipo Glamorama / 18 mayo, 2019

Wilma González ha tenido una vida muy intensa. La española radicada en Chile contó en Podemos Hablar que a los 14 años fue violada, se refirió a los abusos de drogas que tuvo cuando joven y relató que sus padres fueron adictos y su papá murió de las complicaciones del SIDA.

La ex chica Playboy vivió su infancia en Australia y Madrid. Su familia de su papá tenía muy buena educación económica y luego de tenerla a ella, él y su madre cayeron en la heroína, una de las adicciones más mortales.

Eran tantos los problemas en la familia, que su abuela se quedó con la tuición de la pequeña Wilma. Sus padres entraron a rehabilitación y, al salir, volvieron a tener a su hija. Aunque en ese momento, cuando Wilma tenía seis años, su padre supo que se había contagiado el VIH.

En esa época había ignorancia, prejuicio y cero tratamientos contra el virus y la niña sufrió las consecuencias de todo esto, hasta que su papá falleció.

En el estelar de conversación de Chilevisión estuvieron también Sonia Fried -quien reveló las infidelidades de su ex marido-, Kathy Orellana, Pato Laguna, Luka Tudor y Felipe Kast. Estas fueron las palabras de Wilma sobre la época en que su padre enfermó y murió de SIDA:

“Murió cuando yo tenía 10 (años). Pero fuimos súper unidos. Hay personas que dicen ‘no te acordarás tanto’, pero fue una unión súper fuerte, porque él sabía que iba a morir”

Julián Elfenbein: “¿Por qué sabía que iba a morir?”

González: “Porque murió de Sida. Entonces, aprovechó hasta el último de sus días conmigo. Yo tengo otro papá hoy por hoy. Mi mamá se volvió a casar y también tengo un padrastro que ha sido súper presente. Tengo la suerte que no he sentido la ausencia de un papá o de una mamá. He tenido unos papás que me han querido mucho, mucho, mucho. Mi papá, mi padrastro, y mi papá, que está en el cielo y en la tierra”

Elfenbein: “¿Qué edad tenías cuando él fallece?”

González: “10 años”

Elfenbein: “¿Y cómo se contagió de Sida?”

González: “Drogas”

Elfenbein: “Era drogadicto…”

González: “Y fue muy fuerte, porque tuve que madurar demasiado cuando chica. Por eso, cuando hablo de mi infancia, por ahí no jugué tanto, no era tan alegre, porque era demasiado para mi cabecita. Mis papás me querían mucho, pero estaban llenos de problemas. Entonces, toda la familia se volcó en ayudarnos. Todos los tíos, los primos, mis abuelos, maternos, no los paternos.

“Y como a los seis años empecé a hacer preguntas. Porque cada vez vivíamos en un sitio, pasábamos en clínicas, porque mi abuela, en algún minuto, tuvo mi custodia”

Elfenbein: “¿Tú mamá también estaba contagiada?”

González: “No. Mi mamá vive. Fue una cosa de Dios, porque mi mamá no se contagió y mi papá sí”

Elfenbein: “Te pregunto porque se visibiliza el tema. Estamos hablando de jeringas”

González: “Claro. Lo que pasa es que, en los ’80, la Movida, que le llamaron, ahora es con las pastillas, y allí la moda era la jeringa con la heroína. Gracias a Dios no es una moda ahora. Y esto no tiene nada que ver con un estrato social bajo, o con la clase. Mi papá viene de una familia con mucho dinero. Y peor, porque mi papá tenía muchos medios para hacerlo mucho. Era todavía peor.

“Era súper culto. Tenía mil cualidades mi papá. Y cayó de lleno. La gran pena es que mi abuela materna dijo ‘o ustedes paran o me llevo a la niña’. Y los llevó a juicio y les quitó mi custodia por un tiempo. Hasta que ambos se curaron y decidieron desintoxicarse ambos».

Pero cuando la familia se reunió, el padre fue diagnosticado con el VIH:

Wilma González: “En un minuto deciden irse a un pueblo, que estaba en la costa, de 14 mil habitantes. Costa de Alicante, en la Comunidad Valenciana. Deciden irse a este pueblo por el clima, porque mi papá pasaba resfriado. El VIH te deja sin defensas. Dijeron ‘acá hace calor siempre y Wilma va a ser más feliz’. Todo era para mejor. Vivíamos en un departamento chico y pasamos a una casa grande. Se supone que era para mejor. Pero fuimos la comidilla del pueblo.

“Imagino que los papás de estos niños, que me hacían tanto bullying, era por lo que escuchaban en casa, porque un niño es un lorito de lo que escucha de los grandes. Mis papás tenían un look medio punketa. Eran demasiado modernos, quizás, para el pueblo, muy jóvenes también, y mi papá enfermo.

“Eran todos los días insultos, golpes, ‘sidosa’, ‘hija de puta’. Se supo y me hacían bullying por eso” –MIRE EL VIDEO. MINUTO 01.24.00-.