Glamorama
Javiera Suárez en su última entrevista, junto a José Miguel Viñuela, para el Mucho Gusto.

La profunda y emotiva última entrevista de Javiera Suárez en TV

Autor: Equipo Glamorama / 12 junio, 2019

Javiera Suárez luchó hasta el final. Este miércoles se confirmó que la periodista, de 36 años, falleció tras una dura lucha contra el cáncer. Su deceso se produjo en la Clínica Alemana.

Sus últimas apariciones públicas fueron acotadas. En abril de este año fue su última entrevista televisada para el matinal Mucho Gusto.

Allí fue José Miguel Viñuela, amigo de Javiera, quien la entrevistó. La periodista reveló cómo estaba su estado de salud y entregó una profunda reflexión sobre el rol de Cristián Arriagada, su esposo, en la compañía y fortaleza que le dio en su lucha contra el cáncer.

Javiera Suárez: “Me he sentido muy bien. En febrero lo pasé pésimo, porque me había tenido que hacer una radioterapia, tratamiento de radioterapia, porque había salido un poco malo el PET, para no entrar en detalles. La radioterapia me la hicieron acá (se toca del cuello para abajo), como que te queman. Lo que pasa es que uno no lo ve, pero por dentro estás quemado.

“Dos semanas mal, mal, mal. Adelgacé un montón. Y finalmente bien, porque uno está mal, pero después bien, como todo el mundo. Así es la vida. Bien, con cinco kilos abajo. Por ende, muy flaca. Y bien en el sur, dispuesta a comer. Estaba pesando 45 (kilos). Me hicieron empanada, que son exquisitas… Me salí de todas las dietas alcalinas, de todo lo habido y por haber. La idea era engordar. Una vez hicieron empanada de pino, que son mis favoritas. Me comí cinco. En dos semanas, había engordado cinco kilos. De febrero hasta ahora, abril, súper bien”.

Viñuela le muestra imágenes de ella.

Suárez: “Mi pelo. Es lo primero que veo. Ahí veo que estoy contenta, alegre, pero me falta mi ‘cristiana’”

Viñuela: “Si yo te hubiese preguntado qué significada Cristián, cuando te casaste, claro, uno dice el cuento precioso, el príncipe. Pero quiero preguntarte ¿qué ha significado Cristián en estos dos último años de tu vida?”

Suárez: “Siempre he creído, y menos mal que me autodí un gran regalo, que Cristián iba a estar, a esta altura, ante cualquier situación. Tocó cáncer, ok. Si no, hubiese salido Pedrito enfermo y también habría estado ahí, porque cuando me casé yo sabía que esta persona era así. Y que no es una persona, es Cristián. Pero tú puedes decir ‘¿cuáles son las virtudes que tiene?’. Pero son un montón, que tú también tienes. ¿Pero cuál es la gran diferencia? Es que tú no eres Cristián. Tiene la medida perfecta para mí.

“Hemos pasado por alto y bajos. Esta cuestión de que tu señora sea una persona enferma, yo no me veo así, no me siento así. Pero obviamente, cuando la gente habla de mi historia, habla de Cristián como ‘pobre su señora, está enferma’, y sí que me da lata por Cristián (se quiebra), porque me encantaría… Pucha, me pongo a llorar y no paro”

Viñuela: “¿Por qué te da lata por él? Lo ha asumido con amor”

Suárez: “Sí, obvio, pero qué ganas que el problema nuestro sea, puta, cualquier otro. No sé si cualquier otro, porque no es el peor que tenemos. Tener cáncer no es lo peor que te puede pasar. Ni a mí que mucha gente puede decir ‘es que tú tení plata’. No hay plata que pague un tratamiento de cáncer. Pero, independiente de eso, obviamente que hay problemas peores.

“Pero yo me pongo en los pies de Cristián, en este no saber si mi señora se va a morir o no hoy día. Claro, ahora estoy bien y está más tranquilo. Como que, antes de ayer, me dijo ‘nos ha tocado tranquilos. Pero cuando estoy mal, pobre, porque es él el que se tiene que quedar solo acá con Pedrito.

“Claro. Yo digo ‘ya, voy arriba y los voy a retar’. Sí. Que me revivan y chao, porque nica me voy para arriba, al cielo, me refiero. Pero a lo que voy es que, si me muero, me muero, me voy. No se queda acá mi Pedrito con mi Cristián”

Viñuela: “¿Qué significa tu papá para ti?”

Suárez: “Ay, cariño, amor, paciencia, contención, sí, mucha contención. Pero me he dado cuenta, con el cáncer, ojalá que no se sienta mi papá, pero que mi mamá me enriela la cabeza mucho más. No es que me dice ‘tú no te vas a morir’. Me dice ‘pero si has estado en peores y estai acá’. ‘Ah, tení razón’. En cambio, mi papá se pone un poco más nervioso. Yo cacho que él se pone más nervioso. Pero trato de no contarle cuestiones. Pero cariñoso, tierno”

Le muestran un video de su mamá.

Suárez: “Te morí lo power de mi mamá. Yo no sé cómo lo hará cuando no está en el baño o frente a mí, si llorará echa pebre o no. Pero conmigo es como ‘ya, llamé al Cabify, Vámonos. Levántate’. Muy hinchapelota con que no puedo comer mucho, pero muy power como mamá. Más que un reencuentro, he tenido una relación con mi mamá donde se le ha permitido ser mamá. Y mi mamá, yo ahora estando grande, me cuida como si fuera niña. Me lleva a la clínica, me lleva al doctor, me compra el remedio.

“Gracias, cáncer, por darme esta situación en la que yo pude donde me pude desarrollar como niñita y mi mamá como mamá desde joven, incluso mamá desde vieja. Me hace también valorarla a ella y agradecerle un montón por todo lo que me ha enseñado y porque, si hoy estoy viva, es por como ella me crio a mí”.