Glamorama
Diana Bolocco relató anécdota con taxista. IMAGEN TOMADA DE PANTALLA: MEGA.

“Hago así y rajo el vestido…”: Diana Bolocco desclasificó divertida anécdota en el matinal de Mega

Autor: F. V. / 9 julio, 2019

Diana Bolocco se siente en confianza en el Mucho Gusto. Por eso, en la sección “Confesiones Matinales”, donde los rostros del programa se sinceran, la animadora se atrevió a relatar una divertida anécdota de su vida íntima.

Hace unos seis años, tras animar un evento de gala, se quedó afuera de su casa por no traer llaves. Y gracias a la ayuda del taxista, que la acompañaba en ese entonces, logró escalar el portón y pudo entrar a su hogar.

La anécdota la relató en el matinal:

Diana Bolocco: “Yo venía de un evento. Y peor que tú, Coté (Quintanilla), venía con un vestido hasta acá, hasta la rodilla, pero tubo, con un tajito atrás. Y con una cartera chiquitita, donde obviamente no eché las llaves de la casa. Pero sí venía con un taxista que me trajo.

“Había animado un evento. Era miércoles, doce de la noche. Llego. No tengo las llaves. Busqué en todas partes. ‘Tal vez me las eché (se revisa el escote) … No, no me las eché’”

Karla Constant: “Igual, doce de la noche es temprano”

Begoña Basauri: “Y con un marido que hace matinal”

Bolocco: “Sí, pero un miércoles. Un hombre de bien ya estaba durmiendo. Y digo ‘ok, no tengo la llave, voy a tocar el timbre’, porque adentro de mi casa estaban mis hijos, mi marido y mi queridísima nana, a la que le mando un beso.

“Toco el timbre una vez. No. Toco el timbre dos veces. No. Toco el timbre tres veces y el taxista me dice ‘señorita, ¿tiene algún problema?’. ‘Usted no se mueve de acá. Hasta que yo entre a mi casa, usted no se mueve de acá’. Toco el timbre, no pasa nada. Llamo al teléfono fijo, nadie me contesta. Nadie me contesta. Llamo al celular…”

José Miguel Viñuela: “¿Qué año fue esto? Perdón”

Bolocco: “Esto tiene que haber sido hace como seis años atrás”

Viñuela: “Hoy en día, ya nadie tiene teléfono fijo”

Bolocco: “En esa época yo todavía tenía teléfono fijo. Bueno, toco el timbre, no pasa nada. Entonces llamo por teléfono fijo, nadie. Nada y sí, escuchaba el teléfono desde afuera. Trato al teléfono celular de mi marido y me sale el buzón de voz”

Basauri: “¿Y le dejaste un mensaje?”

Bolocco: “Sí, a la cuarta vez le deje un mensaje: ‘Mira…”

Karol Lucero: “¿Quién revisa los mensajes?”

Coté Quintanilla: “Vamos a pelear terrible brígido”

Bolocco: “Me sirvió para descargarme, para cuando lo escuchará. Entonces digo, ‘ya, voy a llamar al teléfono de mi nana’. Celular de mi nana, nada. Y el taxista me dice, ‘señorita, me voy a tener que ir’. ‘Usted no se va a ir por ningún motivo’, le digo. Entonces digo, ‘¿qué hago? La puerta está cerrada, nadie me contestaba y el portón de los autos con unos pinchos’»

Viñuela: “Yo me habría pasado el rollo, qué quieres que te diga. Llamo a Cristián, no contesta, llama a la nana, no contesta. Yo me paso el rollo. Ustedes me van a perdonar. Yo me paso el rollo”

Joaquin Méndez: “Yo estoy de acuerdo”

Bolocco: “Y lo peor es que mi nana, de esa época, tenía como 20 años. Entonces le digo al taxista, ‘usted me va a tener que ayudar’, ‘¿cómo?’, ‘usted me va a tener que prestar su linda mano, me va a hacer sillita y yo voy a escalar el portón’”

Lucero: “Y el taxista dijo ‘cuenta con este fiel servidor, si lo que quiere es vengarse’ (risas)”

Bolocco: “Era un señor mayor, gracias a Dios, porque le digo, ‘señor ¿cuál es su nombre?’, ‘Jorge’, ‘Jorge, hagamos una cosa. Usted acerque su taxi, yo me subo…’”

Méndez: “¿Arriba del auto?”

Bolocco: “¡Necesitaba ese capó! Y luego tenía que escalar un poco más, ‘usted me presta su mano’. Entonces, ‘perfecto’, me dice Jorge. Agarra el taxi, lo estaciona. Y hago así (levanta la pierna) y no podía levantar la pierna, porque mi vestido era apretado hasta acá (la rodilla)”

Viñuela: “No me digas que te subiste el vestido”

Bolocco: “Espérate. Y hago (vuelve a levantar la pierna) y digo ‘no me da la pierna’. Entonces, me trato de sentar arriba del capó. Me siento en el capó del auto. Imagínense un vestido apretado hasta acá y no me subían las piernas. ‘Perdóneme, don Jorge, pero usted va a tener que subirse y abrirme”

Viñuela: “Subirse y abrirme”

Bolocco: “¡Subirse él y abrirme el portón! Me dice, ‘ok, lo voy a hacer’. Como un Hulk, don Jorge se sube al capó, pasa y le digo ‘adentro del auto, abra y ábrame con el control’. Está cerrado el auto. ‘¡Me está molestando!’. Él adentro y yo afuera. ‘Devuélvase’. Se devuelve don Jorge, pobrecito, además era un señor mayor”

Constant: “¿Y no odiabas a Cristián en ese momento?”

Bolocco: “Claro que sí. Y le digo ‘don Jorge, si quiere me cobra doble carrera’, ‘no se preocupe’, me dice. Ya llevaba como cuatro horas. Vuelvo a subirme al capó, y le digo ‘don Jorge, perdóneme, puede mirar para otro lado’. Peor aún, trato de subirme el vestido, ¡y no me subía! No me subía el vestido. ‘Don Jorge, usted me va a perdonar’. Hago así y rajo el vestido, un poquito.

“Levantó la pierna y, al levantar la pierna, me dieron ganas de hacer pipí. Yo estaba en mi casa, ya estaba relajada la vejiga. Entonces, le digo ‘don Jorge, ¿se puede dar vuelta otra vez?’. Abro las puertas, hice un poco de pipí, porque no me salió mucho”.

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