Kika Silva y Augusto Schuster se querellan por millonaria estafa
Este lunes, el programa Contigo la Mañana dio a conocer la compleja situación que estarían viviendo Kika Silva y Augusto Schuster. Se trata de una querella contra Nelson Sanhueza, contador de ambos rostros, por una millonaria estafa.
Según el matinal de CHV, Sanhueza era el encargado de pagar los impuestos y de manejar sus cuentas. Sin embargo, no realizaba correctamente los trámites tributarios, dejando a Silva y Schuster con deudas y multas por parte Servicios de Impuestos Internos (SII).
Patricio Rojas, abogado que representa a Schuster en la querella, explicó en el matinal que fueron las madres de ambos quienes de dieron cuenta del ilícito. Además, agregó que al actor de Mega los habrían estafado por cerca de $180 millones. También se refirió al caso de Silva.
Esto fue lo que explicó en Contigo en la Mañana:
Patricio Rojas: “Este caso hay que separarlo por dos, porque evidentemente son dos víctimas. En un primer caso, el caso de Augusto, él (Sanhueza) entabla una relación de cercanía con la mamá de Augusto, quien decide confiarle, atendiendo lo que él le comentaba, que es básicamente lo que pasa en todas las estafas, que él contaba con los conocimientos suficientes para hacer la contabilidad de la empresa.
“Una vez constituido este engaño, porque, además, él decía ser habilitado de derecho, cosa que no hemos podido confirmar, deciden confiarle a él la contabilidad. Él enviaba mensualmente un informe contable, contable entre comillas, porque evidentemente era falso, en el cual señalaba cuáles eran los montos que tenían que pagar por conceptos de impuestos y, evidentemente, los honorarios que él cobraba, que eran 250 mil pesos mensuales.
“Dado que el Servicio de Impuestos Internos trabaja por ítem de impuesto, por así decirlo, finalmente él lo que hacía era pagar Pago Provisional Mensual, que es el es famoso PPM. Entonces, el PPM es como el pago previo del impuesto. Por lo tanto, al final del año tributario si es que hay un excedente, se devuelve. Precisamente, el problema es que lo tenía que pagar el contador y no los pagaba. No lo pagaba y se dejaba la plata para él.
“Las mamás de Augusto y de Kika se dan cuenta, porque básicamente el contador se alejó, no contestaba los llamados o siempre estaba en viaje. Nunca estaba disponible para atenderlos en la oficina. Nunca pudieron mantener una relación como era hasta antes que se dieran cuenta.
“Dado esto, toman la información tributaria que tenían y van donde otro contador, que les dice ’aquí hay un gran problema: no se han pagado los impuestos. Tienen una deuda, tiene multas, sanciones, etc.’. Ellos no encaran directamente al contador, tomaron los antecedentes y fueron donde nosotros (para entablar la querella)”.
