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Sebastián Longhi en Mucho Gusto. IMAGEN: MEGA

“Me importa un carajo que no se acuerde de mí… Lo que me importa es que esté contenta”: El profundo testimonio de Sebastián Longhi sobre su madre con alzheimer

Autor: C. Z. / 9 octubre, 2019

Sebastián Longhi, el recordado ex participante de los reality Protagonistas de la Música y Pelotón, dio un giro en su vida hace unos años. Se instaló en Hijuelas, cerca de La Calera, y se dedicó a la producción y venta de paltas.

Sin embargo, tuvo que frenar de golpe su presente para hacerse cargo de su madre. ¿La razón? Sufre alzheimer.

Longhi visitó el Mucho Gusto para hablar de este tema en compañía de expertos. El cantante reveló que debió asumir los cuidados de su mamá luego de descubrir que su padre, afectado por una fuerte depresión, no podía hacerlo. Junto a su pareja, decidieron llevarse a vivir a su madre a la casa de ambos en Hijuelas.

Sebastián dio su testimonio y relató cómo enfrenta la enfermedad de su madre y sus cuidados:

Sebastián Longhi: “Mi madre está con alzheimer desde hace algunos años. Ellos (sus padres) vivían solos en Quilpué, en una casa inmensa, sin mayor vida social. Yo, junto a mi compañera, vivimos en Hijuelas. Llega un día que los voy a visitar, como siempre se hace, y veo a mi padre postrado por una falla sistemática total a causa de la enfermedad de mi madre, insostenible para mi pobre viejo”

Lucho Jara: “¿Producto de una cosa emocional?”

Longhi: “Sin duda, sin duda. Una depresión. Falla, postrado, hinchado, puro líquido, como la Rana René, que tiene los bracitos así, de porquería, pero un inmenso estómago. Listo. Se decidió llevarlos para allá (Hijuelas). Una decisión nada de fácil, nada de fácil, a Hijuelas a vivir con nosotros, teniendo en claro todos los riesgos y lo que involucraba.

“Esto iba ser de varios años. Sabíamos que no íbamos a generar ni un peso, durante el tiempo que sea necesario. Sabíamos que nos iban a robar la cosecha por completo, porque ahí cosechamos paltas y otras cosas, cosecha orgánica”

Jara: “Y para llevarse a sus padres, todo eso queda en un segundo plano. Y eso afecta la economía de ustedes”

Longhi: “Absolutamente. Economía no hay. Nosotros tenemos un breve tiempo para prepararnos, para ir, ahorrar, para poder generar un ambiente, organizarnos y listo.

“Si ando un poco tiritón, pido disculpas, porque es emocionante. Mi madre toda la vida ha sido bellísima, delicada y sonriente. Es una alegría desbordante la que la caracterizaba. Y claro, sucede esto. En el minuto en que la llevo a mi casa, me doy cuenta efectivamente, ya no a través de visitas esporádicas, sino por un diario vivir.

“Mi madre llegó a mi casa con siete psicoactivos, pastillas. Estas mismas pastillas la tenían con crisis de angustia, gritando todo el día, toda la noche, 24 horas, ‘me quiero ir a mi casa’, con un terror a la noche, cuando se ponía el sol. Y sí, un poco desorientada, pero eran ansiedades, ataques de angustia, griteríos, como si la estuvieran torturando”

José Miguel Viñuela: “Cuando te la llevas a tu casa, ¿cuándo empiezas a notar que la enfermedad empieza a hacer su aparición?”

Longhi: “No, de entradita. Esto ya tenía su desarrollo. Nosotros, con mi compañera, estuvimos siempre muy atentos de que había que hacer esto en algún minuto. Y cuando vimos a mi padre postrado, sin la capacidad de hacer nada…”

Viñuela: “Fue la gota que rebasó el vaso”

Longhi: “Claro…”

Jara: “Pero para eso necesitas el apoyo sistemático y formal de tu pareja. Es una decisión de dos. ¿Cómo interviene tú mujer, tú pareja, en esta decisión que tomas con respecto a tus padres?”

Longhi: “Con mi compañera nos sentamos, yo todavía lleno de dudas, porque yo muy miedoso ante este sacrificio que me estaba entregando la vida. Decidimos no separarnos, a pesar de que nos sacáramos la madre. Decidimos que íbamos a permanecer por una causa superior, que si bien el afecto y el amor es fundamental, pero ponlo más arriba: la humanidad tiene que estar intrínseco.

“Desgraciadamente, en este sistema de vida, en que estamos todos ahogados, no nos permite cuidar a nuestros enfermos, no nos permite, porque estás obligado a dejar tu trabajo. Con Cecilia nos turnábamos para hacer pipí, porque o sino quedaba la tendalada en la casa”

“Hubo ayuda. Ayer estaba escuchando la canción de (Andrés) Calamaro, No Se Puede Vivir del Amor, yo creo que sí, porque en el momento en que vives en un estado de gracia, y sientes amor, se te van dando las respuestas lógicas. Hay una lógica que maneja el sentimiento del amor que es muy profundo”

Karla Constant: “¿Quién te ayudó, aconsejó?”

Longhi: “Buscamos geriatras por todos lados. Acudimos al que creemos que es el mejor, que es el doctor Rojo, en Limache. Nosotros necesitábamos ver el plano global, no desde una mera especialidad. El doctor Soto, Ricardo Soto, que queremos mucho, también fue fundamental, y todo el sistema de salud de Hijuelas. La misma municipalidad de hijuelas. Tuvimos ayuda por harto lado.

“Con mi madre, y me pasa mucho cuando lo veo en televisión, es súper jodido, para mí, ver una persona que se siente acongojada. ‘Ay, mi marido no se acuerda de mí’, o ‘mi madre ya no me ve’. A mí me importa un carajo que no se acuerde de mí. A mí lo que me importa es que esté contenta. A mí lo que me importa es que disfrute. Eso viene del narcisismo más profundo que no se acuerde de mí. Hay que eliminar un poco es parte. Y es tal humanidad que tengamos que darles a los enfermos de alzheimer, no nos pongamos humanidad a nosotros, viejo, si somos nosotros los que tenemos que lidiar.

“Hay un tema un poco práctico, que lo conversamos en backstage, que es con respecto a cuándo te empiezan a sacar de quicio, y te dice ‘¿qué es esto?’, y tú dices ‘es un celular’. Y a los cinco segundos ‘¿qué es esto?’, ‘es un celular’, ‘¿y qué es esto?’, ‘¡ya te dije que es un celular!, ojo, cuídate. Tu cerebro empieza a funcionar con la misma lógica de ella. El alzheimer es contagioso. No podí seguir el mismo juego, sino te vai a enfermar”.