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Maly Jorquiera: «Yo no puedo decaer porque no tengo familia millonaria, no tengo herencia, no tengo nada. Tengo que trabajar por mi comida, por mi techo, por todo…»

Autor: Equipo Glamorama / 13 mayo, 2020

Maly Jorquiera habló de la vida en medio de la pandemia, de los altos y bajos de su carrera, de como fue para ella el 2019, un año que calificó como «horrible», entre otros temas.

La coanimadora de Sigamos de Lagro se contactó con El Aperitivo, espacio que se emite en vivo por el instagram de Velvet.

También explicó el espíritu que la guía. Estas fueron parte de sus palabras:

“He tenido suerte, tengo coraje. Yo no puedo decaer, porque no tengo familia millonaria, no tengo herencia, no tengo nada. Entonces, tengo que trabajar por mi comida, por mi techo, por todo.

«En esa weá uno no puede decaer. Y ahora con hijo, o sea, no te decaigo nunca hermano, ni cagando.

“Y porque mi plata no es solo nuestra casa. El otro día me vine del canal y estaba lleno de venezolanos el camino, con guaguas chicas, y cuando uno es papá o mamá, entiendes otra cosa del mundo.

“Por suerte tenía efectivo y fui pasándole a todos lo que más podía, porque está la zorra y uno tiene que aprender a compartir, y uno tiene suerte de tener trabajo.

«Es que la gente tiene el estigma del weón de la tele millonario. Yo no gano millones. Tengo que salir a trabajar y tengo que tener plata por si a mí papá de 80 años le pasa algo ahora. Y ni siquiera por mi familia, es si porque al vecino le pasa algo.

“Yo quiero ser la que tenga las lucas para ir por Alonso de Córdova, el otro día hacia mi casa, pudiendo entregar plata a los venezolanos que tenían a un niño de dos meses. Me devolví, pasé las diez lucas, diez lucas que a mí no me sobran, pero tampoco me faltan.

«Siento que si no entendemos esta pandemia desde ese lugar, no entendimos nada. Entonces no me webees, yo sé lo que es tener el calzón roto, sé lo que es tener el calcetín roto, para que tus compañeros no te molesten.

“Creen que soy cuica y también que mi familia es cuica. Pero yo soy la parte pobre de mi familia. Vengo de todos lados, yo sé cómo es la weá.

«No tengo problemas, ponte tú, con lo lujos, no tengo grandes ambiciones. Ayer le decía a Freire (Sergio Freire, su pareja, con quien tienen un hijo de dos años y siete meses) cuando estábamos con nuestro hijo a punto de acostarlo, que vamos los dos a acostarlo, porque gracias la vida nos da la posibilidad.

“Y Freire además preparó su vida, que es admirable, para ser papá y ganar lo justo para vivir. Porque nosotros somos de ganar lo justo para vivir”.