Glamorama
Millaray Viera en Yo Soy, en una foto de archivo tomada de la web.

Millaray Viera: «Soy una persona súper insegura y he tenido que trabajar eso… Sentía que en algún momento se iban a dar cuenta que no soy animadora»

Autor: Equipo Glamorama / 17 mayo, 2020

Millaray Viera tiene 32 años y una carrera de más de dos décadas  en televisión, donde ha realizado diferentes funciones, desde actriz a cantante.

La coanimadora de Yo Soy, en Chilevisión, realizó un contacto con Al Aperitivo, espacio que se transmite en vivo por el instagram de Velvet.

Allí se refirió a diversos temas, desde la relación que tiene con su ex marido el músico Alvaro López, a su cariño y admiración por Myriam Hernández, entre otros.

También habló del trabajo del proceso de convertirse en animadora. Estas fueron parte de sus palabras:

«Yo en esencia soy una persona súper insegura y he tenido que trabajar, hacerme un poco amiga de eso. El Toti me tenía un nombre, yo tenía un síndrome que no me acuerdo cómo se llama, que era como el síndrome del impostor. Yo sentía que en algún momento se iban a dar cuenta que no soy animadora y se van a dar cuenta que soy una farsante.

“Sentía que no era buena en eso y me ponía muy nerviosa antes de salir, sobre todo cuando empecé a hacer Yo Soy, que era prime. Y un jefe una vez me tuvo que mostrar unos estudios de opinión y decirme ‘mira, esto es lo que la gente piensa de ti’.

“A partir de eso no es que ahora me crea lo máximo, pero sí sentí un poco más de seguridad al decir ‘quizás sí voy por el buen camino, estoy aprendiendo, hay cosas que la gente valora y lo demás se aprenderá en el camino. Ya está’.

“A partir de eso empecé a disfrutarlo. Pero antes hubo un buen rato que lo padecí, porque no me sentía segura respecto a mi desempeño.

«Yo creo que es lo que la gente más valora o siente, y no soy una erudita tampoco, pero es la honestidad. Y muchas veces he sido capaz de decir ‘pucha, esta soy yo, estoy muerta de miedo, en verdad hice esto muerta de susto, estoy aprendiendo’.

“En esta pega, si hay algo difícil, es que uno lo aprende en cámara, ante el escrutinio público, del juicio. Porque cualquier persona aprende su pega sin que todo el mundo lo esté viendo, y vivir ese proceso en público, uno tiene que comerse todo el pudor.

“Muchas veces hay críticas que sí afectan y hay que comérselas y tratar de seguir aprendiendo y seguir adelante. No es fácil”.