Glamorama
Jorge Zabaleta en una imagen tomada de la pantalla de Mega en marzo de 2019.

Jorge Zabaleta relató experiencia con examen a la próstata: «Que me acompañara mi papá por último. Hay una cosa de complicidad padre-hijo, no sé…»

Autor: C. Z. / 4 junio, 2020

Jorge Zabaleta relató su experiencia al realizarse el examen de tacto rectal para el diagnóstico precoz de un posible cáncer a la próstata.

El actor de 50 años contó que su padre, el cantante Antonio Zabaleta, le pidió que se lo hiciera y fue quien lo acompañó a la consulta.

El protagonista de teleseries como Machos y Papi Ricky se contactó con Socios, el late que Pancho Saavedra emite en vivo a través de su instagram y del cual es panelista junto a Pedro Ruminot y Stefan Kramer. Esto fue lo que contó:

Pancho Saavedra: “Te hiciste la revisión técnica, ¿sí o no?”

Jorge Zabaleta, riendo: “Me hice la revisión técnica, pero fue muy gracioso…

«Hablo con mi papá y me dice ‘hijo, ¿cuántos años tienes?’, porque mi viejo no tiene idea cuantos años tengo.

«‘Hijo, ¿cuántos años tienes?’. Y le digo ‘papá, 48’. ‘Ah. ¿Te hiciste el examen, el tacto rectal?’. Y yo le digo ‘¡¿qué?!’. ‘El tacto rectal poh’. Así, normal, como hablando de lavarse los dientes.

«Y le digo ‘no, papá’. Y me dijo ‘mira, en nuestra familia hay problemas de próstata. Entonces te deberías hacer el tacto rectal’.

“Le digo ‘déjame pensarlo, porque me he hecho antígeno prostático y no me sale nada. Sale todo perfecto. Lo del tacto no lo había pensado nunca. Y le digo a mi mamá ‘déjame buscar un doctor’.

«Y empiezo a buscar los doctores en una clínica. Puros weones con apellidos ‘trastemayer’ y me imaginaba a un alemán con un dedo de este porte, así un dedo, una weá gigante.

“Estaba tratando de elegir un doctor con un apellido más piola. Un Rojas, un Valenzuela, con un deíto chico. La cuestión es que había uno de apellido Guzmán. Dije ‘este Guzmán no puede tener el dedo grande’. Y pido hora con Guzmán. Le digo a mi papá ‘acompáñame’”

Saavedra: “Como cabro chico. Te dio susto”

Zabaleta: “Si iba a tener una experiencia rectal, que me acompañara mi papá por último. Hay una cosa de complicidad padre-hijo, no sé… Le digo ‘acompáñame al doctor’.

«Llegamos a la cuestión, al mesón ahí. ‘¿Cómo está? Buenas tardes’. ‘Hola. Vengo a ver al doctor Guzmán’. Y mi papá dice ‘sí, viene por el tacto rectal’. ‘¡Cállate!’”

Saavedra, riendo: “¡Qué gracioso Zabaleta padre!”

Zabaleta: “Pero me lo habría hecho en otro país, ponte tú. No sé, en Perú, o en Bolivia, que tienen como la manito chica. Le digo ‘papá, cállate’, y se reía todo el rato, porque encontraba el mejor panorama que le podía haber tocado.

«Y le pregunto a la señorita ‘¿qué tal el doctor Guzmán? ¿Muy alto? ¿Cuánto mide?’. La señorita se cagaba de la risa. ‘Ay’, me dijo, ‘se nota que no lo conoce’. Y yo ‘¿cómo?’. ‘Se nota que usted no conoce al doctor Guzmán’. Me llama el doctor Guzmán: 1.98, impactante. Dije ‘¿en qué minuto?’.

“Yo le dije ‘¿sabe, señorita? Usted, cuando uno pide una hora, usted acá al lado de donde dice doctor Guzmán, usted tiene que poner una foto con algo de referencia, porque esto no es una cosa que uno se venga a hacer todos los días. Obviamente uno va a elegir al doctor con la manito más chica, y usted me saca al doctor Guzmán y mide 1.98. Apenas caía por el marco de la puerta. Se agachó para pasar’. Ultra humillante, ultra.

“Entro a la consulta. Me dice ‘toma asiento’. Se sienta y el escritorio le llegaba al ombligo. Era gigante. Y pone las manos arriba del escritorio, miro ese dedo y digo ‘esto me va a doler’. Miro a mi papá y digo ‘¿y si nos vamos y volvemos otro día? Porque, ¿sabí qué?, estoy cachando que…’ ‘¡No!’, me dice mi papá, ‘de acá salimos con el trámite hecho’.

“Entonces empezamos a conversar. Le digo ‘me hice un antígeno prostático hace seis meses y estaba perfecto’. Y me dice ‘sí, pero el antígeno nunca es 100%. Lo mejor de todo es el tacto rectal’.

«Me quería meter el dedo en el culo. Le dije ‘bueno, ya, ¿qué tengo que hacer’. ‘Pasa por acá’, me dice después que conversamos y yo más nervioso que la mierda. Le tiré la talla que le tiran todos, ‘oye, invítame a una piscola, invítame a comer’, todas esas tallas que los doctores han escuchado 1.800 veces.

“Estaba nervioso. Y le digo ‘doctor, ¿me pongo como en cuatro?’. ‘No’, me dijo, ‘de espalda y con las patitas abiertas’. ‘Ya, bueno’. Estaba entregado. Se puso unos guantes el doctor y no le entraba. Se saca el guante y dice por teléfono ‘Ana María, de nuevo me cambiaron los guantes. ¿Me puedes traer los míos, por favor?’. Eran como extra, extra large.

“Llega la Ana María a la consulta, abre la puerta. ‘Doctor, disculpe. Esta consulta la ocupó antes del doctor ‘trasenmayer’, no sé qué, al que yo debería haberle pedido hora. Le pasa unos guantes, ¡era un guatero!.

«Dice ‘ahora sí’, y se lo pone y suena. Agarra un tubo y… (ríe) Era como un gel. Le dije ‘doc, échele harto de eso, porque esto no va a ser fácil’. Y yo escuchaba a mi papá ‘jojojó’.

“Te juro que lo pasé como el loli. Me dijo ‘tranquilo, no te va a pasar nada’. ‘No, si ya a los 48 cualquier experiencia es buena’”

Saavedra: “Se echó el gel ¿y?”

Muestran una foto de Zabaleta en zunga.

Zabaleta: “Ahí todavía estaba virgen. No había entrado el doctor Guzmán. Y le dije ‘doctor, por favor, échese mucho de esta cosa, porque es mi primera vez’. La cosa es que se vació la cosa que tenía”

Saavedra: “Cómo se la va a vaciar toda, Jorge”

Zabaleta: “No, pero se echó ene poh. Y me dijo ‘ya, tranquilo, tranquilo. Respira profundo’. Y de repente ¡fú!, y yo así…”

Saavedra: “Ni cachaste”

Zabaleta: “Pero perfecto, como si nada”

Saavedra: “Sin dolor”

Zabaleta: “Con el dedo del doctor Guzmán, que medía 32 centímetros. ‘ Y le decía ‘oiga, doctor, nunca tanto’”

Saavedra: “¿Y dolía?”

Zabaleta: “Te juro que estaba tan nervioso que no lo sentí. Estuvo un rato. ‘Mmm… tamaño normal’. Se saca el guante y me pasa como una toalla nova. No, si es más humillante que la mierda. Me pasa un rollo de papel”

Saavedra: “¿Y cada cuánto uno se lo tiene que hacer? ¿Un año?”

Zabaleta: “Yo me lo hago todos los meses”

Ríen.

Zabaleta: “No, antígeno prostático de ahí en adelante. Terminó esta cuestión y te juro que estaba muy nervioso. Se saca el guante, me pasa el rollo de papel y uno se acuerda de esos carretes que se pegaba en el mirador cuando pendejo, que andaba con el confort en la guantera.

«Si eras ecológico, andabas con una bolsita, botabas todo dentro de la bolsita. Y el doctor me pasa este papel, yo limpiándome el gel y le digo ‘gracias, doctor’. Y me visto y quedé como con un dolorcillo. ‘¿Sabe, doctor? Como que me duele un poquitito’. ‘No, te va a doler un rato, pero tranquilo’.

“Me fui con mi papá. Caminaba y me acordaba del doctor Guzmán. Debo reconocerlo. Me acordé del doctor Guzmán todo el día. Y al otro día no pasaba nada. Esa fue la historia”.