Francisca Imboden y los ataques por su papel en Papá a la Deriva: “Cuando recibes un comentario malo y duro, como ‘muérete, fea, horrible, te odio’, una vez al día, te quedas pegado”
Francisca Imboden se contactó con El Aperitivo, programa de Jordi Castell que se emite por el Instagram de Velvet.
La actriz de 48 años se refirió a la cuarentena con sus hijos, a cómo ha enfrentado estos meses sin hacer radio y teatro, y a su paso por el Mucho Gusto como panelista el año pasado.
También habló sobre el episodio de acoso que vivió su hija, Trinidad Garcés de 27 años. Y sobre los ataques que recibió por su personaje en la teleserie de Mega, Papá a la Deriva, la cual hoy el canal está repitiendo:
Jordi Castell: “¿La Trinidad fue la que alguien como que la joteo y tú le paraste los carros?”
Francisca Imboden: “Sí, toda una situación… ¿Para qué vamos a seguir ahí? Pero claro, a mí no me gustó mucho, porque cuando la hija de uno dignamente ha dicho que no, no, no, y la persona sigue y sigue. Ya es acoso la cuestión.
“Entonces la verdad es que molesté bastante. No es no, es tan simple como eso, ¿qué parte no se entiende?”
Castell: “Igual me parece súper bien que aparezca la mamá cabrona así como poniendo el acento, porque hay algunos que no entienden que no es no. Y del acoso al psicopateo hay un paso. Yo sé que en el primer mundo está un poco más protegida la mujer, pero acá en Sudamérica no”
Imboden: “No pues. Además muchos con ese error de concepto que las mujeres dicen que no, pero en el fondo sí. Pucha, eso en el coqueteo íntimo, cuando ya tienes una relación. Pero en la previa si te están diciendo no, hay que ser medio pavo o francamente con daño, para no entenderlo”
Castell: “Los hombres, particularmente en este país, son medio primitivos. No saben dónde está límite”
Imdoben: “Como un poquito falta de cultura incluso. Hay una previa súper entretenida, una conversación donde tú puedes percibir si es que realmente está mirando al otro. Cuándo hay enganche y cuándo no hay.
“Son cuatro segunditos más mi amor que se quede ahí, converse. Tranquilo, si no es tan grave, no es ni fome ni más tonto. Muy atinado sería.
“Lo bueno es que ahora las nuevas generaciones van mejorando cada vez más. Uno que es madre de un niñito varón tiene el deber también de inculcarle al cabro que escuche, que perciba y que eduque esa parte sensible de sí mismo, para reconocer la sensibilidad en el otro.
“Y que no va a ser más machito ni menos machito por andar haciendo tonteras. Es una cuestión de respeto todo. Yo no puedo dejar que me pasen por encima, como tampoco voy a pasar por encima del otro.
“No le hagas al otro lo que no te gusta que te hagan. Y tanta frase maravillosa del año de la cocoa que todavía a veces no nos hacemos carne. Eso”
Más tarde, se refirió a los cientos de comentarios negativos que recibió en Instagram por su papel de Rosario en la vespertina Papá a la Deriva, que la llevaron a cerrar la red social durante ese periodo:
Castell: “¿Cuál fue la última teleserie que hiciste que te empezaron a odiar por el personaje?”
Imboden: “Primero por una que la están repitiendo, que se llamaba Papá a la Deriva. Que era insoportable, una galla que perseguía a un gallo que jamás la iba a pescar, pero ella insistía.
“Pero también me odiaron en la última que hice que se llamaba Juegos de Poder. Que era una galla bien compleja, bien dura y fría”
Castell: “Leí por ahí, algo de que te psicopatearon a través de las redes por un personaje”
Imboden: “Eso fue cuando hice Papá a la Deriva. Lo que pasa es que ahí estaba como recién empezando el boom de Instagram.
“Yo lo había abierto recién, entonces tampoco me manejaba mucho con la sensibilidad que hay que tener en este tipo de redes. Siempre he sido medio análoga, como que no me manejo tanto con eso.
“Y esa teleserie era muy de niños, era familiar, para un público chico. Entonces yo aprovecho de decirles a las mamás, si es que escucha alguna, no le dejen tener Instagram a un niño que no entiende bien.
«Es tanta la separación y el nivel de odio, bullying y rabia. Yo decía ‘se me dicen esto a mí, quizás que le dirán a las amigas, a las compañeras y qué recibirán ellas también’. Como una medida compleja con la rabia y el odio.
“Uno puede aguantar y todo el mundo dice ‘ay, pero tú tienes que acostumbrarte a lo que opine la gente’. Sí, evidentemente, pero cuando tú recibes un comentario malo y duro, como ‘muérete, fea, horrible, te odio’, una vez al día, te quedas pegado.
“Puedes recibir 20 comentarios buenos, pero te quedas pegado con el malo. Pero cuando son 50 comentarios así como ‘ojalá te trague la tierra’, poniéndolo suave, porque no tengo ganas de repetir tanto nivel de mala onda”
Castell: “El personaje que hacías era pesadito, yo me acuerdo haberla visto un par de veces”
Imboden: “Era pesadita, era chueca, era mentirosa y le quería quitar el amor a la María Gracia Omegna. Que todo el mundo amaba a la María Gracia porque era la buena de la película y yo era la mala de la película.
“Pero fue tanto, que yo de verdad dije ‘no tengo ganas de recibir esto’. Entonces lo cerré el Instagram en esa época.
“Ahora lo abrí y no respondo mucho, ya no veo mucho los comentarios en realidad. Porque tanto como todo el mundo tiene derecho a decir que lo que quiera, yo también tengo derecho a leer lo que quiera y a quedarme con lo que quiera.
“Además uno tampoco quiere cambiar a nadie, pero no me vengas a decirme lo que tengo que pensar, lo que tengo que decir y si no te gusta, bueno, mira para otro lado. No te metas, si te caigo tan mal también, ¿para qué me hablas?”
