Alvaro López sobre los días de cuarentena que pasó junto a su ex Millaray Viera: «Me tenía de nana… Me ponía la pañoleta, mi delantalcito y empezaba a barrer»
Alvaro López habló, con muy buen humor, sobre los días de cuarentena que pasó, al inicio de las semanas de encierro, junto a su ex esposa Millaray Viera y la hija que de ambos Julieta.
«Es rico. No es instantáneo, es algo que se va construyendo que requiere harta voluntad no solo de mi parte, también de él”, dijo Viera hace unos meses sobre la relación que mantiene con el rockero.
En tanto, esta semana el cantante de Los Bunkers se contactó con el espacio que Angélica Castro transmite en vivo por el instagram de Velvet, donde se refirió al buen vínculo que existe con su ex esposa, al talento musical de su hija y los días de cuarentena que pasaron juntos:
Angélica Castro: “¿Cómo ha sido la relación entre ustedes? Julieta contigo”
Álvaro López: “Trato de no empujarla, de no decirle ‘escucha esto que me gusta a mí’. Trato de que el ambiente en donde ella vive sea musical. A la Millaray le gusta el piano, canta, toca la guitarra, ella siempre vivió en un ambiente muy musical.
“La Millaray tenía la idea, a los cinco años, de meterla a un conservatorio de piano y yo le decía ‘no. Que sea un juego para ellos’. Ir un poco cercando el camino, pero tampoco diciéndole ‘esto es lo que tienes que escuchar’, y que sea un juego todo el rato. Los niños tienen que leer porque es entretenido, no porque en el colegio te hicieron leer tal libro. Lo mismo la música, tiene que salir de un descubrimiento de los cabros chicos.
“Para la Julieta siempre fue un juego y tiene la suerte que es hija de la Millaray. Es súper afinadita, desde chiquitita cantaba muy profesional canciones de Los Prisioneros. Y le empezó a gustar Los Prisioneros porque estaba la serie de Los Prisioneros en la tele y no porque a mí me gustaran Los Prisioneros.
«Nunca le he inculcado la música, sino que la música ha estado alrededor de ella todo el rato. Y sin que nadie le pidiera, empezó a hacer canciones, a tocar el piano sin que nadie le dijera. Aprendió este año a hacer canciones en portugués”
Angélica Castro: “En esta cuarentena los vi haciendo un dueto de Pimpinela”
López: “Ah sí. La cuarentena me tocó en la casa de la Millaray. Pasé como un par de semanas ahí, entonces, aprovechamos de pegarnos unos pimpinelazos al piano bastante entretenidos”
Castro: “Perdón, ¿tú pasaste un par de semanas en la casa de la Millaray? ¿Pasaste la cuarentena ahí?”
López: “Sí”
Castro: “Cuántas personas podrían contar una historia así”
López: “A cambio de que yo le barriera toda la casa. Le hice aseo todas esas semanas, me tenía de nana mal. Barría, lavaba, hacía todas las weás. Pero yo feliz”
Castro: “Qué eres loco”
López: “Pero feliz. Limpiaba, hacía el aseo, plumero. Claro, me ponía la pañoleta en la cabeza, mi delantalcito y empezaba a barrer. Y lo bacán es que la Milla tiene un piano ahí. Entonces, es llegar y sentarse al piano todos los días. Bacán”.