Glamorama
Nano Calderón y su polola Rebeca Naranjo en una foto que él compartió en su instagram @nanocalderon97 en marzo pasado.

La polola de Nano Calderón Argandoña se querella «por reiterado abuso sexual» en contra de Hernán Calderón padre

Autor: Cristián Farías Ravanal / 17 agosto, 2020

Rebeca Cristina Naranjo Hernández, polola de Nano Calderón Argandoña, se querelló contra el padre del joven, el abogado Hernán Calderón, y «contra todos aquellos que resulten responsables, sea en calidad de autores, cómplices o encubridores, del delito reiterado de abuso sexual».

Así lo señala la acción judicial interpuesta ante el Cuarto Juzgado de Garantía de Santiago.

Esto sucede mientras Hernán Calderón padre se recupera tras ser sometido a una cirugía luego de ser apuñalado por su hijo de 23 años en ambas manos, por lo cual el abogado se querello contra él por parricidio frustrado.

En los papeles de la querella -a los cuales este sitio tuvo acceso- la joven nacida en Venezuela que maneja un loca de venta de ropa, relata una serie de hechos ocurridos con el abogado de 67 años mientras los tres vivían en el departamento de Hernán Calderón, entre septiembre de 2019 y junio de este año.

Rebeca Naranjo afirma que, en septiembre de 2019, ella y su pololo «nos fuimos a vivir al departamento de su padre, don Hernán Calderón Salinas… Aquello, puesto que con mi pareja teníamos un viaje de varios meses programado y el Sr. Calderón Salinas le propuso a su hijo que arrendara su departamento y nos quedáramos con él hasta que el viaje se efectuara».

La denunciante cuenta que durante los primeros meses de convivencia todo anduvo bien. «Sin embargo, a mediados de febrero de 2020, don Hernán Calderón Salinas empezó a llamarme constantemente para preguntarme cómo estaba su hijo y cómo estábamos nosotros como pareja. En un principio yo consideré que era una actitud de padre preocupado, no obstante, al pasar el tiempo los llamados fueron incrementando, esta vez preguntando específicamente por mí y mi ubicación.

«Frente a esto yo le consulté la razón de sus llamados constantes y él me señaló que como vivía en su departamento yo le debía explicaciones, lo que en ese momento entendí como una regla de su hogar. Posteriormente, en marzo de este año, comencé a percibir una actitud extraña por parte del Sr. Calderón, él se me acercaba bastante y yo sentía que me miraba de una manera distinta, me hacía insinuaciones».

En el escrito presentado ante la justicia, Rebeca Naranjo detalla episodios como los siguientes:

«El día 8 de marzo el querellado se acerca a mi mientras yo estaba cocinando, él me agarra por las caderas, me da un beso en cada mejilla y me dice descansa. Aquello para mí fue bastante incómodo, sentí que fue inapropiado, comentándole a mi amiga Karen Siciliano Cabezas, que tenía duda de sus intenciones.

«El 19 de marzo, mientras mi pareja se encontraba en nuestra pieza, yo fui a la pieza de invitados del departamento a buscar cajas con stock de mi local, puesto que necesitaba armar pedidos para enviar. Estando yo agachada, siento que me tocan el cuello y los brazos, yo instantáneamente pensé que era mi pareja, pero grande fue mi sorpresa al percatarme que era su padre…

«Antes de que pueda levantarme el Sr. Calderón Salinas me dice ‘tienes la piel rica, suavecita’. Luego de eso me paro rápidamente y antes de que pueda irme de la pieza me pregunta ‘¿qué tienes allí?’, señalando la parte posterior de mi short, me doy vuelta a mirar para ver a qué se refiere y en esos instantes siento que don Hernán Calderón Salinas me está levantando el short y pone la palma de su mano en mi glúteo. Lo único que pude hacer fue correr a mi pieza, tenía mucho miedo, temblaba, me sudaban las manos, no sabía que hacer, quedé en blanco y comencé a llorar, me tuve que bañar para quitarme el olor a su perfume…

«Transcurre aproximadamente una hora desde que me voy del departamento y el Sr. Calderón Salinas empieza a llamarme repetidamente y a enviarme mensajes por WhatsApp preguntándome dónde estaba y por qué no contestaba el teléfono. Finalmente decido responderle que tenía el celular en la cartera, y automáticamente el querellado elimina los mensajes que me había enviado».

«A mediados de abril, el Sr. Calderón Salinas junto con su pareja, doña Patricia Ramírez, que había llegado al departamento a quedarse, nos invitan a compartir un asado familiar. Estando los cuatro sentados en la mesa, empezamos a hablar de mi negocio de venta de bikinis y yo señalo que el modelo que más vendía eran los pequeños tipo colaless. Ante mi comentario don Hernán Calderón Salinas me dice que me pruebe uno para ver qué tan pequeños eran. Ante esto doña Patricia le llama la atención y su hijo le dice que es un comentario inapropiado y fuera de lugar, yo solo guarde silencio. Me atrevería a señalar que este fue el momento en que Hernán Calderón Argandoña comenzó a percatarse del comportamiento lascivo de su padre hacia mí».

«El día 22 de mayo con mi pareja tuvimos una discusión por lo que decidí dormir en la pieza de invitados. En medio de la noche, estando yo acostada en la cama, me percato que don Hernán Calderón Salinas entra a la habitación, siendo mi única reacción hacerme la dormida, pero el querellado se da cuenta de que estoy despierta y me pregunta cómo me sentía después de la discusión con su hijo. Sorpresivamente, siento su mano dentro de mi pijama al nivel del pecho, me estaba tocando los senos, en ese momento logré reaccionar y le quité bruscamente su mano de mi busto. Él se retiró, pero en mi cabeza siempre estaba el miedo de que los episodios se volvieran a repetir»

«A principios de junio discutimos con Hernán Calderón Argandoña, y yo aproveché la pelea para decirle que me iba del departamento, ya que no encontraba otra manera de salir de la situación que estaba viviendo. Con la ayuda de Laura, la asesora del hogar, recogí gran parte de mis pertenencias y las metí en maletas.

«Laura bajó al subterráneo a buscar un carro para poder meter el resto de mis cosas y hacer el traslado más fácil. En esos momentos, en que estoy esperando que ella vuelva con el carro, don Hernán Calderón Salinas me dice que no quiere que me vaya, a lo que le respondo que me voy a ir del departamento. Luego, el querellado me señala ‘yo quería que tú fueras mía, ¿no te atreves?’, yo le digo que está loco y justo llega el ascensor con la asesora del hogar. Terminé de recoger mis cosas y bajo con ella para que me ayudara a meterlas a mi automóvil».

La denunciante afirma que el pasado 5 de junio, cuando ya se había ido del departamento del abogado, le cuenta a Nano Calderón lo que sucedía con su padre, el joven enfrenta a su progenitor pero este niega los hechos.

Luego, la pareja se va a vivir al departamento del hijo de Raquel Argandoña y todo transcurría con normalidad. Hasta que, el pasado martes 11 de agosto, «estábamos sentados en el living y Hernán Calderón Argandoña me pidió mi teléfono y yo se lo pasé… En ese instante Hernán Calderón Argandoña toma su celular y le toma foto a mi teléfono, yo le pregunto qué hace, él no respondió, yo solo pude observar que en mi celular estaba abierta la
conversación de WhatsApp con su padre. Él me entrega mi celular, me dice que nos vemos en un rato y se retira del departamento».

Ese día ocurrió el ataque con cuchillo de Nano Calderón a su padre, el cual fue internado en la Clínica Alemana, mientras, hasta esta mañana, el joven aún no era detenido.