Glamorama
Nano Calderón y Felipe Camiroaga en fotos de archivo tomadas de la web.

La respuesta a la teoría conspirativa que relaciona a Nano Calderón con incendio de la casa de Felipe Camiroaga

Autor: Cristián Farías Ravanal / 21 agosto, 2020

Durante la noche de este jueves y la mañana de hoy viernes Nano Calderón y Felipe Camiroaga figuran en el top ten de los temas más comentados en Twitter.

El caso del hijo de Raquel Argandoña continúa como uno de los más tratados por los matinales y medios de comunicación en general. Y en una arista inesperada, se le relacionó con el incendio que consumió la casa del querido animador en Chicureo.

El siniestro, ocurrido en febrero de 2011, meses antes de su trágico deceso, fue calificado entonces por Camiroaga como: «Después de la muerte de mi mamá, esto ha sido lo más doloroso».

En tanto, ahora, algunos tuiteros comenzaron a replicar antiguos mensajes posteados por el hijo de Raquel Argandoña en esa red social, como el siguiente:

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Sin ningún fundamento, usuarios de Twitter entonces relacionaron este tipo de mensajes con la información sobre el incendio del hogar del fallecido conductor contenida en el libro Felipe Camioraga, La Verdadera Historia, publicado en 2013 por los periodistas Cristián Farías, editor de Glamorama, y Cecilia Gutiérrez, una de las editoras de Publimetro.

Esta vinculación podría deberse a lo escrito en el capítulo «El único sospechoso de causar el incendio de la casa en Chicureo» del volumen. Allí se detalla lo ocurrido la madrugada del 11 de febrero de 2011 y la posterior investigación del siniestro.

La biografía relata que, en el lugar del incendio, donde se encontraba el «Halcón de Chicureo» y sus más cercanos cuando las llamas recién habían sido aplacadas, ocurrió lo siguinte:

«Poco después de las seis de la mañana apareció un hombre que nadie conocía, pero que estacionó su auto al interior del terreno y se les acercó a conversar. ‘Hola, soy un vecino cooperador’, dijo. Camiroaga y su grupo de íntimos se miraron extrañados, aunque luego continuaron con la remoción de escombros».

Posteriormente el sujeto se va y regresa con bolsas con agua mineral, galletas y cuatro cajetillas de cigarrillos que comenzó a repartir entre los presentes.

«El desconocido intentaba entrar en conversa con Felipe, pero el afligido rostro de TVN ignoró sus palabras porque tenía sus pensamientos en otra parte, tratando de asimilar la gran pérdida que había sufrido», dice la biografía Felipe Camiroaga, La Verdadera Historia.

El libro describe lo que ocurrió después y concluye con un informe de la investigación. Dice:

«Bomberos de Colina realizaban los peritajes de rigor para determinar las causas del siniestro. Dado que se había cortado la luz, intuyeron que cuando regresó el suministro, un alza de voltaje había provocado las llamas.

«Esa teoría se desarmó más tarde cuando, cerca de las cinco de la tarde, llegó a la escena del suceso Patricio Palominos, perito de la Segunda Compañía de Bomberos de Lampa. El longevo voluntario comenzó a examinar minuciosamente el sitio.

«Llamó la atención de los presentes por su método, ya que tomaba restos de cosas quemadas y se los acercaba a la nariz. ‘Dejémoslo que haga su trabajo, se nota que sabe’, observó el anfitrión de Buenos Días a Todos.

«Cuatro horas duró el peritaje y, a las nueve de la noche, con el trabajo terminado, el voluntario de bomberos se acercó a Felipe y preguntó: ‘¿Usted tiene enemigos?’, a lo que el extrañado animador respondió ‘no’.

«‘Tengo la certeza de que el incendio fue intencional’, le comunicó el bombero Palominos.

«‘Imposible… Yo hago el bien, ¿por qué alguien querría hacerme daño?’, contestó un sorprendido Camiroaga.

«El peritaje de Palominos fue el puntapié inicial para la investigación de la Fiscalía de Chacabuco, a cargo de Patricio Macaya, quien encargó el proceso a la Brigada de Investigaciones Especiales de la Policía (BIPE). La BIPE comunicó su conclusión: el incendio fue intencional.

«Se encontraron rastros de vidrios con olor a combustible y un bidón. Y el principal sospechoso es el misterioso hombre que se identificó como hijo de una conocida artista y les llevó galletas y cigarrillos, aunque nadie lo conocía. La policía lo citó a declarar, pero el sujeto no asistió.

«Con todos los antecedentes de la investigación en sus manos, y sabiendo el nombre del sospechoso con el que tuvo contacto durante la misma mañana del siniestro, Felipe tomó su decisión. No quiso entablar acciones legales porque opinó que sería un proceso ‘demasiado doloroso’.

«‘Además tendría que enfrentarme cara a cara con ese tipo’, comentó. Y a más de un año del siniestro, el fiscal Ulises Berríos -quien tomó el caso luego de que Macaya fuera trasladado- decidió archivar la causa».

De esta manera, cabe racalcar que el sospechoso nunca fue Nano Calderón Argandoña.