Glamorama
Kramer durante una conferencia de Viña 2020. FOTO: AGENCIA UNO

Stefan Kramer: «Cuando uno está con depresión no quiere comunicarlo porque siente ‘¿cómo vas a tener depresión? Soy el papá de dos hijos, tienes que estar bien’. Y lo ocultaba…»

Autor: C. Z. / 3 agosto, 2020

Stefan Kramer recordó la depresión que sufrió tras su exitosa actuación en el Festival de Viña 2008.

El comediante de 38 años relató su experiencia la semana pasada en Socios, el espacio que Pancho Saavedra emire en vivo por instagram y que terminó su segunda temporada.

Esta fueron parte de las palabras de Kramer:

“Yo hago una charla también”

Pancho Saavedra: “¿De qué se trata?”

Kramer: “Radiografía de un Camaleón. Es contar todo el recorrido hasta llegar al éxito de Viña 2008 y después saber que el mundo seguía. Y vino una depresión gigante que duró como dos años y donde busqué millones de respuestas y no le quería contar a nadie. Cuando uno está con depresión y esas cosas no quiere comunicarlo, porque siente ‘¿cómo vas a tener depresión? Soy el papá de 2 hijos. Tienes que estar bien’. Y lo ocultaba.

“Me acuerdo que estábamos en un evento en el sur, en Conce, y estaba Lucho Jara animando. Y no me preguntes por qué, pero ese weón sabe todo. Un día nos encontramos en las escaleras, y yo oculto en el backstage, tratando de no saludar a nadie porque se me notaba. Y nos encontramos como saliendo, en un pasillo: ‘Stefan’. ‘Hola, Lucho, ¿cómo estai?’. ‘¿Estai con depresión?’. ‘No, no estoy con depresión’.

“Y después me empiezo a dar cuenta que qué importa, si al final hay que contarlo”

Saavedra: “Hay que contar esas cosas, hay que contar la vida. Es súper saludable, porque uno se va desprendiendo de weás. Es verdad”

Kramer: “Hice de todo”

Saavedra: “Mi abuelo, me acuerdo latente, como a los 18 años, cuando andaba en estas búsquedas de identidades, alguien le comentó y mi abuelo, que en paz descanse, de esos viejos antiguos, dijo ‘¿qué vai a webiar al sicólogo? A mí, cuando era chico, patá en la raja y se me quitaba altiro la depresión. Hay que ser aniñado. No andar con weás de depresiones’. Los abuelos eran así poh. Y ya poh, así fue.”

Kramer: “Después de Viña yo estaba mal. Caminaba por la calle y no tenía con quién compartirlo, porque me decían ‘ya poh, ¿qué te vas a quejar? Te ha ido la raja. Anda a webiar a otro lado. No vengas a webiar para acá’. Entonces a quien quería comentarle era como ‘¡sale!’.

“La Paloma (Soto, su esposa) me aguantó harto tiempo, más de dos años. Y era como ‘¿qué te pasa?’. Estaba muerto en vida. Y ahí me decían ‘anda a un sicólogo’.

“Y fui al sicólogo. En ese momento le dije a la Paloma ‘estoy mal, creo que voy a tener que ir al sicólogo’. Y éramos chicos igual, 26 años, y era como ‘¿por qué tienes que ir donde otras personas a contarle nuestros problemas? Solucionémoslo entre nosotros’. ‘No sé, siento que quiero ir’. ‘Si quieres ir, anda’.

“Y fui. Pero yo la entendía. Estar tanto tiempo así. Me sentía aventurándome a ir. Y me acuerdo que llegué al piso 1 de una calle en Providencia y era un gallo muy parecido a Pedro Engel, tenía una barba larga”

Saavedra: “Me hubiese dado susto altiro a mí”

Kramer: “De verdad te digo, Pancho. ‘Cuéntame, ¿qué te pasa? (imita voz de Pedro Engel)’. ‘Soy papá de dos hijos. Tuve esto en Viña y ahora me siento mal, necesito que usted me ayude, por favor. Sáqueme esto rápido’. ¿Cachai esa sensación?. ‘Soluciónamelo ahora’.

«‘No sé qué le puedo decir. Soy el menor de cuatro hermanos. Toy mal. Necesito que me ayude. Tengo esta weá adentro. No puedo estar mal, tengo dos hijos’. ‘Ah, ¿no puedes estar mal?’. ‘No, no puedo estar mal’. ‘Ahí estás mal…’, me dijo. Y me hizo el Test de Rorschach.

“Luego fui donde la Paloma. ‘¿Qué te dijo?’. ‘Que debo ir al siquiatra’. ‘Te van a dar pastillas’. ‘No me van a dar, no me van a dar’. Fui. Clínica Alemana, cuarto piso, y yo escondiéndome porque no quería asumirlo. Sentía eso de ‘ir al sicólogo es de perdedor’, ‘siquiatra es de perdedor’. Entonces tenía que sumergirme en esto nuevo.

“No quería que nadie me viera ahí. Y de repente me hablan por la voz. ‘Stefan Kramer, pase al…’”

Saavedra: “Dijeron tu nombre”

Kramer: “Sí. Entro y me dice ‘bueno, cuéntame…’ ‘Mire…’ Pastilla pero al toque. Y llegué a la casa y dije ‘soy padre de familia y tengo que estar bien. No voy a tomarme estas pastillas. No lo voy a hacer’. Las dejé ahí en el velador. ‘No las tomo’. Y el hoyo que tenía adentro era tan heavy que dije ‘voy a probar media’”

Saavedra: “Sentías una presión, como un hoyo en el alma”

Kramer: “Un hoyo en el alma. Y voy a probar media… Droga legal. Pero el efecto se acababa poh, Panchito, dura un ratito.

“Y de ahí fui donde una persona que me ayudó mucho. Y el principal consejo fue que intentara contar los problemas que tenía y que los tradujera al humor. Y empecé a soltarme y a relajarme. Empecé a hacer shows con ese desahogo y sentí que me empezaba a sanar yo y tenía un propósito de actuar, más allá de hacer reír. ¿Te acuerdas lo que hablamos el otro día? Que la risa sana te sana el alma”.

Saavedra: “Y cuando conociste al gran Felipe Camiroaga, ¿él nunca te dio un consejo?”

Kramer, imitando a Camiroaga: “‘Stefan, nunca dejí de imitar, nunca, nunca. Tení que imitar siempre. Eso es lo que voh tení que hacer, weón’. Siempre me decía eso, que no dejara de hacer nunca esto».