Glamorama
Alison Mandel y Begoña Basauri en imágenes tomadas de la pantalla de instagram en Socias.

Alison Mandel: “Me voy a ir de tarro. Un ejecutivo de televisión en el restaurante con una niña que no era su señora… No es mi amigo, pero igual he guardado su secreto cochino…»

Autor: C. Z. / 23 septiembre, 2020

Socias es un espacio que se emite en vivo por el instagram de Begoña Basauri, quien se contacta con panelistas estables que se van turnando, entre ellas Alison Mandel.

Entre las diversas historias de diferente tipo que cuentan en el espacio, Mandel relató una anécdota referida al casual encuentro que tuvieron en un restaurante ella y su marido, Perdo Ruminot, con un conocido ejecutivo de la televisión chilena acompañado por una mujer que no era su esposa.

Estas fueron las palabras de la comediante:

Alison Mandel: “Me voy a ir de tarro con esto. No voy a decir nombres, pero vamos a hablar de un ejecutivo de televisión. Un viernes en la noche con el Pedro le dije ‘vamos a comer al restaurant que nos gustaba’. ‘Ya’. Voy caminando, entramos y de repente un ejecutivo de televisión comiendo en el restaurant, terminando y pidiendo la cuenta con una niña que casualmente no era su señora.

“Y yo ‘hola, ¿cómo has estado?’. ‘Bien, ¿y tú?’. ‘Bien’. No sé si él se puso nervioso por esta situación porque empieza a hablar mucho, y como el Pedro no sabe ponerle fin a las conversaciones, era ‘¿cómo te ha ido?, ¿en qué estai, Pedro?’, no sé qué… Y el Pedro ‘sí, no, vine acá a comer’, y le empieza a hablar de tele y la mina como (cruzada de brazos). Y yo pensando ‘la conozco de alguna parte, pero también conozco a la señora’.

Begoña Basauri: “Es que eso es súper incómodo. Hay gente que es cara de raja para gorrear, te hacen parte y uno como… ¿Nunca te ha pasado que alguien llegue a un asado y el loco titular, o el de la banca… Y uno ‘eh…’

Mandel: “Y a mí me da lata con la persona de la banca, porque la culpa también es del weón. La mina empieza a mirar y a preguntar. Y la mina bien intensa, porque de repente me dice de la nada, y nosotros no nos habíamos ni sentado, ‘oye, el Pedro tiene hijos ¿cierto?’. Y yo ‘sí’. ‘¿Y cómo es ser madrastra?’. Y le dije ‘no te conozco’ y ‘pucha, es un camino que tú tení que decidir bien si lo querí tomar o no, porque es un camino que no es algo esporádico, es para toda la vida’.

“Me empecé a poner profunda, porque ‘un niño es un mundo y cada niño es un mundo’. Ya, el punto es que yo le digo al weón ‘uy, juntémonos otro día, que yo me muero de hambre. Nos vamos a sentar’. ‘No te preocupí, me voy a sentar con ustedes’.

“Y la mina así como que habían pedido la cuenta y les tocaba ir a tirar. Y se sientan con nosotros y nosotros comiendo, muy incómodo. Y él todo el rato hablaba y hablaba. Y la mina dice ‘pucha, yo me tengo que ir’, porque todo el rato hablábamos y de repente dice ‘ya, me tengo que ir’. Y él le dice ‘ya, que te vaya bien’. Le da un abrazo súper de ‘chao, compadre, que te vaya bien’.

“La mina se va. Yo con la comida atravesada. Y de repente digo ‘ya, nosotros también nos vamos’. Había pasado una hora y media. ‘Nosotros también nos vamos porque venimos caminando, estamos lejos y nos vamos’. ‘Sí, los acompaño al auto’. Y yo sabía que la mina estaba esperando afuera. Sabía. Si una huele, huele a la mina”

Basauri: “¡¿Pero quién era?! Qué miedo”

Mandel: “Después te voy a contar quién era. Y de repente lo acompañamos al auto, porque andábamos caminando. Fue como ‘ya, súbete al auto’.

“Y de repente de atrás de un auto aparece la mina… ‘¡¿Les puedo decir algo?!’. Y nosotros ‘sí… ¿No te habías ido tú hace 40 minutos?’. ‘Les quiero decir algo a ustedes dos’. ‘Sí, obvio, dinos…’ Y hay cachao cuando agarras a tu pareja y la apretas… ‘¿Les quiero decir ¡gracias!’. Y yo ‘de nada…’ ‘Gracias, porque si no fuera por ustedes yo nunca me hubiese dado cuenta lo saco de raja que es este weón. Así que chao, weón, chao’. Y se sube a un auto y se va.

“Y nos quedamos los tres. Y yo ‘así con el rating, con la tele, con las noches locas. Así que te dejamos’. Y el weón empieza ‘oh, qué loca son las minas’. Le dije ‘pucha, ¿qué querí que te diga? Qué loca la situación’.

“Íbamos caminando después y le dije al Pedro ‘te apuesto que hoy, tipo 2 de la mañana, llegan dos mensajes de estos. Uno como ‘quédense piola’ y otro pidiendo perdón’. Tal cual. La mina me manda un mensaje como ‘perdón por el escándalo que vieron. No deberían haberlo visto’. Y él como ‘chiquillos, somos amigos, no se habla de esto’. No es mi amigo, pero igual he guardado su secreto cochino.

“Claramente eran unos tóxicos los dos. Yo a ella me la he topado. Pobre weona, porque me la he topado y cada vez que me ve me dice ‘te veo y se me cae la cara de vergüenza’. Una vez me invitaron a un programa y me dijo ‘cuando me dijeron que te tenía que invitar yo decía ‘ay no, por favor no, por favor’. Pobre. Y yo le dije ‘si ya se me borró. No me acordaba de eso’”.