Glamorama
Amaro Gómez-Pablos en una imagen de archivp tomada de la pantalla de La Divina Comida, en Chilevisión.

El lado motoquero de Amaro Gómez-Pablos: «Aunque pueda llegar al matinal caminando como Frankenstein porque estoy helado, aún así escaparme con la moto me encanta…»

Autor: C. Z. / 28 septiembre, 2020

Amaro Gómez-Pablos habló de su fanatismo por las motos en entrevista con MT Online de La Tercera.

El conductor del matinal Bienvenidos, de Canal 13, se refirió a su pasión por las motos y explicó la razón de su gusto por andar en este tipo de transporte. Además reveló que le gustan los convertibles y que hace un tiempo tuvo uno. Esto fue parte de la conversación:

Amaro Gómez-Pablos: “Las motos podrán tener diseños muy distintos pero todos tenemos algo en común: somos absolutamente vivenciales. Nos gusta vivir en plenitud. Contempla, como todo en la vida, sus riesgos, pero la verdad es que es inigualable la sensación.

“No quería ponerme poético, pero es esa sensación de que estás integrado a todo tu entorno. Hay una frase que tiene Eduardo Galeano, que me gusta mucho y que ejemplifica lo que es esa sensación cuando estás yendo en la moto. Dice él: ‘Soy mi cara al viento, y soy el viento que me golpea la cara’. Es esa sensación de que estás inserto totalmente en el entorno.

“Desde que tengo 18 años que siempre me ha gustado, me ha encantado. He tenido pequeños intervalos en los que he usado un poco más el automóvil, pero en general soy motoquero además todo el año. Me gusta andar en la moto todo el año. De modo que, aunque pueda estar lloviendo, o tronando, o de repente con frío y pueda llegar al matinal, temprano en la mañana, caminando como Frankenstein en ocasiones porque estoy todo helado, aún así esa sensación en la mañana de salir y escaparme con la moto me encanta. Y retorna a casa con ella también.

“Un poquitito cowboy, si quieres, pero será algo que tenemos todos en común. Como te decía, los modelos podrán cambiar, el espíritu es el mismo.

“Yo creo que uno prontamente en la vida descubre que menos es más. En este caso suprimir dos ruedas y quedar con dos ruedas es alucinante. Por un lado es maravilloso. Y por otro lado, uno se pone filosófico porque empieza a valorar el trayecto. Eres menos mecánico en tu manera de aproximarte a las cosas. Y en vez de estar pensando solamente en que tengo que ir de punto A punto B, lo que importa es que, cuando llegue al punto B, te empieza a interesar el trayecto.

“Y disfrutar el trayecto también es fundamental. Y yo lo disfruto en la moto, aunque sea para efectos cotidianos o lo que sea que tenga que hacer, desde ir a la fuente de trabajo a, de repente, las compras,o un paseo un poquitito más agradable y exquisito, gozando las luces del atardecer, improvisando y perdiéndome donde sea.

“Es una cosa libertaria, la sensación de ligereza. La sensación de que pueda llegar rápidamente donde quiera, desmontar y ahí estoy. Y los puertos a los que puedas llegar con la moto son muchísimos mayores que con un auto por razones obvias. Y esa sensación de libertad pero de los 18 lo tengo, me ha gustado.

“De repente tuve también, y me gustó mucho, el convertible. Tuve un auto, un descapotable, de tercera mano, pero maravilloso, fantástico, rendidor, fiel, leal, en fin, de una marca sueca que con el tiempo… Un Saab (93). Bueno, es una marca que al final se la llevó el viento. Lo disfruté enormemente.

“Pero siempre en paralelo tuve la moto. ¿Por qué te comento lo del convertible? Porque, nuevamente, esa sensación del aire que te golpea, el viento, la sensación de que estás integrado, eso a mí me gusta muchísimo. Y con la moto ha sido el denominador común, porque podía haber cambiado de vehículo, pero de moto, y el concepto de andar arriba de una moto, eso nunca. Eso no se cambia.

“Uno podrá decir ‘¿y cuando eres papá? Al final, por responsabilidades mayores, ¿no guardas la moto?’. Y la verdad, mea culpa, pero no. Uno actúa con más responsabilidad porque no eres kamikaze, o yo, al menos, no lo soy, pero actúas con responsabilidad y sigues fiel a lo que finalmente determina tu esencia y tu carácter. Yo creo que uno no se puede desnaturalizar”.