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Soleda Onetto en una foto publicada por smotos.cl en abril de 2019.

El lado motoquero de Sole Onetto: «Fue un desafío personal aprender a manejarla…»

Autor: Equipo Glamorama / 26 septiembre, 2020

“Yo soy de las motos distintas, chicas. Como dicen los motoqueros, esas motos no existen… De muy adulta llego a las dos ruedas, yo creo que quería un poco desafiarme. En ese momento mi marido manejaba moto y yo también quería manejar una moto sí o sí. Y lo típico: ‘¿Cómo vas a manejar una moto? Si no sabes manejar moto’. Bueno, se aprenderá a manejar».

Estas fueron parte de las palabras con que Soledad Onetto se refirió a su gusto por un tipo específico de motos.

El rostro de las noticias en Mega se contactó con el espacio MT Live, conducido por la periodista Romina Cannoni y que se emite en vivo, los lunes a las 19 horas, por el Facebook de Motores de La Tercera, instagram @mtlatercera y LaTercera.com

Así siguió su relato de la periodista:

“Fue un desafío personal aprender a manejarla. Pero como les digo, y me río de eso, porque en general los motoqueros dicen que las motos más de ciudad no son motos, la Vespa o la exquisita BMW que tengo ahora, porque son motos más chiquititas, de cilindrada más chiquitita, son diferentes.

“Y fue un desafío personal, porque a mí me daba bastante miedo manejar moto. Dije ‘quiero ir, quiero hacerlo’. Y finalmente lo hice, aprendí y lo encontré inigualable. La verdad es que me gustaba mucho la velocidad arriba de los autos y la sensación de libertad, el aire y la posibilidad de ir viendo el paisaje es totalmente distinto a ir arriba de un auto. Sin duda los olores. Es libertad.

«Pero jamás me atrevería a subirme a una moto enduro o en cerro. Me muero de miedo. Ni siquiera la bicicleta soy capaz de llevarla al cerro. Pero las scooters, que son estas motos de ciudad, te dan esa sensación de libertad, de ir disfrutando el paisaje.

«Es una moto muy fácil de manejar la BMW Scooter, te subes y acelera sola. Yo aprendí así, y no estoy disponible para cambiarlo, de estar pasando cambios. Yo quería aprender, pero poco. Acelerar, frenar, acelerar, frenar. También quería el glamour de andar en una moto.

“El problema es que la tengo hace poco y justo me agarró el período de pandemia, entonces no ha sido mucho el período en que he podido disfrutarla. Pero como les digo, si bien te permite moverte en ciudad, también puedes ir a Viña…

«Una de las grandes muestras de confianza que le puedes dar a alguien es aceptar ir de copiloto. Ir de copiloto en una moto no es fácil, no es tarea fácil. Y además a mi me causa mucha sensación de nerviosismo. Tienes que estar muy seguro de quien va manejando y si sabe lo que está haciendo. Es una demostración de confianza, un voto de confianza muy grande.

«Yo no llevo a nadie. No, porque me da pánico, porque sé que soy una persona limitada. Me daría mucho miedo. Y si tienes la sensación de que te vas a caer todo el tiempo, y que algo va a salir mal, lo más probable es que te caigas. Yo parto con esa sensación si es que llevara a alguien atrás. Entonces, no. Sé que va a terminar en el suelo. Y sé que hay dos motoqueros: los que se caen y los que se van a caer.

“Una vez casi me caí. Pero la Vespa es una moto muy liviana. Yo tengo dos modelos de Vespa, una de colección, que es una moto más pesada, que se hizo a propósito del aniversario de la compañía. Es una moto que, efectivamente, luce como las primeras. Está inspirada en una avispa, tiene un poto de avispa y la hace más pesada. Pero la otra que tengo, que es de los primeros modelos, es una moto que tú la tomas casi como una bicicleta.

“Y en algún momento me roncié en la calle, me caí e hice lo que no había que hacer. Lo primero que te enseñan es ‘suelta la moto’ y yo, por tratar de salvar la moto, la agarré y alcancé a estabilizarme. Y una vez casi me incrusté detrás de un auto. Fue como por Vespucio, iba como distraída, ahí entendí que en una moto jamás puedes ir distraído, es evidente por lo que implica chocar. Tú eres la carrocería del auto. Casi me incrusto detrás de un auto. Le alcancé a pegar un topón.

“Ahí me aterré. Dije ‘desde ahora, si es que manejo moto, full concentrada, full, full, mirando por todos lados, usando los espejos, viendo quién viene. Siempre trato de ponerme en la primera línea de salida, de manera de salir tranquila.

“Yo creo que, en general, el ambiente de la calle está muy hostil. El manejar hoy en día es un ejercicio desagradable. Con la pandemia disminuyó la cantidad de personas y automovilistas en general de transporte en las calles. Pero antes de eso era una locura. Viajes eternos, gente muy cansada, estresados. Se convierte en un ambiente muy hostil. Y no hay que olvidar que, con la aparición de las aplicaciones hay muchas más motos, más personas manejando. Es un enjambre al salir. Pero hay cierta solidaridad entre las motos al tomar la primera línea”.