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Iván «Potro» Cabrera: «Siempre tuve el sueño de ser padre. Ha sido el regalo más lindo que me ha dado la vida, Dios y por supuesto su mamá. Cuando nació mi hija casi me desmayé…»

Autor: Equipo Glamorama / 17 enero, 2021

“El día que supe que iba a ser papá a mí me cambió la vida. Es la máxima expresión de amor que un ser humano puede tener», dice Iván Cabrera.

El bailarín que se hizo conocido como “Potro” Cabrera en los programas Rojo, Fama Contra Fama y Yingo realizó un contacto, hace semanas, con el espacio que Diana Bolocco y Martín Cárcamo emiten por Instagram.

Entre otros temas, Cabrera contó que en medio de las cuarentena se fue a vivir a Viña del Mar con su polola. “Es primera vez que encuentro a una persona que me sentí como amigo también. Eso de reírse de las tonteras más mínimas», afirmó.

También se refirió a un episodio que vivió, en la Ciudad Jardín, con una vecina de 90 años que sufre Alzheimer, a quien salvó la vida aplicando primeros auxilios (“Escucho que la señora inhala y me volvió el alma al cuerpo”)

En tanto, explicó lo fundamental esta fue la conversación sobre paternidad:

Martín Cárcamo: “¿Cómo lo estás haciendo con tus hijos? ¿Tus hijos están en Santiago?”

Iván Cabrera: “Sí. Tengo la fortuna de haber llegado a un acuerdo con su mamá, ellos están dos semanas conmigo acá, así que viajo en el mes dos veces a buscarlos y a dejarlos”

Cárcamo: “Estás con tuición compartida”

Cabrera: “De palabra entre nosotros, en buena onda. De hecho mis hijos están acá, están en la pieza”

Diana Bolocco: “¿Qué edad tienen?”

Cabrera: “Giuliana tiene siete, que ya cumple ocho el 30 de enero; y Gianfranco cumple cinco el 4 de enero”

Bolocco: “¿Cómo te ha cambiado la vida a ti el ser papá?”

Cabrera: “Siempre tuve el sueño de ser padre y siempre dije ‘algún día quiero obviamente ser papá y darle la posibilidad a ese ser que nos regala Diosito, el universo’. Ha sido el regalo más lindo que me ha dado la vida, Dios y por supuesto su mamá.

“El día que supe que iba a ser papá a mí me cambió la vida. Es la máxima expresión de amor que un ser humano puede tener. Que tengas la fortuna y el privilegio de ser papá es una cuestión increíble, que no tiene precio, no hay palabras para describirlo.

“El día que mi hija empezó a crecer en el vientre de su mamá, empezar a darme cuenta que se movía, que interactuaba cuando escuchaba mi voz. Ya cuando nació casi me desmayé, te prometo, casi me desvanecí. Cuando escucho ‘¿dónde está el papá?’ y escucho llorar a mi hija recién ahí volví. Me la pasan en mis brazos y sentí que tenía el máximo tesoro.

“En el día a día trato de ser un papá presente en todo momento. Cuando mis hijos vienen para acá, con mi polola hemos tomado la decisión de no cortar ese lazo que tengo y ellos siempre dormían conmigo. Entonces mi polola tiene la grandeza y la madurez de decir ‘no te preocupes, tú duerme con tus hijos, yo duermo en la piecita de al lado’.

“Entonces mis hijos siguen durmiendo conmigo, se despiertan en la noche y si quieren ir a hacer pipí o agua o una pesadilla, está el papá. En la mañana el papá les hace el desayuno, entrábamos a las clases online, el día a día, jugar. Soy dinosaurio, modelo, me pongo tacos, me visto, me maquillan, todo.

“Es una etapa tan cortita cuando son pequeños en todo momento quieren estar contigo y tal vez cuando son adolescentes ya no quieren estar contigo. Entonces lo aprovecho a concho, no delego, voy a todas partes con ellos”

Cárcamo: “Súper generosa tu polola, porque son dos semanas que no duerme contigo. Y eso me imagino fue una conversación que tuviste que tener con ella para explicarle lo importante que era para ti y para los niños y súper interesante como ella lo tomó. ¿Ella no tiene hijos?”

Cabrera: “No tiene hijos y es mucho más chica que yo, tiene diez años menos, y ella nunca había tenido la instancia de estar con alguien que tuviese hijos. En algún momento me dijo que había dicho ‘yo nunca voy a estar con alguien que tenga hijos’.

«Me dice ‘y lo más maravilloso es que tengo un sentimiento por tus hijos, comparto con ellos, los respeto, respeto cuando hablan de su mamá’, todas esas cosas que uno tiene que ir acomodándose. Existe ese respeto y veo de ella hacia mis hijos un cariño genuino, que no tendría por qué hacerlo y lo hace a concho. Y me da esa tranquilidad de que mis hijos se sientan queridos y respetados”.