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Néstor Cantillana en una foto de archivo tomada de la web.

«Nunca pensé que podía estar en una teleserie. Era muy flaco, tenía la cara con espinillas, no encajaba en ese modelo…», comenta Néstor Cantillana

Autor: Equipo Glamorama / 24 febrero, 2021

«Había una camada muy grande de chicos y chicas guapas que estaban ahí y que eran naturales, por decirlo de alguna forma, lograban cierta naturalidad», recuerda Néstor Cantillana sobre las teleseries en los tiempos en que él salía de la escuela de Teatro.

El actor, uno de los emblemáticos de las clásicas teleseries de Vicente Sabatini, se contactó, hace más de un mes, con el podcast Impacto en el Rostro.

La figura de telenovelas como Iorana, Pampa Ilusión o El Circo de las Montini -que actualmente repite TVN- se refirió, entre otros temas, a su debut en estas producciones, en Iorana, año 1998:

“En ese tiempo yo era bien joven, estaba en la escuela de Teatro. Y más que prejuicio, cuando estaba en la escuela de Teatro pensaba que las teleseries no eran tanto los actores buenos que yo admirara que estaban haciendo televisión. Había una camada muy grande de chicos y chicas guapas que estaban ahí y que eran naturales, por decirlo de alguna forma, lograban cierta naturalidad.

“Entonces, cuando estaba estudiando Teatro nunca pensé que podía estar en una teleserie. Era muy flaco, tenía la cara con espinillas, no encajaba en ese modelo que en ese tiempo iba para otro lado.

“Pero salí de la escuela, estaba trabajando en teatro ya con Alfredo Castro y lo primero fue Andrés Wood. Vio esa obra en la que estaba trabajando y me llamó para hacer un casting para la película Historias de Fútbol.

“Después que hice la película Historias de Fútbol Vicente Sabatini vio ese trabajo y me había visto en el teatro también, porque había trabajado ya con la Claudia (di Girolamo). Entonces me llama para hacer un casting. No fue que saliera de la escuela de Teatro y entrara de inmediato a la tele. Empecé a trabajar en teatro, Teatro Nacional chileno, estaba ahí en el Varas.

“Me llaman para la película y de ahí aparece la posibilidad de la tele. Era un personaje chiquito, pero se grababa en Isla de Pascua. Yo no conocía Isla de Pascua y en ese tiempo los vuelos eran una vez cada diez días. Entonces grababa tres días y tenía una semana libre. Era fantástico, soñado, maravilloso. Y era muy entretenido porque la teleserie me permitió conocer en vivo a varios actores de esos que yo admiraba, y verlos trabajar ahí”.