Glamorama
Lorena Capetillo y su perrito "Billy" en una imagen de su Instagram @lorenacapetillo

Lorena Capetillo y las travesuras de su perrito “Billy”: “Es un ‘caballo’ que tendría que estar en un potrero, y yo vivo en un departamento que igual es amplio, pero él tiene necesidades…”

Autor: C. Z. / 4 mayo, 2021

“Esta mañana lo rete porque, no sé por qué, hizo caca adentro, así que lo dejé en la terraza, y se picó y dijo y queeeeee tanto y pum hizo explotar su cama… Luego, reflexiones mediante, muy sabio y pleno con actitud gratitud logra dominarse a sí mismo. ‘Billy Caramelo’ me derrite por dentro, es un crack”.

Este fue el mensaje con que Lorena Capetillo acompañó una serie de videos en Instagram sobre su perrito “Billy Caramelo”. La mascota de la actriz llamó la atención de sus seguidores por sus travesuras y ternura:

En entrevista con Cristián Sánchez, para el programa Almorzando con el Rio, la actriz de 41 años se refirió a su perrito y cómo ha sido vivir con él en un departamento:

Cristián Sánchez: “Enfocándonos en eso de la paciencia y asertividad, te vi en tu Instagram que tu perro, Billy, hizo destrozos. Y que hubo un mix de emociones entre el enojo de decir ‘viejo, ¿por qué hiciste esto?’, y despues un amor gigantesco

Lorena Capetillo: “Lo que pasa es que a mi Billy me destrozó el sillón, muchas cosas, pero ha sido un tema. Es un bebé, ¿cachai? Es un ‘caballo’, que tendría que estar en un potrero, y yo vivo en un departamento que igual es amplio, pero él tiene necesidades.

“Yo le dije a la veterinaria ‘¿soy una mala persona por tener un perro-caballo viviendo en este departamento? ¿Es maltrato animal?’. Y me dijo ‘en ningún caso. Hay perros mucho más grandes en departamentos y viven muy bien. El tema es que tú le des lo que necesitas’. Hay que sacarlo hartas veces, jugar un montón, pero él es un bebé, tiene energía de bebé, pero debo andar corrigiéndolo a cada rato con refuerzos positivos, enseñándole lo que puede romper, lo que no.

“Y yo soy bien loca, pero le hablo caleta, le hablo un montón. Y estoy segura que él me entiende”

Sánchez: “Pero está bien, si esa comunicación existe, es real”

Capetillo: “Yo le hablo y él me escucha. Va haciendo estas caras como así (gira la cara). ¿Hay cachado esas caras? Y yo ‘ven y empápate de este silencio, para cuando te pares y quieras destruir la casa, te acuerdes de esta sensación de paz.

“Es también construir una relación, porque es un ser vivo y tení que estar ahí. Me ha sacado de mis casillas heavy, pero se lo digo. ‘Esta casa no se rompe, Billy, no se destruye. Es algo que tienes que cuidar, es la casa’. Y de nuevo ahí (gira la cara)”

Sánchez: “Y, 10 minutos después, el sofá pebre”

Capetillo: “Y una actitud como de ‘¿qué hice? Saliste todo el rato. Obvio que iba a destruir. No te lo esperabas’.

“Y en el caso de él, tenía una cosa muy demandante de atención, de ponerte la mano encima, de querer como altiro subirse a dos patas en la masa y meterse en tu plato. Es como ‘ey, no’. Y para que él no haga eso, empezar a darle la comida en un platito’. Hay muchos truquitos de adiestradores que te van entregando. Ahí paso el dato”.

Cristián Sánchez: “Enfocándonos en eso de la paciencia y asertividad, te vi en tu Instagram que tu perro, Billy, hizo destrozos. Y que hubo un mix de emociones entre el enojo de decir ‘viejo, ¿por qué hiciste esto?’, y despues un amor gigantesco

Lorena Capetillo: “Lo que pasa es que a mi Billy me destrozó el sillón, muchas cosas, pero ha sido un tema. Es un bebé, ¿cachai? Es un caballo, que tendría que estar en un potrero, y yo vivo en un departamento que igual es amplio, pero él tiene necesidades.

“Yo le dije a la veterinaria ‘¿soy una mala persona por tener un perro-caballo viviendo en este departamento? ¿Es maltrato animal?’. Y me dijo ‘en ningún caso. Hay perros mucho más grandes en departamentos y viven muy bien. El tema es que tú le des lo que necesitas’. Hay que sacarlo hartas veces, jugar un montón, pero él es un bebé, tiene energía de bebé, pero debo andar corrigiéndolo a cada rato con refuerzos positivos, enseñándole lo que puede romper, lo que no.

“Y yo soy bien loca, pero le hablo caleta, le hablo un montón. Y estoy segura que él me entiende”

Sánchez: “Pero está bien, si esa comunicación existe, es real”

Capetillo: “Yo le hablo y él me escucha. Va haciendo estas caras como así (gira la cara). ¿Hay cachado esas caras? Y yo ‘ven y empápate de este silencio, para cuando te pares y quieras destruir la casa, te acuerdes de esta sensación de paz.

“Es también construir una relación, porque es un ser vivo y tení que estar ahí. Me ha sacado de mis casillas heavy, pero se lo digo. ‘Esta casa no se rompe, Billy, no se destruye. Es algo que tienes que cuidar, es la casa’. Y de nuevo ahí (gira la cara)”

Sánchez: “Y, 10 minutos después, el sofá pebre”

Capetillo: “Y una actitud como de ‘¿qué hice? Saliste todo el rato. Obvio que iba a destruir. No te lo esperabas’.

“Y en el caso de él, tenía una cosa muy demandante de atención, de ponerte la mano encima, de querer como altiro subirse a dos patas en la masa y meterse en tu plato. Es como ‘ey, no’. Y para que él no haga eso, empezar a darle la comida en un platito’. Hay muchos truquitos de adiestradores que te van entregando. Ahí paso el dato”.