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Sorpresiva e íntima confesión de José Antonio Neme

Autor: admin_copesa / 2 julio, 2014

Anoche, cuando el joven periodista José Antonio Neme –que se hizo conocido en TVN y ahora es rostro de las noticias de Mega- hablaba muy emocionado, con los ojos rojos y la garganta apretada, se proyectaba una imagen del mar como telón de fondo. Fue en Más Vale Tarde, el late del canal de Vicuña Mackenna, donde Neme reveló su intimidad –MIRE AQUI EL VIDEO-.

 

Habló de sus raíces. De la influencia de su madre, de quien dijo que “nunca invadió mi intimidad, se metió en mi dormitorio, opinó con quien yo me acuesto, registró el cajón y si yo fumaba o no marihuana. Ella respetó la libertad individual que cada ser humano, en su proceso de desarrollo, debe y tiene derecho a utilizar”. Y luego, como pocas otras figuras de su talla, desnudó su alma, para hablar de amor, ruptura y sufrimiento. Esto fue lo que dijo:

 

“Vivo con mi pareja ahora. La soledad me angustia un poco. La soledad es algo a lo que tenemos que enfrentarnos, porque uno nace solo y se va a morir solo. Uno se hace acompañar y se hace conexiones, puentes emocionales y trata de ir rellenando su vida con aquello. Pero, al final del día, cuando uno entra al baño y se lava los dientes, se mira al espejo y se lava la cara, uno está sólo. Ahí están tus miedos, frustraciones, fantasmas y ése es el momento de la verdad de una persona.

 

“Más que miedo, a la soledad le tengo respeto, no temor. Hay que lidiar con ella… Pensé inmediatamente en el océano como una imagen parecida  a la soledad. Porque cuando uno entra al mar, hay un  misterio; y cuando uno está solo, también hay un misterio gigante. A eso le tengo mucho miedo. Hay fantasmas, enormes. La mente es muy poderosa y opera en soledad muchas veces. Y ahí viene el autocontrol, el nivel de conciencia, los recuerdos, nostalgia, cuando tú le echas mano a ese baúl donde tú tienes aquella que te amo, que te necesitó, que tu quisiste y que tú necesitaste.

 

«Con todos esos  recuerdos, que son herramientas que vas echando a una cajita, y que las usas en esos momentos de fragilidad. Mi preocupación permanente es tener esa cajita siempre llena. Por eso trato de querer mucho a quien esté conmigo.

 

“Obvio que hay pérdidas. Pero en la pérdida hay algo que nadie te quiere quitar. Puede ser que esa persona se fue físicamente.  Que ya no está porque se murió, porque partió… Porque partió… Porque ya no podían estar más juntos (se emociona). Pero te queda ese momento en que amaste intensamente, esa noche que lo pasaste súper bien, ese mar que estuviste con alguien en la playa. Tú cierras los ojos y tienes la escena.  Y eso, finalmente, es lo que te permite terminar con los fantasmas en soledad: quisiste, amaste, viviste, tuviste un sexo maravilloso, le dijiste que lo amabas mil veces, te dijo que te quería y se prometieron la vida, y eso te quedó.

 

“Las rupturas… No puedo, no puedo. ‘No puedo levantarme mañana, no puedo levantarme mañana… Mañana hay que ir el noticiario y no me quiero levantar mañana’. Llegué muchas veces a leer las noticias así. Con la garganta apretada, con el que ya no está, que esa casa vacía. Me pasó un par de veces el golpe duro, ese que te duele físicamente. En comerciales tomar agua, salir al baño en la mitad. Y al final lo único que te queda va a ser la pérdida. Te sacaste parte del corazón, se fue en esa maleta, o en ese bolso, o en ese bolsillo, o en ese auto, no sé. Se lo llevó, porque se lo llevó y no volvió nunca más. Y después -por arte de magia, porque yo no soy creyente, por las energías- el flujo de la vida se regeneró. Lo regeneró alguien más, o lo regeneró otra situación, o un nuevo trabajo, o un nuevo país.

 

“Entonces, al mismo tiempo que he pasado por profundos dolores de pérdidas en mi vida, y personas que recuerdo con alegría y con pena, también siempre tengo el gen de la esperanza en mi guata. Puedes perder a alguien, y puede que esa relación que tuviste, o esa forma de vivir, se terminó por cualquier razón, un divorcio, una muerte, o lo que sea, pero la vida tiene en sí misma el gen de volver a empezar… Sí, lo he pasado mal, he tenido rupturas dolorosas, feas, intensas, porque yo soy así”.