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Dióscoro Rojas, el Gran Guaripola guachaca: «Ser rey o reina de la Cumbre le da más popularidad a la gente»

Autor: admin_copesa / 9 abril, 2013

 

La figura de Dióscoro Rojas se volvió mítica para los chilenos. Su aspecto, su forma de hablar como su aspecto forman parte de un movimiento que ha crecido enormemente en el país: los guachacas.

 

Aunque no lo quiera reconocer, Dióscoro es su símbolo. El Gran Guaripola. El hombre indicado para repasar el sentido de la Cumbre Guachaca, que este año cumple su 16°versión (el 19 y 20 de abril en Estación Mapocho), y que en las últimos 6 ha desatado una verdadera guerra abierta entre las figuras del espectáculo por lograr ser los reyes del popular evento. -Ver candidatos de este año-

 

Pero Rojas se lo toma con calma. Para él, todos caben en la fiesta, la que define como algo con principios claros. “Nos declaramos ‘humildes, cariñosos y republicanos’. Procuramos hacer una fiesta en la cual el respeto y el cariño son lo más importante. No es una fiesta donde hay grandes números y con mucha parafernalia. Lo que queremos es que los artistas, más que emocionarse, emocionen a la gente”, dice a Glamorama.cl.

 

¿Qué le parece que la fiesta se haya vuelto tan popular?

 

No lo podemos explicar, porque estamos metidos adentro. Pero siento que estamos en una época donde la gente empieza a desconfiar de algunas cosas, y nosotros invitamos a participar. Si alguien quiere bailar, tomarse un trago, comer y encontrarse con los demás, llamamos a eso, y creo que se da por eso.

 

¿Cómo nació este evento? ¿Lo puede resumir?

 

Nosotros nacimos de una manera súper espontánea. Como que fuimos obligados un poco. Justo venía la Cumbre de las Américas, y nosotros andábamos más cerca de la cuneta que de lo oficial. Fue en el 97. Tratamos de inventar algo, pero nunca lo preparamos, sino que era más bien puro tonteo. La Cumbre la hicimos en La Perrera, cerca del Parque de los Reyes. Fuimos un día, la limpiamos, no teníamos nada, ni siquiera sillas, así que la primera  fue con todos de pie. Éramos unos cuequeros. Había gente de La Negra Ester. La primera Cumbre la animó Andrés Pérez, porque le hicimos un homenaje al tío Roberto Parra, como admiradores de su obra.  Me acuerdo que llegó el Boris Quercia. Queríamos recuperar la felicidad. Igual los diarios nos apoyaron en ese tiempo.

 

¿Cómo surgió lo del reinado?

 

Fue como en la sexta cumbre. Lo que pasa es que a nosotros nos empezó a dar susto, porque nos fuimos a la Estación Mapocho. No sabíamos cómo llenarlo. Tocamos las puertas de radios, pero nadie nos atendía, porque éramos guachacas, que era lo peor de la humanidad. Así que decidimos colocar niñas bonitas. La ‘Paty’ López nos ayudó harto en esto, nos acompañó, era muy famosa en ese tiempo, y logramos salir en los diarios. Después hicimos lo del reinado, y empezamos a tirar nosotros a la reina, pero un día llegaron del diario La Cuarta y nos propusieron hacer el reinado en conjunto. Esto nos dio la posibilidad de hacerle propaganda, porque igual tenemos que llevar 5 mil personas cada año. 

 

Con el nacimiento del reinado, nace una férrea guerra entre los famosos por figurar ¿Cómo toman ustedes esto?

 

Hay algunos que lo toman como una competencia, pero nosotros tiramos los candidatos más variados. Pero también entendemos que postular a alguien es como un homenaje a su trabajo. Por ejemplo,  lo hicimos con la actriz Catalina Saavedra, de la película La Nana. La gente no votó mucho por ella, pero para nosotros fue muy importante impulsarla. También postulamos a la actriz que hizo de Violeta Parra (Francisca Gavilán), también no sacó gran votación, pero para nosotros es el homenaje que le hacemos. Debe ser gente que sea relativamente destacada. Igual nos hemos encontrado con muchas sorpresas, por ejemplo en los varones, cuando postulamos al actor y cuequero Daniel Muñoz, que no funcionó. Igual, fue a la pelea junto a Felipe Camiroaga, quien fue el primer Rey Guachaca o Gran Compipa. También sabemos que esto es una cuestión de buen humor, donde tratamos de poner candidatos que sean optimistas o personajes de diverso tipo en Chile.

 

¿Qué opina de aquellos que lo ocupan como una herramienta de popularidad?

 

Nosotros no le avisamos a nadie. Nuestro método es consultar dentro de la gente qué son fiables para esto. Queremos forjar una manera distinta de hacer chilenos. Por eso elegimos a este y al otro. Hay gente que nos confunde con un aparato de marketing, lo que es mentira. Otros que somos un partido político, pero nuestra esencia es ser ‘humilde cariñoso y republicanos’. Sobre esas bases caen muchos chilenos. Hay también una corriente que dice que debemos lanzar guachacas guachacas, pero ¿quiénes son los guachacas guachacas? Podemos tirar a la niña de la carnicería de la esquina, y sería un testimonial, pero no saca votos, y los que más critican no votan así. Hoy todos se sienten capaces. Es bueno para nosotros, porque es una fiesta en donde todos son partícipes o creen que pueden participar. No estamos en la cabeza de la otra gente que aspira y creen que pueden ser más populares, pero, sinceramente, el ser rey o reina Guachaca le da más popularidad a la gente. Es verdad, porque no es lo mismo ser rey o reina se esto que reina de Viña del Mar. Hasta las Miss Chile se declaran guachaca, y eso nos asombra también.

 

¿Cómo era su vida antes de la  Cumbre Guachaca?

 

Yo soy de Lontué, cerca de Curicó. Cuando llegué a Santiago, me fui a estudiar artes musicales al Conservatorio Nacional, pero para eso había que hacer grandes esfuerzos. Trabajaba en la construcción, como obrero, cuando estaba en el Conservatorio. Después me eligieron para hacer música de cine y empecé a tocar en la peña de los Parra para salir de la construcción, y bueno lo que estudié ahí con premios nacionales me sirvió mucho. Pero yo tengo discos hechos, dos obras de teatro escritas. Soy el que inicia todo el movimiento del Canto Nuevo en dictadura, y fui profesor en universidades. Dirigí institutos de música. Fui parte de La Negra Ester. Y después me fui a Europa, porque la cosa estaba mala, ya que estábamos en dictadura. Ahí estuve pateando piedras. Fui pintor, en Paris fui extra de película, también pasé por Alemania, y después de 7 años me empezó a ir bien. Volví a Chile. Un amigo me prestó una pieza. Tenia de presupuesto 300 pesos diarios. Poco a poco fui construyendo la cuestión. Trabajé en el Banco del Estado, fui asesor cultural de Codelco, donde hicimos cosas maravillosas, como  asesor de la Federación de Trabajadores del Cobre, en Chuquicamata. De repente, la Cumbre Guachaca iba apareciendo de a poco. Tuvimos desfalcos, fraudes, estafas, y todas las cuestiones, y como en todas las cosas hubieron hartos fracasos. Y después empecé como hace dos años a dedicarme sólo a la Cumbre, y me ha ido bien.

 

¿La Cumbre ha sido el mayor logro de su vida artística y empresarial?

 

Es que la Cumbre no es invento mío. Ahora participa gran cantidad de gente y hay muchas cosas que son de ellos.

 

Pero, ¿qué siente que lo vinculen como el rostro más importante de esto, el Gran Guaripola?

 

Cuando me dicen eso, yo me asombró, porque no sé lo que pasa. No tengo una visión desde afuera de esto,  pero la gente desde adentro reconoce en esta humilde persona algún grado de jefatura, por decir, pero súper democrática. Ojalá que la gente valore el sentido que le queremos dar a la fiesta, lo que muchas veces no lo podemos lograr. Estamos en un país que el cuesta creer en el futuro, somos súper escépticos, pero el ser guachaca significa que hacemos las cosas como queremos.