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La intensa vida santiaguina de los artistas de Lollapalooza

Autor: admin_copesa / 8 abril, 2013

Los acordes de Yellow Ledbetter aún no se evaporan del Parque O’Higgins y ya en el cierre definitivo del show de Pearl Jam de la noche del sábado, Eddie Vedder baja del escenario por una escalera trasera, le tiran una toalla para aplacar el sudor y se sube raudo a una van polarizada, mientras Perry Farrell y Josh Homme, los dos aliados que lo acompañaron por unos minutos en escena, se montan en otras dos camionetas con rumbo al hotel Ritz-Carlton.

 

El plan es claro: abandonar rápido a la multitud para encontrar un espacio privado donde brindar como compadres y amigotes. El contexto es favorable: tanto la noche del viernes como la del sábado, los invitados de Lollapalooza Chile contaban con chipe libre para armar una agenda a su antojo, por lo que Santiago se llenó de ilustres del circuito anglo que querían hacer y decir algo más que “Hola Chile” sobre el Parque O’Higgins.

 

De hecho, cuando Pearl Jam y los suyos llegaron al recinto de Las Condes, en uno de los salones principales se desarrollaba un concurrido matrimonio. En el bar, la presencia de músicos de varios grupos era evidente incluso para los que fueron a presenciar el sí de la novia: cerca de la una de la madrugada, dos bateristas, el de The Hives y Queens of the Stone Age -Chris Dangerous y Jon Theodore, respectivamente-, salieron a fumarse un cigarro y compartieron de manera improvisada con los comensales de la boda. Aquí, unos de gomina y una veinteañera que horas antes había capturado el ramo; allá, otros de pelo enmarañado y que horas antes habían tenido a 70 mil personas bajo su dominio.

 

Adentro, en el Ritz, los miembros de Pearl Jam junto a los de Queens of the Stone Age y The Hives charlaban en mesas comunes, aunque Vedder, uno de los grandes protagonistas del debut, optó por acostarse temprano ante un leve dolor de oídos. (Lea la nota completa en La Tercera)