El emotivo mensaje que hizo llorar a Viñuela en Mega
José Miguel Viñuela es el papá más chocho de la TV. Hace más de un mes nació su primer hijo, Diego, a quien presentó en público con una sonrisa de oreja a oreja –MIRE AQUÍ DETALLES– . “Me siento mejor persona”, reveló en una entrevista a este sitio, donde relató cómo su pequeño le cambió la vida –LEA LA ENTREVISTA A VIÑUELA ACÁ–.
En su familia, la noticia generó pura alegría. Sin embargo, fue su mamá, Paulina Infante, la más feliz con la llegada de su nieto. Ella, además, ha sido fundamental para el animador. Así quedó en evidencia en Más Vale Tarde, donde Viñuela llegó para hablar de su vida.
En medio de la conversación, el momento más intenso se dio cuando su madre apareció en la sección “Conexión”. El conductor de TVN terminó llorando, emocionado a concho con las palabras que le dedicó su querida mamá. Mire parte del diálogo en el late de Mega:
Paulina Infante: “Ha sido maravilloso, porque desde el día uno, que supo que venía Diego, fue muy preocupado, siempre presente, yendo a todas las ecografías, participando. Yo nunca había tenido un nieto desde la ecografía uno hasta el día que nació. Todos los días he tenido que ir eliminando imágenes), porque o sino mi celular va a reventar… Realmente ha sido maravilloso. Yo creo que ha sido el día más feliz de mi vida. O sea, de mi vida con José Miguel. El momento más feliz que me ha dado, fue el día que me dijo que iba a ser papá.
“Yo he estado con todos mis hijos en todos los momentos. Pero con José Miguel tengo una relación como simbiótica. Sí. Con mucho confianza. A medida que fue creciendo, no era que fuese confianzudo, sino que ya era confianza de poder hablar cualquier tema. Él ya es una persona más madura. El poder haber visto la evolución de él, hasta la madurez que tiene”.
“Ay, José ¿Qué quieres que te diga? Decir dos cosas. El día que me hiciste más feliz de la vida fue el día que me dijiste que ibas a ser papá, porque, además, fue muy inesperado. Y te quiero decir una cosa: Diego es igual a ti».
Viñuela: “Oh, qué bonito ¡Se pasó!”.
Álvaro Escobar: “Las viejas. Las mamás…”.
Viñuela: “Me golpeaste. Me llegaron al alma. De verdad”.
Escobar: “¿Quieres retribuirle algo a tu mamá?”.
Viñuela: “Lo que pasa es que mi mamá, para mí, es una debilidad (habla con la voz cortada). Y yo creo que me siento muy feliz de finalmente haber podido ser papá porque, yo nunca cuento mucho esta historia, pero en algún momento mi mamá tuvo cáncer en una ‘pechuga’. Y después que la operaron, me tocó entrar a la pieza, y mi mamá se dio cuenta que la operación no era tan sencilla como le habían dicho. Entonces, nunca se me va a olvidar que tuvimos una conversación los dos solos. Me dijo que ella se sentía que sabía perfectamente lo que le pasaba y que no le tenía miedo a la muerte, porque ya estábamos todos grandes, porque algunos ya eran papás, y que ella ya había sido abuela, y que no tenía nada pendiente en la vida.
“Ahí como que me golpeó súper harto esto. Fue hace como siete años, más o menos”.
Escobar: “Primera vez que tenias la posibilidad de perderla…”.
Viñuela: “Justamente. Y me impresionaron dos cosas, Álvaro. Una es la fortaleza y esa fe de que a veces, no sé si te h pasado de estar con personas que tienen tanta fe, pero a mí me provocó uan admiración tan grande de cómo alguien puede decir ‘me puedo morir en este momento, porque no tengo ningún problema, sé lo que me está esperando, y porque están todos ustedes bien y ya cumplí’. Y dos, yo le dije que ‘en ningún momento te podí morir, porque yo quiero que conozca el día de mañana a mi hijo’. Y finalmente, siete años después, se cumplió, se cumplió. Y eso creo que me hace sentir muy pleno, y a mí me hace sentir de que hoy día no tengo nada más pendiente en la vida tampoco. Yo ya cumplí. Es como ‘lo que venga en la vida, bienvenido, lo recibimos’. Ojalá poder estar el máximo tiempo con mi hijo, que eso ha pasado en el último tiempo, pero el doy gracias a Dios de estar en donde estoy, de que mi mamá pueda tomar en brazos a mi hijo”.