El dolor de Mary Rose Mac-Gill tras la muerte de su amiga Julita
Mary Rose Mac-Gill y Julita Astaburuaga eran una dupla símbolo. La pareja emblema de la vida social chilena. Por eso Mary Rose es una de las personas más autorizadas para hablar de Astaburuaga, quien falleció luego de una dura batalla contra un cáncer de páncreas –MÁS DETALLES ACÁ–.
En contacto con Mucho Gusto, Mac-Gill habló de su amiga. “Imagínate. Totalmente destrozada. No estaba bien últimamente”, fueron sus primeras palabras con el panel del matinal de Mega:
Kathy Salosny: “Mary Rose, gracias por recibir nuestro llamado. Nos imaginamos cómo estarás ¿Cómo te encuentras con la noticia?
Mary Rose Mac-Gill: “Imagínate. Totalmente destrozada. No estaba bien últimamente. Tenía 97 años. Pero yo iba a hablar con Lucho”.
Lucho Jara: “Si, mi amor. Te estoy escuchando, Mary Rose”.
Mac-Gill: “Ya. Yo te quiero decir de que estoy muy contenta de hablar con Lucho, porque la Julita si hay alguien que realmente quería, y de quien realmente se sentía muy cercana, era de ti, Lucho. Así que estoy muy emocionada para recordar lo que era esta fabulosa mujer chilena. Tú la conociste tanto y la quisiste muchísimo”.
Jara: “Muchísimo, Mary Rose. Y por eso me estaba apropiando de los minutos para contarle a mis compañeros algunos detalles, matices, de una personalidad que yo creo que va a costar. La vamos a extrañar mucho. Ella le ponía una simpleza y una elegancia…”.
Mac-Gill: “A todo, a todo”.
Jara: “Era un ser de luz, porque cuando estaba se iluminaba la mesa, el lugar, las fiestas. No sé si tú, Mary Rose, desde tu cercanía con ella, nos puedes regalar algunos matices de su personalidad, porque yo creo que la Julita, con su muerte, nos deja un regalo y una responsabilidad dentro de nuestra responsabilidad”.
Mac-Gill: “Así, es, así es. Tienes toda la razón sobre lo que estás diciendo. Mira. En realidad todo Chile va a estar triste, porque si había alguien que era querido en el país entero era la Julita. No cabe ninguna duda. Llena de condiciones. Un ser humano fuera de serie. Era una persona, tú sabes, inmensamente religiosa. Lo tienes que saber. Pero tenía además, paralelamente, y eso la gente no lo conocía, tenía un glamour, una elegancia, una simpatía. Era una mujer fuera de serie. Irrepetible. Me va a ser muy difícil olvidarla. Yo creo que es irrepetible, además. Te estoy hablando la verdad”.
Salosny: “Mary Rose, ¿tú estuviste con ella en este último tiempo? Porque sabemos que eres muy cercana a la Julita”.
Mac-Gill: “Bueno, sí, pero preferiría eso no comentar. Hablar de ella como persona es lo que me encanta. La vamos a tener siempre entre nosotros, ¿cierto, Lucho?”.
Jara: “Es que la Julita le ponía un sello a todo…”.
Mac-Gill:“A todo, a todo. Tienes razón”.
Jara: “Se vanagloriaba de que no tenía ningún peso. Un día me decía ‘mijito, la gente piensa tantas leseras de mí’, me dijo, ‘pero la verdad es que yo no tengo ningún peso, pero la solidaridad de mis amigos me hace tan feliz’. Me da mucha risa, porque ella también se vanagloriaba de que a veces no tenía las lucas que la gente se imaginaba”.
Mac-Gill: “No, si era fantástica. Por eso te decía: es única. Si empezáramos a rememorar, si quieres en tú programa, con 500 anécdotas encantadoras. Simpática. Nunca peló a nadie, ¡ojo!, ¡ojo los periodistas! ¡Nunca, nunca, nunca! En los más de 50 años que yo la conocí. Nunca peló a nadie. Nunca. Unas personas le gustaban más, otras menos. A ti te quería mucho (Lucho)”.