Glamorama
Marcela Osorio en una imagen tomada de la pantalla de Mentiras Verdaderas, en La Red, en 2014.

Marcela Osorio recuerda doloroso accidente con efecto especial en filmación de película chilena: «Me golpeó la pechuga. Fui a parar a la clínica. Me fui aullando y gritando, herida…»

Autor: Equipo Glamorama / 9 agosto, 2020

“A veces las producciones son muy rudas y poco amables para los actores, también hay que decirlo. De repente la gente no sabe o todo afuera se ve bonito, pero en verdad uno lo pasa como el ajo”, dice Marcela Osorio.

Hoy la actriz de 56 años, intérprete de clásicos papeles del cine chileno, se comunicó con Nataly Chilet, hace más de tres semanas,  en el espacio que la periodista y ex reina de belleza emite en vivo a través de su instagram.

Osorio se refirió a su recordado personaje Sussi en la película del mismo nombre y dijo sobre el título de sex symbol: «Sentía que me apocaba, me achicaba, me humillaban… ¿Hasta cuándo? Qué miserable esta forma de mirar a las mujeres”.

También habló de temas como la cuerentena, su labor de acupunturista, episodios de su carrera actoral y ahondó en duros momentos que debió enfrentar durante filmaciones. Esta fue parte de esa conversación:

“De repente una es maltratada física y verbalmente. Hay veces que en una producción puede haber comidas. Te pueden citar a las 5, 6 de la mañana y tenerte a la intemperie con 2 grados de temperatura, hasta las 12 del día sin ningún café, ninguna silla, etc. O sea, el mundo de la actuación es muy rudo”

Chilet: “Marcela, tú decías ‘maltratada física y sicológicamente’. ¿Te tocó algo así?”

Osorio: “En estos casi 40 años de actuación infinitas veces”

Chilet: “¿Y cómo reaccionabas tú ante eso?”

Osorio: “De diferentes maneras. O sea, hay ocasiones en donde uno tiene más la sartén por el mango, puede actuar, reaccionar y exigir. Y otras veces que una no puede hacer ni decir nada. Además, igual nosotros, los actores, aparte de ser gente muy abnegada, somos muy comprometidos con lo que hacemos. Como una bailarina, somos muy obedientes y respetuosos de nuestro trabajo.

“Entonces, difícilmente alguien se mandaría a cambiar porque ‘ay, no me gusta el director y no voy a seguir trabajando en esta cuestión’. No. Uno se queda y aguanta muchas cosas. Aguanta muchas horas de trabajo, muchas horas con vestimentas inadecuadas para la temporada, muchas veces maquillado, empapado, mojado.

“En una de las películas que yo hice, en Amnesia (estrenada en 1994), a mí me mataban en una escena. Y me pusieron un reactivo químico que hacía una pequeña explosión encima de una pechuga. Pero hasta que eso no pasó y no llegó la escena, no se hizo. Ninguno de nosotros, ni el director ni nadie sabía que el tipo que estaba encargado de hacer los efectos especiales no sabía usarlos. Y en vez de poner la reacción hacia afuera, me golpeó la pechuga.

«Yo fui a parar a la clínica. Estábamos de noche en las dunas de Ritoque y me fui aullando y gritando, herida… O sea, cuando llegué a la clínica no podían creer los médicos. Estaban todos alterados, locos, el director, Julio Jung, Pedro Vicuña, desesperados. Entonces, ¿cómo se llama eso?

“Tampoco me quiero hacer famosa echándole la culpa a los demás, no sé si me explico, pero de que pasan cosas, o sea, pasan miles de cosas. Trabajo conmigo, con mi cuerpo, no tengo otro bagaje más que yo misma.

“De hecho, por ejemplo, no hago más escenas violentas. O sea, no quiero. Me dicen ‘mira, estamos haciendo una película, una mujer maltratada por el marido’. ‘No, yo no puedo, no quiero y no me siento capaz de hacerlo. No una vez más. No quiero sufrir una violencia una vez más’.

“Sé que es actuado y lo que quieras, pero soy yo quien recibo ese maltrato, las palabrotas, el empujón, el tirón de mechas. Lo recibo yo, Marcela Osorio, una sola, independiente del nombre del personaje. Y es horrible. ¿Quién me paga el siquiatra después de eso? Habrá gente que no tenga la sensibilidad, pero para mí es así. Y no quiero volver a pasar por eso. No me gustaría, no quiero… Es atroz, es horrible, muy heavy”.