Glamorama
Jorge Zabaleta y Rodrigo Muñoz en una imagen de archivo tomada de la pantalla de Mucho Gusto, en Mega.

“¡No lo hagas por favor! Me da mucha vergüenza…»: Jorge Zabaleta hizo pública incómoda historia sobre los hemorroides del actor Rodrigo Muñoz

Autor: C. Z. / 1 octubre, 2020

El espacio que Pancho Saavedra emite en vivo por Instagram tuvo nuevamente un “cuento corto” de Jorge Zabaleta. Esta vez el actor contó una infidencia de Muñoz, uno de sus mejores amigos.

La historia, según el actor, ocurrió en 2012 tras el evento de lanzamiento de Separados, una de las teleseries nocturnas de TVN. Ambos eran parte de los protagonistas de la producción.

Zabaleta pidió la autorización de Muñoz a través de un llamado telefónico para contar la historia. Al principio se negó tajantemente. Pero luego los autorizó.

Esta fue parte de la historia relatada por Zabaleta en Socios:

Jorge Zabaleta: “En la época en la que estábamos en TVN con el Chico Muñoz tuvimos un lanzamiento. Lo voy a contar, Chico, si tampoco es tanto, no le pongai color… En esa época había glamour en la tele todavía”

Pancho Saavedra: “El Chico se soltó. ‘Con cariño’. Dijo que sí. Chico Muñoz dice ‘bueno, pero con cariño’. Ahí está. Tenemos la autorización del Chico para contar esta historia”

Zabaleta: “Estábamos en el lanzamiento de una teleserie que TVN le había puesto muchas fichas. Íbamos como ganadores seguros porque estaba muy buena la historia, el elenco estaba increíble, no porque estaba yo, sino porque estaba (Álvaro) Rudolphy. Olvídate. Estaban todos los huevos puestos ahí. Los personajes estaban la raja.

“Y hacemos gran lanzamiento, gran. TVN hace un lanzamiento a la prensa a toda raja, compadre, y contratan un catering espectacular. Y tú cachai que los actores somos hambreados poh. O sea, donde hay comida gratis, aunque no tengas hambre, igual. Donde hay comida gratis, va a haber un actor. Da lo mismo si tiene para comprarse comida o no, es una cosa de sobrevivencia, es una pega precaria donde nunca sabe si va a tener trabajo el día de mañana. Por lo tanto, cuando hay comida, uno es como las ardillas: comes y juntas como en los cachetes.

“Llega este catering y una parte grande del catering es comida india. Exquisito, porque contrataron a un restaurant indio entonces todo era comida india. Y era la raja pero súper picante de sabor, todo era como con unos ajíes, muy picante.

“Y uno que tiene que mantener la línea más o menos, comí, pero no me dediqué a comer. Una weá me picó más que la cresta y dije ‘¿no voy a comer más’. Y le digo al Chico, que está atacando catering como desesperado, ‘‘Chico’, ¿te gustó la comida?’. ‘Está exquisita’, me dice. ‘Pero es muy picante’.  «No, si yo soy de no sé dónde, veraneaba en no sé qué parte y me comía los rocotos a mascadas’. Le dije ‘pero esto la cagó como pica’.

“Después me fui a conversar con otra gente. Todo el mundo entrevistándote. ‘¿En qué se parece el personaje a ti?’. Todas esas preguntas que hacían los periodistas, muy interesante. Entonces daba entrevistas, miraba y veía al Chico Muñoz pegao en el catering, pero pegao en el catering. Yo lo miraba y decía ‘qué manera de comer’. La cagó. Porque da lo mismo si el Chico Muñoz está guatón o no. Es como gracioso. Decía ‘qué envidia este weón’.

“No había nadie comiendo, porque la comida de verdad era con mucho picante. Como que nadie comió eso, solo el Chico Muñoz comiendo a cuatro manos. Se comió toda la weá y después se empezó a tomar unos copetes, porque salen los copetes después. Y veo al Chico ahí tomando whisky. Las únicas veces que toma whisky es cuando hay el lanzamiento de algo. Vas a su casa y si hay una chela tení que correrte una vuelta a la manzana y salir de felicidad.

“Le digo ‘oye, Chico, ¿qué estás haciendo?’. ‘Este whiskicito está súper bueno’. Debe haber sido un whisky cualquiera, pero el Chico’ encontraba que era la raja. Y el ‘Chico’ se paseaba. Y le dije ‘y te comiste toda la weá picante que había’. Y me dijo ‘si, es que yo soy bueno, yo veraneaba en no sé dónde, me comía los ajíes a mordiscos’. ¿Cómo se llama? ¿El putamadre?. ‘El ají putamadre me lo comía con marraqueta, tortilla de rescoldo’. Un cuento del Chico Muñoz. Yo dije ‘este weón debe ser de los wenos, de verdad’.

“Hicimos el lanzamiento. Esto fue creo que un día jueves… Me fui, terminé las entrevistas. Estaba raja. Me voy a mi casa y llamo al Chico, le digo ‘oye, Chico, me fui para la casa, pero en todo caso yo grabo mañana temprano’. Y el Chico me dice ‘yo mañana no grabo’. Y salió a carretear después con otros actores. Yo me fui para la casa porque tenía grabación a las 8:30.

“Yo llego a grabar a las 8:30. Me meto al camarín, dejo mis cosas, me cambio de ropa, me pongo la ropa del personaje, voy a la sala de maquillaje, me maquillan el caracho, me arreglan el pelo, toda lo que uno hace para grabar. Vuelvo al camarín, saco mi bolso, y tenía 35 llamadas perdidas de un teléfono que además no conocía.

“Digo ‘esta cuestión debe ser grave’, porque 35 llamadas’. Marco el teléfono, le pongo rellamar. ‘¿Aló?’. ‘¿Aló? Jorge…’, me dice. ‘Hola, sí. Tengo 35 llamadas perdidas de este teléfono’. ‘Hola, soy la Claudia (Pérez), la señora del Chico, Claudia Muñoz’. ‘Ah, Claudia, ¿cómo estai?, ¿pasó algo?’. Y me dice ‘lo que pasa es que tengo a Rodrigo acá, acostado, que no se puede mover, con un dolor espantoso. Y yo le digo ‘¿de qué?’. Y me dice ‘te voy a pasar con él’.

“Le digo ‘Aló, Chico, ¿qué pasó?’. ‘Ay, ay… Me duele, me duele…’. Yo le decía ‘¿qué te duele?’. ‘Me duele, me duele… Me duele… Me duele el…’ (hace un gesto con la mano)”.

Pancho Saavedra: “¡No! Le dolía la tapa de kétchup”

Ambos ríen.

Zabaleta: “Y le digo ‘voy a grabar ahora, ¿qué querí?’. ‘Lo que pasa es que, pucha, acompáñame al doctor, porque no quiero que la Claudia sepa… Tengo como una vena inflamada en el culo…”

Saavedra: “¡Cállate!”

Ambos ríen.

Zabaleta: “Y yo le digo ‘pero Chico, ¡qué asco!… ¿Qué te pasó, Chico?’. ‘Ay, no sé. Parece que ayer comí mucho picante’. Y le digo ‘pero Chico, ¿qué tienes? O sea, ¿es grave? ¿Se puede reventar?’. Y el Chico me dice ‘no sé, pero me duele más que la cresta’. Le dije ‘Chico, espérate…’ Y me hablaba callado, porque no quería que la Claudia escuchara.

“Se quería sacar una foto y le dije ‘¡no te saquí nada! Qué me vas a estar mandando fotos’. ‘Es que no quiero que la Claudia sepa, porque es muy indecoroso’. ‘Ya, tranquilo, yo te voy a rescatar. Voy a grabar unas escenas, agarro el auto y te voy a buscar’.

“Yo iba cagado de la risa. Lo único que decía era ‘pobre Chico con el chico irritado’. Finalmente le mando un mensaje. Le digo ‘Chico, pide una hora al doctor altiro, o sino llegamos de urgencia. Pero si llegamos de urgencia, va a ser más bravo’.

“Terminé de grabar, hice lo que tenía que hacer. Me dormí una siestecita, porque quedo cansado después de grabar, sobre todo antes, cuando fumaba, que era una cosa terrible. Entonces le mando un mensaje. Me dice ‘no me puedo mover’. Me dice que estaba apoyado para el lado izquierdo todo el rato. Me decía ‘no me puedo sentar’. ‘Ya, tranquilo, tranquilo, si ya voy’.

“Me traté de conseguir algo con los cabros de utilería, que siempre tienen cosas. Llego a utilería y digo ‘¿tienes esas cositas redondas que le ponen a los enfermos para que se sienten?’. Y me dice ‘parece que había una, ¿por qué?’. ‘Porque el Chico Muñoz tiene hemorroides’ (ríe). Y les conté. ‘El Chico Muñoz está con hemorroides. Tengo que llevarlo al doctor. Y tengo que sentarlo en el auto y no quiero que le duela. Quiero llegar con él entero’.

“Voy caminando por el canal y no sé quién me paró, parece que fue la Ingrid, y le digo ‘voy a acompañar al Chico Muñoz porque tiene hemorroides’.

“Finalmente agarro el auto y parto a la casa del Chico Muñoz. Llego y la escena era trágica. Ahí caché que la cosa era brava, grave lo que estaba pasando, porque estaba que no se podía mover y aullaba. Entonces yo le digo ‘Chico, te voy a subir al auto. ¿Pediste la hora al doctor?’. ‘Sí’, me dijo.

“No me vai a creer: le digo ‘¿pediste hora al doctor?’. ‘Sí, se llama Felipe dell’Orto’. (ríe). Y le digo ‘¿cómo se llama?’. ‘Felipe dell’Orto’, y yo me empiezo a cagar de la risa. Y me dice ‘no te rías, por favor, que me duele’. Y le digo ‘¡pero obvio!’.

“Lo agarro y lo llevo a un centro médico. Llegamos al centro médico y me bajo con el Chico. Le digo ‘vamos, despacito, vamos a ir caminando. ¿Querí que te pida una silla de ruedas?’. ‘Mo, no me pidax silla de ruedas porque estoy bien’. Igual, dentro de lo cagado que estaba tenía su dignidad, porque no le había querido contar a su mujer y no quería entrar en silla de ruedas, quería entrar caminando. Pero el caminar, como es gordito de potito, el cachetito le rozaba y le dolía… Tiene como el culito gordito.

“Nosotros ya estábamos ahí. Habíamos estrenado teleserie el día anterior, un rating de la puta madre. Llegamos al centro médico. La foto. ‘La fotito, la fotito’. ‘Claro’, digo. ‘Ya Chico, sonríe’. Y el Chico, con la weá ahí, salía en todas las fotos así (hace un gesto de dolor).

“Yo le decía ‘¿Chico, estás bien?’. ‘Ay, sí, sí’. ‘Afírmate, yo te voy a llevar hasta donde el doctor Dell’Orto’. Llegamos al mesón y nos atiende una señorita. ‘¿Tiene seguro médico?’. ‘Chico, ¿tienes seguro médico?’. ‘Sí’, me dice. ‘¿Y te cubre todo, hasta esto?’. ‘Sí, sí’. Pone la huella. Y por supuesto que no pagó la consulta. ‘Yo te voy a pagar la consulta y voh me la devolví’.

“Lo agarré pal webeo. Igual fui un poco malo. Y llegamos y la enfermera le pregunta ‘¿usted se siente bien?. ‘Sí, sí, hemorroides ha tenido siempre’. Y me decía ‘no seas maricón, no me dejes mal poh’. ‘No, ¿cómo te voy a dejar mal?’. Y me dice la señorita ‘bueno, espere que lo llamen’.

“Vamos a una salita chiquitita que había. Yo me siento a leer una revista y el Chico se queda parado al lado mío, medio doblado. Se demoró como 20 minutos el doctor. Y el Chico parado al lado mío.

“‘Rodrigo Muñoz’. Una señora. Y había más gente y todo. ‘Rodrigo Muñoz’. Y yo digo ‘¿cuál?, ¿el del hemorroide?’ (ríe).. Y el Chico Muñoz decía ‘es mentira’. ‘¿Cómo que es mentira? Ya, ¡camina, vamos!’. Y me decía ‘qué eres maricón’. Le dije ‘me fui del canal, estaba raja después de grabar, te fui a buscar a tu casa, tuve que mentirle a tu mujer diciéndole que íbamos a otra cosa’.

“El Chico no quería contarle porque es una cuestión delicada. Además que la Claudia lo iba a retar porque se había comido todas las cosas picantes y toda la comida india que había en ese lugar. Se había tomado unos whiskys y se había ido a carretear con quien sabe quién.

“El Chico estaba cagado de vergüenza. Pero él es siempre el chistoso, el que tira las tallas, y si a voh te pasa algo te agarra pal webeo”.

Hacen una pausa y llaman a Rodrigo Muñoz. Les pide que “terminen luego” y que digan que “todo salió bien”.

Zabaleta: “El Chico’ Muñoz no daba más del dolor, doblado, y caminaba a lo John Wayne, con las patitas separadas. Le decía ‘Chico, ¿tanto te duele?. ‘Es insoportable el dolor’. Le decía ‘ya, tranquilo’. Y en ese tiempo había harto programa de farándula también, él estaba preocupado. Me dijo ‘¿no irá a salir en alguna parte?’. ‘Chico’, tranquilo’.

“Igual quería avisarle a alguien. Imagínate, primera plana, revista TV Grama, ‘El hemorroide del Chico Muñoz’. Habría pagado millones…

“Vamos caminando para la consulta del doctor Felipe dell’Orto. Le dije ‘afírmate, Chico’. La consulta quedaba más lejos que la cresta. Entonces me voy con el Chico. Caminamos. Le dije ‘te llevaría en brazos, pero no te puedo porque eres demasiado pesado’, y no podía andar en silla de ruedas porque no se podía sentar.

“Llegamos a la consulta. Nos estaba esperando en la puerta. ‘Hola… ¡ah, si a ti te vi anoche! En la teleserie de los Separados’. ‘Sí’, le digo yo. ‘Mira tú, qué buena’. Y ahí empezó a contar ‘yo me separé hace poco’, y el Chico al lado mío. ‘Bueno, pasen, pasen’. Simpático. La consulta más cara que la cresta sí. La pagué yo y todavía no me la devuelve.

“Le digo ‘Chico, toma asiento’, y el Chico me decía ‘soy maricón, weón…’ ‘Oiga, lo venimos a ver porque necesitamos hacer una consulta’. ‘¿Quién viene a la consulta?’. ‘Mi amigo, el Chico Muñoz’. ‘Ah, sí, te vi…’ En esa época hacía el mamón… Toñito.

“Y pregunta ‘¿quién se va a revisar?’. ‘Rodrigo está con un problema’, digo. Y en la consulta había como un biombo, como una cortina. Y le hacía preguntas, como cuánto pesaba, la edad que tenía.

“El Chico se mete apenas a la cortina y yo sentía detrás de la cortina ‘ay… ay…’ Y el doctor, que era muy buena onda, un gallo más o menos joven, me empieza a contar de su separación, cáchate, y que se había separado hace poco y que encontraba que la teleserie era perfecta, por los amigos y no sé qué.

“Terminamos de conversar y dice ‘vamos a revisar a tu amigo’. Abre la cortina, el biombo, lo corre, y estaba el Chico Muñoz apoyado en la camilla… ¿Cómo te la hago?. Chico Muñoz en la camilla, pata abierta, con dolor, toda esta weá con dolor, y Chico Muñoz estaba así… La imagen fue dantesca, pero dantesca. Nunca había visto más asqueroso en mi vida.

“Veo y le digo ‘Chico, ¿qué es eso?’. Y voy a sacar el teléfono para sacarle una foto. Dije ‘con esto lo chantajeo hasta el fin de los días’. Y el doctor se deforma. Y le dice ‘perdona, ¿pasa algo?’, le dice al Chico. Y yo me cagaba de la risa. Y el Chico dice ‘quiero que me diga, que me revise’.

“Y el doctor mirando al Chico Muñoz. Y me mira a mí diciendo ‘esto es webeo, me están grabando, una cámara oculta’. Te lo juro. Es que el Chico se sacó, porque andaba con un buzo. Y se sacó el buzo, que tenía como 85 años, y queda en pelota. Y el doctor dice ‘¿esto es webeo?’. ‘No’, dije, ‘Rodrigo pidió la hora para que usted lo revisara porque tenía hemorroides’. Y el doctor me queda mirando y me dice ‘pero aquí hay un error, porque yo soy broncopulmonar…’

“Le digo ‘¿cómo broncopulmonar? Si se nos está muriendo de hemorroides’. Y le digo ‘Chico, te equivocaste de doctor’. ‘No, si yo no me podía equivocar, ¿cómo me voy a equivocar? Si yo llamé y pedí una hora para verme el hemorroide’.

“Y el doctor me dijo ‘yo soy broncopulmonar’. Y le dije ‘¿y no podrá mirar por ahí los pulmones?… En una de esas, si le mira fino ahí, capaz que le mire los pulmones para descartar cualquier enfermedad pulmonar’.

“El doctor dice ‘aquí hay una confusión. Yo soy Felipe dell’Orto, broncopulmonar, pero el que ve esto es… Se llama Felipe Ortuzar’”.