Daniel Muñoz recuerda el peor fracaso de su carrera: «Son carambolas que entrega la vida. Si uno escucha eso, deja que fluya, los regalos son maravillosos…»
“En todos los soportes te ha ido relativamente bien, pero fracasos has tenido”, le comentó Nicolás Copano a Daniel Muñoz. «Muchos”, respondió el actor.
Muñoz se refirió a los éxitos y bajones de su carrera en un contacto realizado hace más de un mes con el espacio CHVenCasa, que condujo Nicolás Copano por las plataformas digitales de Chilevisión.
El intérprete de 54 años recordó la famosa escena de la serie Los 80 donde su rol de «Juan Herrera» y discute con sus hijos por política. “En esta casa no hay ni comunistas ni pinochetistas», dice el personaje y luego le pega un «charchazo» a su hijo «Martín» (el actor Tomás Verdejo).
En tanto, estas fueron sus palabras sobre sus fracasos profesionales:
“Yo los he notado… He sentido que he tenido éxitos, pero para otras personas han sido fracasos rotundos. Depende. Te lo digo desde mi punto de vista”
Nicolás Copano: “¿Y hay algún fracaso que le tengas más cariño?”
Daniel Muñoz: “Sí, yo creo que el más contundente fue el de Viña del Mar con ‘El Carmelo’, porque ese personaje es uno de los más entrañables que tengo, está construido en base a mi vida en San Fernando, en la provincia, en el campo. Todos esos recuerdos construyeron este personaje.
“El vínculo de este personaje con ‘El Malo’ también, que en el fondo es casi como la costilla de Adán, de uno se desprende un poco el otro producto de las circunstancias del momento.
“Pero el fracaso que tenemos con todo el equipo en Viña, siendo que la rutina era muy bonita, a mí me encantaba la rutina. No se ajustó creo yo, independiente de los errores técnicos que conspiraron, como ahí el ritmo es clave se fue a pique la cuestión.
“Pero todo lo que vino posterior, una conferencia de prensa que era la clásica conferencia donde se supone que te van a descuerar, se me ocurrió hacerlo como El Carmelo. Fui como Carmelo a hacer la conferencia de prensa y fue muy divertida. Si se hubiese transmitido en las pantallas del escenario hubiese sido muy bueno. Era aprovechar de entender. Obviamente como personaje me sentí más confiado para decir todo lo que quería decir.
“Fue un fenómeno personal muy importante. Estar ahí en ese escenario solo, me acuerdo que Pipo Gúzman me acompañó y Ariel Galindo, que era el guionista que estaba en el audiopronter soplándome cómo resolver el asunto. Y el público pifiando así pero ya ‘¡chao, chao!’ y aún así hacer la rutina, pensando en el personaje, pensando en todo el equipo que estaba ahí y bueno, irse con la pifiadera.
«Después de la pifiadera con todos los amigos irnos a celebrar un poco, a lamernos las heridas al Cinzano en Valparaíso. Y ese mismo día emprender un viaje alucinante con la cueca, que ahora es parte de mi vida. Son carambolas que entrega la vida. Si uno escucha todo eso, deja que fluya, los regalos son maravillosos».