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Catalina Palacios en una imagen tomada de la pantalla de Mega hace seis años.

«La televisión es una plataforma que ya murió… Quienes siguen consumiendo televisión es mi papá, mi abuela», afirma Cata Palacios

Autor: Equipo Glamorama / 5 diciembre, 2020

“Nosotros, nuestra generación, alcanzó a ser la última generación de la televisión. Para mí es una plataforma que ya murió», afirma Cata Palacios.

La actriz y cantante se contactó, hace más de tres semanas, con el espacio que Jordi Castell emite en vivo por Instagram donde se refirió a temas como las cuarentenas, la maternidad y aspectos de su paso por los programas Yingo y Mekano.

Sobre su vestuario «más quitado de bulla» en el programa juvenil que animó José Miguel Viñuela en Mega recordó que “me decían ‘tú tienes una religión media extraña porque no usas minifalda’”.

Palacios también reflexionó sobre el hoy de la televisión y manifestó:

“Alcancé a trabajar 15 años en la televisión, porque partí haciendo programas infantiles, familiares y otras cosas en Mega. Luego hice Yingo.

“Nosotros, nuestra generación, alcanzó a ser la última generación de la televisión. Para mí es una plataforma que ya murió. Por ejemplo, no en el 100%, pero quienes siguen consumiendo televisión es mi papá, mi abuela. Es una generación a la cual no le puedes sacar la televisión porque es parte de su vida completa. Es como sacarles completamente la silla. Si ya el mundo les ha sacado demasiado la silla, entre la pandemia y miles de cosas que han ido pasando junto a todos esos cambios tan bruscos. Esa generación ya no tiene la silla y si le sacas la tele quedas flotando.

“Todo el tema religioso que hoy día se destapó. Mi abuelita me decía ‘mijita, yo ya no sé a quién rezar’. Porque mi abuelita era súper católica y me dice ‘descubrí todo esto horroroso ¿y ahora qué hago? Estoy cerca de mi muerte, ¿a quién le rezo?, ¿cómo rezo?’. Y ahora sácales la tele. Los matas en vida. Obviamente se sigue consumiendo, pero los auspiciadores, los productos van más para este target. Mi abuelita tiene 94 años.

“A los abuelitos les pasa que tenían su religión. Yo no tengo religión. Sí creo en Dios. Pero los abuelitos tenían su religión, su estructura y crecieron y se formaron así. Funcionaron toda la vida en base a eso. Están cerca de irse y se sienten como flotando en el viento”.