«Escucho que la señora inhala y me volvió el alma al cuerpo…»: Iván Cabrera cuenta cómo sus primeros auxilios le salvaron la vida a vecina de 90 años con Alzheimer
“Llego a mi casa después de ir al supermercado, dejo las cosas, me saco la polera, porque venía con todas las bolsas muerto de calor, quedo en puros shorts y de repente golpean mi puerta muy fuerte. Lo encontré extraño porque acá hay citófono, si llega alguien te avisan».
Así comenzó el relato de Iván Cabrera sobre cómo, durante la cuarentena, le practicó los primeros auxilios a una vecina de 90 años que padece Alzheimer, salvándole la vida.
El bailarín que se hizo conocido en los programas Rojo, Fama Contra Fama y Yingo realizó un contacto con el espacio que Diana Bolocco y Martín Cárcamo emiten por Instagram.
Cabrera contó que, al inicio de las cuarentenas, abandonó Santiago y se fue a vivir a su departamento en Viña del Mar junto a su polola Antonella Muñoz, trabajadora social de 28 años. En la Ciudad Jardín recibe periódicamente la visita de sus dos hijos.
La figura televisiva continuó de esta manera el relato sobre la emergencia de su vecina:
“Abro la puerta y tengo mi vecina que tiene setenta y algo años, que vive con su mamá que tiene noventa y algo y las conozco hace mucho tiempo. Entonces me dice ‘¡vecino, mi mamá se está ahogando, se me muere!’.
“Te juro que lo único que atiné fue a salir corriendo, no sabía en qué situación estaba o por qué se estaba muriendo. Ella había comido una empanada y como tiene Alzheimer el hecho de ingerir también se les olvida, el proceso de la comida. Entonces se le quedó en la vía respiratoria. Roja, los labios morados, ya no estaba saturando oxígeno. Y mi vecina cometió el error de meter el dedito y más hizo hacia adentro esto que le obstruía.
“Yo nunca en mi vida había hecho primeros auxilios ni nada, a lo más lo había visto, o en la clínica cuando vas a ser papá que te enseñan el mecanismo. Me puse pálido, que es difícil, y solamente reaccionaba, no pensaba.
“La tomo, la pongo en posición y le empiezo a hacer este movimiento que hemos visto todos, no sé cómo se llama, para que ella lanzara esto que tenía obstruido. Y yo te juro lo único que decía en mi cabeza ‘no se me puede morir en los brazos’. Mi vecina gritaba, estaban con su nana y la nana llamando a la ambulancia.
“Entre que escuchaba los gritos, mis hijos salieron, porque quedó la puerta abierta, y yo apretando, consciente de no hacerlo tan fuerte porque le podía fracturar una costilla. Y afortunadamente sale expulsado todo lo que tenía en la vía respiratoria. Escucho que la señora inhala y te juro que me volvió el alma al cuerpo, las piernas se me desvanecieron y tomé consciencia de lo que estaba pasando.
“Dentro de eso, la persona de la ambulancia le daba consejos a la nana y me los iba diciendo a mí. Le daba golpecitos en la espalda, como si fuera un bebe. Y después se me puso un nudo en la garganta de emoción de pensar que le había salvado la vida a alguien”.