«Indigna…»: comediante María José Quiroz, de Las Iluminadas, cuenta la noche que policía la sorprendió in fraganti en su auto con colega de Morandé con Compañía
«Indigna. Me sentía como una bataclana. Yo me veía desnuda, encadenada, con la bola de fierro acá», contó María José Quiroz sobre un episodio ocurrido hace años, luego de que la actriz se hizo conocida en el dúo de humor Las Iluminadas, que integró junto a Mariú Martínez en Morandé con Compañía.
Quiroz estuvo en el último capítulo de Podemos Hablar, en Chilevisión, junto a Natalia Cuevas, Yamila Reyna, Bombo Fica, El Flaco Paul Vásquez y el italiano Gabriele Benni.
El animador Julián Elfenbein pidió a sus invitados que contaran una «tremenda vergüenza» que hayan pasado. Entonces María José Quiroz relató lo siguiente:
“En un momento de mi vida donde estaba muy full Las Iluminadas, estaba muy expuesta y estaba la Ina (Saéz, importante productora de Kike 21, empresa audiovisual de Kike Morandé) siempre, mi Pepe Grillo diciendo ‘no vayas a hacer nada, no vayas a subir ninguna foto, cuídate, no hagas nada que pueda dañar tu imagen’.
“Estaba en una relación muy de mierda y fogosa, tóxica y todas esas cosas, muy adrenalínica. Entonces un día después del programa, eran las cuatro de la mañana… Ojalá que mi hijo no vea esto.
“Entonces estaba en mi auto, en la parte de atrás, arrodillada… Estaba buscando un maní (ríe)… Estaba de ser humano como ahora, no de personaje, estaba con una polera que era como de pabilo negra elasticada y que se podía alargar. Yo la usaba hasta acá, pero en ese momento tenía puesta solamente la polera.
“Estábamos pasándolo muy bien, conversando… (risas en el set) Y de repente golpean el vidrio: ‘Bajen del auto por favor’. Y el ser con el que yo estaba bajó rápidamente, se puso el pantalón. Yo con esta polera, entonces trataba de bajármela para que me quedara como un vestido y no encontraba mi calzón. ‘Béjese, bájese’. Y a él lo interrogaban afuera mientras.
“Entonces él se baja y nos pidieron los carnet de identidad. El como que metía la cabeza para adentro y me decía ‘María José bájate’. Yo decía ‘no me voy a bajar’ y me trataba de bajar la polera. Indigna. Me sentía como una bataclana. Yo me veía desnuda, encadenada, con la bola de fierro acá.
“Entonces ‘bájese señora, bájese, bájese’. A pata pelada me bajé. Indigna. Yo decía ‘por favor Dios mío que no me descubran’. Con el pelo así. Ni siquiera era mi pololo y trabajaba ahí también. Nadie sabía. Era todo horroroso.
“Y lo primero que dice el policía de civil, ‘¿cómo no va a tener dinero para llevársela a un motel?’. Me sentí peor, como que me habían encontrado ahí, en la basura. ‘Lo que pasa es que yo lo vine a dejar nomás’, porque era mi auto. ‘Y esto fluyó, no era parte de la noche, yo lo vine solo a dejar’.
“Yo dije ‘hasta el momento no me descubrieron, pasé piola’. Entonces le paso el carnet y me dice ‘bien grande la cagadita que se mandaron’. Y yo así con el pelo. ‘Perdón’. Indigna.
“Pero me dijo ‘ya, váyanse a su casa’. ‘No se preocupe, si esto se dio nomás ahora. Yo lo voy a dejar a su casa’. Yo dije ‘nunca más en la vía pública’. Estuvimos como dos meses así ‘nunca más’ y después volvimos. Fluyó. Y la Ina se está enterando ahora. Después de eso conocí los moteles…”