«No estaría donde estoy y no sería ni un cuarto de lo que he logrado en la vida sin la Carola al lado…»: Mario Desbordes contó su historia de amor en La Divina Comida
«No estaría donde estoy de verdad y no sería ni un cuarto de lo que he logrado en la vida sin la Carola al lado», comentó Mario Desbordes sobre su esposa, la ingeniera comercial Carolina Pereira.
El abogado, ex ministro y ex candidato presidencial contó su historia de amor en el último capítulo de La Divina Comida, donde compartió con Angélica Castro, Francini Amaral y Paulo Brunetti.
Los comensales le consultaron al también ex carabinero, durante la cena que preparó en su hogar, por qué salió de esa institución y esta fue la conversación que siguió:
Mario Desbordes: «No me dieron permiso para casarme. Cuando nació mi hija mayor, con la polola que tenía en esa época, a mi me enseñaron que cuando uno era papá se casaba, esa era la regla que había antes.
«Entonces yo pedí permiso para casarme y por eso de que teníamos una hija antes del matrimonio no me autorizaron a casarme. Me salí de carabineros, renuncié, me casé y me separé como a los cuatro años.
«Una situación de las traumáticas que le tocan a uno en la vida es darte cuenta que no vas a ver a tus hijos todos los días. Eso para mi fue un mazazo en la cabeza.
«Empecé una relación un tiempo después con la Carola, con mi señora, así es que rehíce la vida».
Paulo Brunetti: «¿Cómo se conocieron?»
Desbordes: «Después de carabineros entré a trabajar a gendarmería en reinserción social de Colina 1 y 2 con los presos, adentro. Recorrí todas las cárceles de Chile, yo era jefe de ella y ella tenía un pololeo de once años.
«Me echaron de gendarmería por razones políticas, entonces dije ‘ya no soy su jefe’. Le mandé flores sin ninguna tarjeta, nada. Le puse ‘para una mujer linda’.
«Y le mandé nuevamente flores y ahí le mandé una carta como cabro chico, tenía 30 años yo a esas alturas, y le dije ‘sabes que tú me gustas mucho, más allá de como amiga’, pá, pá, pá. ‘Y no podemos seguir siendo amigos por esta razón, así que distanciémonos un rato’.
«De repente me llama la secretaria que tenía y me dice ‘Marito, la Carolita terminó con el pololo’. Chuta, y ahí pah, las garras poh. Así es que un 18 de septiembre del 2000 empezamos a pololear. El 16 de noviembre nos casamos, después de un año y dos meses de pololeo y vamos a cumplir 20 años de casados este año.
«Así es que feliz y enamorado. Maravilloso. No estaría donde estoy de verdad y no sería ni un cuarto de lo que he logrado en la vida sin la Carola al lado».