Glamorama
Francisco Pérez-Bannen como "El Toro Mardones" en Aquelarre, en imágenes de archivo tomadas de la web.

«Cuando presenté al ‘Toro Mardones’, la Quena (Rencoret, directora de Aquelarre) quedó impactada. Fue como ‘¡¿qué es este mono…?!», recuerda Francisco Pérez-Bannen sobre su popular personaje

Autor: C. Zúñiga / 22 agosto, 2021

«El Toro Mardones siempre estaba disponible para lo que una chica del pueblo necesitara», recuerda Francisco Pérez-Bannen sobre su personaje en la teleserie Aquelarre, en TVN en 1999, uno de sus papeles más populares.

El actor de 50 años fue entrevistado hace un mes en el podcast Impacto en el Rostro donde repasó episodios que han marcado su carrera.

Aquelarre se reestrenó en junio pasado en el canal público y Pérez-Bannen relató cómo nació su personaje. Estas fueron sus palabras:

“’El Toro Mardones’ nace gracias a que yo traigo muy presente el personaje de Tic Tac (teleserie que hizo dos años en TVN)  y de que me había quedado con las riendas atajadas y cortas en ese personaje. Venía con todo encima.

«Cuando me dicen ‘esta es la historia, tu personaje está enamorado de la luna’, de nuevo un amor imposible y de nuevo un personaje enamorado de algo. Y dije ‘este weón va a perseguir la luna, la luna, la luna’.

“Tenía una serie de características, pero era un personaje no tan diseñado en la historia, porque no era un personaje protagónico. Era el lechero, que estaba apuntado a ser una especie de lechero medio de huaso ladino más galán, más de esa onda.

“Dije ‘aquí me la voy a jugar. Quiero pasarla bien de principio a fin y no quiero estar de nuevo con esa sensación de estar a contrapelo del formato’, de la historia, incluso de la posibilidad creativa que uno tiene.

“Empecé con un diseño de ese personaje. Me iba días enteros a Colina, donde íbamos a grabar, dos días al campo, a mirar, a mirar, a mirar, y fui armándolo así, pedacito por pedacito, desde lo más exterior, llegar a ese jeans con esa polera, el bototo, el gorrito, internamente. De fondo y forma.

“Fui construyéndolo de manera muy consciente y pasándolo muy bien, encontrándole una manera de hablar, una manera de moverse, caminar. Dije ‘aquí voy a armar un personaje que me permite jugar en todas las posiciones’. Y así nace El Toro Mardones.

«Cuando se lo presenté a la Quena (Rencoret, directora de Aquelarre) quedó impactada. Fue como ‘¡¿qué es este mono?!, ¿qué es esto?’. Y le dije ‘por favor, Quena, confía en mí, porque creo que este es el personaje y confía, por favor, echémosle para adelante’.

“Y me dijo ‘probemos un par de escenas y veamos, si no lo ajustamos y todo’. Y yo entiendo, porque le daba un poco de temor la propuesta un poco extrema, como que hablaba así (ronco), con barba, un mono. ‘Es que me da un poco de miedo que quede como un maquetazo’. ‘Bueno, pero se va a ir soltando’. Y siempre los maquetazos se van soltando y van teniendo una organicidad.

“Y nace el Toro Mardones, que tenía cosas muy bonitas, que también se van desarrollando, como este romanticismo, esta disposición permanente a consolar a cualquier mujer que estuviera afligida. Y eso era súper atractivo.

“Esa era la maestría de Fernando Aragón (guionista, fallecido en 2015), que ponía cuatro o cinco elementos en un personaje y te permitía darle una magia, porque enamorado de la luna, pero súper carnal y súper pasional si una chica necesitaba que la acompañara y la escuchara. Y si necesitaba eso, bien también. El Toro Mardones siempre estaba disponible para lo que una chica del pueblo necesitara.

“Vivía en un establo, con una vaca, con sus gallinas. Una mezcla muy bonita de campo, ruralidad, y también de magia. Y así nace ese personaje entrañable. Y claro, la gente lo recuerda mucho y yo le tengo mucho cariño. Con ese personaje, yo como actor empiezo a pasarlo bien realmente en la televisión”.