«Le mandé un mail, pero como yo no hablaba francés, amorosa, lo traduje con Google. Me la jugué toda….», recuerda Lorena Bosch sobre los comienzos con su marido
“Cuando uno dice amor a primera vista…», partió contando Lorena Bosch sobre su historia de amor con el arquitecto francés Sylvain Eymard-Duvernay, su marido. El matrimonio tiene dos hijos, Gael e Ian.
La actriz de 43 años -que se hizo conocida por su papel en las tres partes de la teleserie Soltera Otra Vez- estuvo junto a María José Bello en Los 5 Mandamientos, espacio de Canal 13 conducido por Martín Cárcamo, y así continuaron sus palabras sobre el primer encuentro con su esposo:
«Estábamos en un restaurante. Yo había ido con una amiga, nos dieron una mesa que era la mesa que quedaba, que miraba a la muralla, en una esquina. O sea, ni una posibilidad de mirar a nadie.
“De pronto el mozo se tropieza, llevaba una de estas tapas de metal. Sale volando la tapa, todo el mundo se da vuelta y yo con el tallarín colgando, un poco avergonzada, hago como así. Y en ese minuto el que estaba de espaldas me miró. Y él dice, cuenta, yo no sé, pero le vamos a creer, ‘que simpática la chiquilla’.
“Yo levanté la mirada y dije ‘ay que simpático el chiquillo’. Entonces, como ya me había bebido un pisco sour, empecé a cambiar el ángulo de la mesa que estaba mirando a la muralla y terminé como así. Y la conversación con mi amiga se trataba de ‘weona, me miró. Me acaba de mirar. Weona, estoy pinchando heavy con este weón. Me está mirando. Me encanta’.
“Y en un momento caché que hablaba en francés y en ese tiempo yo no hablaba nada. Entonces dije ‘qué fome, habla en francés. Bueno, un poco más difícil’. Luego se pararon, se fueron y yo dije ‘se acaba de ir el amor de mi vida’, tirando la talla.
“Luego me lo encontré en la calle, en la noche. Iba caminando y él iba caminando. De nuevo los pisco sour, iba envalentonada. Entonces iba caminando, me pegué la típica mirada para atrás, me miró y yo dije ‘no, esta webada…’ Entonces me di vuelta y le hice como ‘ya poh, ¿y ahora qué?’.
“Yo me instalé, lo miré, le pegué la coqueteada, entonces él se acercó y yo me di cuenta que hablaba español, que ya era bastante más fácil. Y ahí él me dijo ‘¿cómo hacemos para vernos de nuevo?’. En esa época los teléfonos inteligentes estaban recién circulando, entonces le digo ‘dame tu correo’, lo anoté, conectados, enviar, ‘ya, chao’.
“Hay una parte más patética: yo en la noche me fui a mi casa y le mandé un mail, pero como yo no hablaba francés, amorosa, lo traduje con Google. Me la jugué toda. Y me escribió, lo encontró de una ternura. Nos quedamos de juntar y nos juntamos”
María José Bello: “Y Lore se fue a Francia”
Bosch: “Es que él no vivía acá, había venido de viaje, entonces se devolvió, yo me fui y así empezamos”
Martín Cárcamo: “¿Y cómo se mantiene un romance así? ¿De repente pasaban cuatro o cinco meses y tú no lo veías?”
Bosch: “Sí. Y heavy, porque no existía WhatsApp, hablábamos por Viber, pero ahí mantuvimos el contacto”
Cárcamo: “¿Y en qué minuto él decide venirse a vivir para acá?”
Bosch: “Yo estaba allá y me dijo ‘yo estoy dispuesto a irme a vivir a Chile’. Miré por la ventana, el Sacré-Cœur de fondo. Miré para el otro lado y vi París en el bajo, y dije ‘bueno, yo también estoy dispuesta a venirme a vivir acá’. Y me dijo ‘no. Yo soy arquitecto y hablo español. Tú eres actriz y no hablas francés. Partamos por allá’. Y acá estamos hasta ahora”.