Glamorama
Marcelo Arismendi en una imagen tomada de la pantalla de Más Vivi Que Nunca, en TV+.

«Se pierden muchísimos momentos. Con el menor, cuando pasan dos semanas, de pronto lo veo más grande, porque está en etapa de crecimiento…», expresa Marcelo Arismendi sobre el vivir a distancia de sus hijos

Autor: Fran Varela / 4 junio, 2022

«Sin duda se pierden muchísimos momentos», afirmó Marcelo Arismendi sobre el vivir a distancia de sus hijos.

El periodista de 44 años que se hizo conocido como notero de CQC desde 2002 a 2004 y luego ha participado en diferente programas -destaca Espía del Amor, en CHV, entre 2016 y 2018- se casó la periodista Constanza Aguirrebeña.

El matrimonio se fue al sur, donde tuvieron a sus dos hijos, hoy de 16 y diez años.

En 2016 Arismendi contó como superó una crisis de pareja. En tanto, ahora él vive en Santiago y Aguirrebeña con sus dos hijos en Puerto Varas.

Este semana la figura televisiva estuvo en Más Vivi Que Nunca, donde habló de su momento actual:

“Estoy haciendo algunas participaciones en Canal 13, en Aquí Somos Todos, y resulta que el tema era padres con hijos adolescentes.

«(Sus hijos viven) En Puerto Varas. Yo viajo dos veces al mes. Y el equipo me hizo una sorpresa, porque contactó a mi hija Emilia, de 16 años, y apareció por Zoom.

«Compartimos un rato en pantalla y fue súper rico, porque a ella no le gustan las fotos, pero se desenvolvió de una manera increíble hablando de lo que es la adolescencia hoy día.

“Y claro, cuando uno es comunicador y te ponen a un hijo en frente, te tirita la pera, y la chochera, y el babero. Entonces fue un lindo momento”

Vivi Kreuztberger: “¿Pero sientes que te has perdido, por esta cosa de la distancia, o por estar tú en Santiago, algunas cosas de ellos en el día a día?”

Arismendi: “Sin duda se pierden muchísimos momentos. Me pasa con el menor, León, que cuando pasan dos semanas de pronto lo veo más grande, porque está en una etapa de crecimiento, tiene diez y está cada día más largo.

“Y claro, el día a día, el ‘¿qué hiciste?’. De repente pasó algo con ellos en el camino, una decisión que tomó la mamá, porque había que tomarla en el momento, y uno no puede estar siendo parte.

“Entonces sí, claro que se pierden cosas. Y cuando nos juntamos…. Y ahí va un poco la reflexión. Es que cuando estás con ellos tratas de hacerlo todo, y al hacerlo todo de repente uno se atolondra y puedes cometer errores por tratar de entregar toda la información en corto plazo”

Jenny Cavallo: “Hay que aprovechar los espacios, virtuales, los presenciales. Pero sobre todo cultivar el diálogo. Es un vínculo que se tiene que alimentar día a día, aunque no estés físicamente ahí”

Arismendi: “Sí. Ahora que la Emi está más grande uno tiene esa posibilidad de conversar y de analizar y hacerla parte de los procesos personales. Y en el caso de León es puro amor nomás.

«La parte llena del vaso es que existe esa fluidez. De repente pasan dos o tres días que no hablas, porque el día a día, o porque si hablas todos los días con los chicos a veces no tienen mucho que contarte, es como lo mismo que ayer”.