«No modulan bien. No me dicen nada… No se han preparado para nada, ni para hablar bien, ni para tener riqueza de vocabulario o conocimiento»: afirma Leonardo Véliz sobre algunos ex futbolistas en TV
«No puedo creer que en este país tengamos como referentes de opinión a un Mauricio Pinilla, a un Jorge Valdivia, que veamos en lo que está metido con la Angie Alvarado, con la ‘geisha'», partió opinando Leonardo Véliz refiriéndose al aumento de la cantidad de ex futbolistas que han sido contratados por canales deportivos y televisión en general para ser comentaristas.
Véliz, de 77 años, es uno de los rostros destacados de la historia del fútbol chileno. Jugó en Colo-Colo, Unión Española y otros clubes e integró La Roja para el Mundial de 1974. Luego fue técnico de las Selecciones Sub 17 y Sub 20 logrando importantes resultados.
Así continuó su opinión sobre el asunto, entrevistado por el portal Redgol:
«Hay otros que no han sido nada en el fútbol, como Johnny Herrera y José Luis Villanueva. Y no hablo sólo de lo que dicen, si no que también cómo lo dicen, porque no modulan bien.
«Existe una desproporción en el periodismo deportivo, solamente por rating, ¿pero rating de qué?. Yo no los escucho porque todo lo que dicen es vacío. Los ex jugadores no me dicen nada.
«El único que habla bien y tiene clarita la película, pero está calladito como pollito, es Jean Beausejour. Rodrigo Goldberg se ha preparado bien, pero hay otros… Hasta Gary Medel o Arturo Vidal pueden ser comentaristas, pero no se han preparado para nada, ni para hablar bien, ni para tener riqueza en el vocabulario o en el conocimiento.
“Los representantes están metidos en todos lados, y meten a estos ex futbolistas con el fin de que vayan ensalzando a jugadores de sus corrales y negociados».
La opinión de Véliz surge como apoyo a los dichos de Felipe Bianchi, Premio Nacional de Periodismo Deportivo en 2006, quien, luego de la contratación del ex futbolista Gonzalo Jara en el canal TNT Sports, escribió en Twitter:
“El verdadero periodismo deportivo, con las exigencias y obligaciones de todo periodismo (profesionales, universitarias), ha entrado en franca decadencia y acaso en retirada a partir de la miopía de los dueños de medios, que han dejado el territorio de las ideas y contenidos en manos de ingenieros comerciales, abogados y productores.
“Para hacer el panorama aún más desastroso, la confusión del público menos letrado respecto del rol fiscalizador del periodismo y la presión de la ‘industria’ del fútbol (por razones obvias, interesado en menos cuotas de control, de crítica y de investigación), hacen que el objetivo hoy esté casi logrado.
“Cada día menos periodistas editan, comandan y desarrollan los espacios chilenos de ‘periodismo deportivo’, hoy convertidos en verdaderas oficinas de la industria, encabezados por ex directores técnicos y ex jugadores, muchas veces involucrado en los negocios de dirigentes de clubes y representantes.
“Las cosas como son. La mezcla es sana, cuando es mezcla. Y novedosa, cuando agrega conocimiento y anécdota. Pero edulcorar o silenciar el periodismo es un grave error y una bomba de tiempo para cualquier medio de comunicación.
«Tarde o temprano se pagarán los costos de ir contra la naturaleza del negocio. Parece buena idea en un principio (es más barato y menos polémico prescindir del periodismo), pero en rigor se trata de un tonto suicidio”.