«En pandemia sufrí el golpe de la soledad. Y me asusté. Me deprimí. Tuve que ir a una doctora, una siquiatra a conversar un poquito…», manifestó José Alfredo Fuentes
«En pandemia sufrí el golpe de la soledad. Yo siempre fui muy cercano a la soledad, quizás por el hecho de haber sido tan popular a los 17, 18 años, donde toda la gente me conocía. Había mucha inquietud de las jovencitas por estar cerca de ti. Tenía que salir a la calle con gente que me cuidaba», comenzó relatando José Alfredo Fuentes durante un capítulo de Podemos Hablar emitido por Chilevisión a mediados de octubre pasado.
El cantante de 75 años, uno de los más destacados del país, con una trayectoria de seis décadas, siguió contando sobre el período de cuarentenas:
“Buscaba siempre la soledad, hasta hace pocos años. Pero en pandemia sufrí el rigor de la soledad. Y me asusté. Me deprimí. Empecé a tener pena, me costaba dormir, estaba angustiado, porque tantos años que vas cumpliendo, tantos años que has mantenido relación con amigos, familia, hijos, señora, parejas.
“Y de repente esta incertidumbre de no saber cuándo va a terminar esta soledad. Sí tenía ganas de compartir con alguien, compartir mis penas, mis tristezas, mi lado alegre, mis recuerdos. Y me sentí mal. Incluso tuve que ir a una doctora, una siquiatra a conversar un poquito, que no es malo cada cierto tiempo. Hace bastante bien.
“Uno empieza a decir qué cosas puedo hacer como para superar este poco tiempo que me queda y lograr sacarle todo el provecho posible. Vienen los nietos, que es una cosa maravillosa. La gente en la casa que son abuelos me va a entender, es una cosa fantástica, increíble. Los hijos son maravillosos. Pero los nietos son un regalo de Dios al final de tu camino.
“Quería estar con mi gente personalmente. Y agradecido de que te dan una opción más de vida. ¿Pero qué me pasaba? Claro, los niños tienen hoy cuatro años, dos de mis nietos, los chiquititos. Y piensas ‘no los voy a ver en la universidad’, porque es lógico. Es muy difícil que vivas tanto tiempo. Me voy a perder de esa manera cosas tan bonitas. Uno empieza a pensar de manera diferente.
“Parece que la naturaleza te dona de cosas importantes para seguir viviendo y sobreviviendo. Hoy lo veo como algo muy natural y digo ‘pucha, qué lata que no voy a ver a mis nietos’. Pero no me voy a dar cuenta, porque te fuiste cortado.
“Y cantar es lo que me llena la vida. Y eso es lo que más me alegra. Estar en un escenario”.