«Llegamos a Haití a conocer a Mariano… Yo por primera vez veo a mi hijo. Sentí una cuestión indescriptible, que alegría por él, cómo le iba a cambiar la vida», relata Martín Cárcamo
“En nuestro caso es un acto de amor, una decisión de amor, un llamado que no tiene explicación racional», expresó Martín Cárcamo sobre la adopción de Mariano, su hijo menor, de once años.
El animador compartió su relato en un capítulo de Todo Por Ti emitido por Canal 13 a inicios de diciembre:
«La mamá de Mariano (la ex esposa de Cárcamo) parte primero con la intención de adoptar, primero en Chile, me lo comenta. Yo al principio muy temeroso, porque sentía que había que tener ciertas condiciones emocionales para adoptar.
“¿Daré el ancho como papá como papá adoptivo? Porque a veces uno siente que no lo va a dar. A medida que fuimos conversando me fui convenciendo que podía ser. Partimos la adopción en Chile, un desastre. En Chile cuando tienes hijos biológicos es muy difícil adoptar, yo no sé si habrá cambiado esto los últimos años.
“Llegamos a través de la Fundación Mi Casa y después Familia Multicolor, y está la posibilidad de llegar a Haití, donde había una casa que habían creado chilenas. De donde viene Mariano es uno de los lugares más violentos del mundo. Es muy fuerte.
“Llegamos a Haití a conocer a Mariano, a ti te dicen ‘este es tu hijo’. Tú partes el proceso, en este caso incluso antes de que Mariano naciera. La primera vez voy con Benito Baranda, él me instruyó mucho acerca de lo que significaba la adopción, me decía ‘esto es un acto de amor, pero hay que tener súper claro que tú asumes la responsabilidad y que va a ser difícil’.
“Y cuando llego a Haití es muy fuerte, porque tú llegas a una cosa y Benito me dice ‘voy a ir a buscar a Mariano’, lo toma, abre la puerta, yo estaba en un patio esperando, y a Benito lo saca como el Rey León, ‘este es tu hijo Martín’.
“Y yo por primera vez veo a mi hijo, tuve como un instinto animal, lo agarro, le abro la boca y le doy un beso en la boca, dije ‘quiero que sienta mi olor, quiero sentir su olor’, una cosa muy primaria. Y Mariano se pone a llorar, obviamente, ‘¿quién es este weón blanco que viene para acá?’. Tenía meses.
“Yo sentí una cuestión indescriptible, que alegría por él, cómo le va a cambiar la vida a él, este cabro va a estar feliz porque tiene amor. Y efectivamente es así, a él le cambia la vida. Pero a nosotros nos cambió mucho más, con todo lo que ha costado, porque cuesta, somos mucho más felices, tenemos una capacidad de amor mucho mayor, somos más empáticos. El amor incondicional con él.
“Estuve algunos días con él, pero solamente podía ir a la casa. Después fui una segunda vez y después fui una tercera vez. Y cuando tú ves desesperanza lo ves en los ojos de las personas, y eso es muy fuerte, entonces yo lo único que quería era sacar a Mariano de ahí y eso costó mucho.
“Vas descubriendo a tu hijo, lo vas reconociendo, lo vas criando, es muy emocionante cuando te dice papá por primera vez. Y vas viendo cómo le va cambiando la mirada, él partió con una mirada de mucha desconfianza, de mucho temor, y de repente tú vas viendo la evolución del tiempo y después ves brillo en sus ojos, después ves una sonrisa, alegría.
“El amor con patas, es un niño que es puro cariño, que es puro afecto, que se siente libre, que puede ser libre, que sea feliz, es lo único, y para eso trabajamos todos los días. Nos convirtió en personas con una humanidad y una mirada de la vida distinta».