«Empecé a tragar agua. De repente no doy más y digo ‘hasta aquí llegué, me voy a morir ahogado…’»: cómo Cristian Arriagada fue rescatado desde una roca próxima a playa del Mediterráneo
«En mi cabeza tenía varios pensamientos: ‘no puedo creer que me esté muriendo acá, que este sea mi final'», dice Cristián Arriagada sobre el momento en que su vida corrió peligro mientras nadaba en el mar Mediterráneo. El hecho ocurrió durante un viaje con su esposa, la diseñadora gráfica María Cecilia González.
El actor que se hizo conocido en las teleseries de TVN 16 y 17 ahora regresa a pantalla en Dime con Quién Andas, telenovela nocturna que debuta este martes en Chilevisión.
Arriagada estuvo en el último capítulo de Podemos Hablar, donde relató la difícil experiencia en el mar:
«Mi vida en peligro.. El contexto es, hace siete años nos fuimos con mi mujer a Italia, una isla preciosa que se llama Cerdeña, hermosa, paradisiaca. En ese tiempo con calugas… Dos meses de preparación. Si me preguntas qué me gusta hacer en la vida: comer y viajar.
«Y llegamos a esta cala, que son varias playitas más chicas, que son calitas de piedra, bajo un paredón. Un acantilado gigante donde se asentaban varias playitas. La única forma de llegar allí es en bote, con otros turistas.
«Habíamos desayunado, tercera semana viajando. Llegamos a la última cala y este bote no podía entrar a la playa porque había una zona de arrecife protegido. Nos paramos ahí y el capitán, un italiano, dice ‘de aquí ustedes, si quieren, pueden nadar hacia la playa. Yo los espero que vuelvan y seguimos a la siguiente cala’.
«El único w… que levantó la mano en el bote… ‘Yo voy. Voy y vuelvo’. Me tiré al agua y empecé a nadar con mi antiparras. El oleaje era una ola no muy fuerte, pero gorda, grande, que me empujaba hacia adelante. De repente ¡ah!… Calambre (en la pierna derecha).
«No soy un experto nadador. ‘Me voy a calmar’. En vez de devolverme dije ‘tengo que vencer mi trauma con el mar, con el agua, lo voy a lograr, tengo que llegar’. Sigo nadando y… Calambre en la otra pierna.
«Miro para atrás y el bote estaba a la misma distancia que me quedaba la playa. Dije ‘ya estoy acá, es menos profundo para allá que para acá. Sigo’. Cuento corto: falla sistémica total. ‘Error 404’.
«En vez de relajarme, que me decían mis amigos después, ‘échate para atrás, flota’, no atiné a nada y empecé a tragar agua. Me desesperé. Sigo y de repente no doy más y digo ‘hasta aquí llegué, me voy a morir ahogado’.
«En mi cabeza tenía varios pensamientos: ‘no puedo creer que me esté muriendo acá, que este sea mi final’. Mi mujer estaba en el bote, que se veía así (pequeño). La playa todavía se veía un poco lejos.
«Miro para abajo con la antiparras y aparece un pececito igual a ‘Doris’ de Buscando a Nemo… El pececito hace así para el lado, miro y veo una zona oscura. Levanto la cabeza y era una roca. Con fuerzas que no sé de dónde saqué, nado. Llego a la roca con la ola en contra en mi espalda y empiezo a trepar. Me corté entero. Llegué arriba de la roca, la ola me seguía pegando… ‘¡¿Y ahora qué hago?!. Roca filosa.
«Mira para atrás y veo el bote, empiezo a hacer señas. Y del bote me decían ‘¡hola! ¡hola!’. Y yo ‘¡nooo!’, como en las películas de Ben Stiller o Adan Sandler. Así como ‘¡vengan!’. Y de repente mi mujer se para y hace como ‘¡hay que ir!’.
«Llega el zodiac, la guardia costera, un escándalo, todo por mi culpa. Me dicen ‘¡suéltate!’. Yo, agarrotado entero, me suelto (y lo recogieron y llevaron de vuelta al bote)».
