«Gracias por esperarme y regalarme tu última energía…!»: Julio César Rodríguez comunica la muerte de su padre a los 79 años
«Gracias por esperarme y regalarme tu última energía», escribe Julio César Rodríguez en su cuenta Instagram, en un mensaje de despedida a su padre. El papá del animador de Contigo en la Mañana falleció en Concepción, donde se encontraba internado, a los 79 años.
El conductor había viajado hace unos días a verlo, y ahora también se encuentra allá. Sobre la anterior visita había comentado:
«Conversamos solos los dos con mi papá varias horas de todo, porque entre nosotros no hay dolores ni deudas pendientes, solo amor”.
“Me preguntó por qué todos llegan con cara larga acá. Es simpático mi viejo, imposible no quererlo… Me llena de alegría y el corazón cómo lo quieren todos en su familia, de los más grandes a los más chicos».
Luego, Rodríguez publicó su despedida en Instagram:
«Qué pasará? / qué misterio habrá? / Puede ser mi gran noche / Y al despertar, ya mi vida sabrá, algo que no conoce».
«Con esta canción coreada por todos los que te aman, papá, nos dejaste como un artista! Gracias por esperarme y regalarme tu última energía! Qué familia más linda formaste viejito! Me dejas una lección: podemos vivir más de una vida en nuestra vida!
«No logramos entender acá cómo sacaste esa última energía para hablarme tan claro. Con mis hermanos y sobrinos y tus nietos que estaban ahí no paramos de conversarlo! Te fuiste con tus grandes frases: ‘está todo pagado’, ‘ya poh weón ahora’, ‘basta ya campeón’.
«Ahora, a cumplir lo que te prometí el otro día y gracias por sentirte orgulloso de tu hijo! ¿Qué más puedo pedir y darte? Y esa persignada final con el beso para todos… Uf, no se nos olvidará en la vida!».
El periodista de 54 años fue hijo único de su mamá. Sus padres se separaron cuando él era escolar. El niño quedó a cargo de su madre y sus abuelos, en Hualpén.
Haciendo recuerdos en televisión, el conductor ha contado cómo, de niño, tenía que ir a buscar a su papá a un expendio de bebidas alcohólicas cercano a su casa. Luego, el padre formó otra familia.
En tanto, en una entrevista más reciente, Rodríguez relató que «para no repetir patrones estuve coacheándome con dos personas distintas, con una fueron dos meses y con otra un año y ocho meses”.
Detalló:
«Lo preferí a terapia porque no quería autoanalizarme, sino que aprender dos cosas en que sentía falencias: no repetir patrones de conducta y explorar en mí cosas que me hacían no generar relaciones íntimas con la gente que más quería. Tenía muy buenas relaciones, pero no relaciones íntimas poderosas. Y aprendí a trabajarlo porque no es fácil.
«Para mí ha sido un cambio de vida. Porque, a pesar de que soy profesional, educado, una persona culta, tengo miles de herramientas emocionales y habilidades blandas, ¡y me cuesta! Imagina al grueso del país que no cuenta con las posibilidades ni de ver lo que yo vi y decir: necesito ayuda para superar esto.
«Fue muy bueno, descubrí que para estar bien y sano hay que trabajarse emocionalmente. Ya no lo hice cuando niño, entonces me vine a trabajar de viejo. De grande empecé a preguntarme por qué era así y por qué me molestaban ciertas cosas.
«Me molestaban los curados. Entonces, me fui apartando de la pareja que se curaba; si lo hacía, ella era lo peor del mundo. Si estaba en un lugar y veía muchos curados, me quería ir. Y me preguntaba por qué era eso, ¿qué hay en mí que genera esta situación casi fóbica?
«Fui descubriendo cosas en mi pasado, en mi familia, en mi padre… Cuestiones que no resolví, las metía bajo la alfombra, las ‘superé’ y le seguí dando. Hasta que lo resolví, hasta que viajé, hasta que hablé y hasta que encaré después de años. Cuando hice todo eso no volví a repetir el patrón».