«A mi mamá no la veo desde hace siete años. No sé nada de ella», «a raíz de esta historia que cuento (que fue abusada por su padrastro cuando era niña)…»: el testimonio de Erika Olivera
«A raíz de esta historia que cuento en el año 2016 yo vuelvo a sentir el abandono, pero siendo adulta. Vuelvo a sentir ese abandono de parte de una madre», afirma Erika Olivera.
En 2016 la ex atleta y hoy diputada denunció a la PDI a su padrastro, el pastor evangélico transandino Ricardo Olivera, por haber abusado sexualmente de ella desde los cinco a los 17 años.
Este fin de semana Olivera estuvo en Podemos Hablar, el programa de Chilevisión donde relató qué pasó en la relación con su mamá tras su denuncia:
«A raíz de esta historia que cuento en el año 2016 yo vuelvo a sentir el abandono, pero siendo adulta. Vuelvo a sentir ese abandono de parte de una madre, y eso es doloroso. A mí mamá no la veo desde hace siete años, voy para los ocho años. No sé nada de ella.
«Después del 2016 no supe nunca más. ¿Y por qué comparto esto? Porque muchas veces, y ojalá que esos padre y madres que me están viendo, entiendan que el abandono marca para toda tu vida lo que tú puedes ser a futuro.
«Cuando yo le cuento por primera vez a ella yo era súper chica, tenía once, doce años. Entonces, tenía la esperanza de que la persona más importante en el mundo me creyera de esto doloroso que esta a viviendo, y lamentablemente no fue así.
«Vale la pena (expresar las experiencias de abuso). De todas maneras. Pero también hay algo que se llama derecho al tiempo, y que eso también lo hemos trabajado y es súper importante… Es súper difícil decirle a una persona que ha sufrido abuso o violación que se atreva a contarlo, que lo cuente, que lo suelte. Porque no es fácil. Para mí no fue fácil. Fue un camino que tuve que recorrer por muchos años.
«Al principio no podía hablarlo. Yo tocaba el tema y era llorar. Descubrí que esa fue una de mis terapias, cuando me di cuenta que lo conversé con la primera persona y que lloré mucho, y después traté de conversarlo con otra, siempre personas muy cercanas, y así fui sacando.
«Para un niño no es fácil llegar y decir algo que es tan doloroso… Es difícil decirles ‘atrévete’.
«Por eso es importante el rol que los padres cumplimos en eso. Yo soy mamá de cinco hijos y me he preocupado desde siempre de prevenir a mis hijos y hablarles de acuerdo a sus edades, etapas de desarrollo, pero jamás les negué a ellos lo que a mí me tocó vivir.
«Mi hijo que hoy tiene 15 años, hace dos me preguntó, porque estas conversaciones las tuvimos desde que ellos eran chiquititos, ‘¿mamá, por qué tú no te relacionas con tu hermana, con tu mamá? ¿Qué pasó?’.
«Mi hijo tenía trece años en ese entonces, y me senté con él y la conversación fue distinta a la que yo tuve con él a los cuatro o cinco años. El rol que tenemos los padres de educar y prevenir a nuestros hijos es importante. Hay muchas familias, niños y niñas, que no reciben esa educación integral».