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Eduardo Cruz-Johnson en una imagen tomada de la pantalla de Podemos Hablar, en Chilevisión.

«Lo único que recuerdo es a mi hijo diciendo ‘¡papá, por favor no nos dejes ahora!’… Y no supe más de mí durante una semana»: Eduardo Cruz-Johnson recuerda su infarto

Autor: Equipo Glamorama / 15 julio, 2023

«Me tienden la cama y lo único que veo es una cosa azul que se viene a la cara. Y no supe más de mí durante una semana», recuerda Eduardo Cruz-Johnson sobre el infarto que sufrió en 2017.

El conductor de noticias de TVN de los ’80 y ’90, de 66 años, relató esa experiencia de vida o muerte en Podemos Hablar, en Chilevisión:

«En un momento de mi vida decidí independizarme y tener una empresa propia. La tuve. Era de venta de artículos de mercandishing, artículos publicitarios, impresión digital. Y me llama una empresa internacional y me dicen ‘necesitamos hacer dos mil muebles’. ‘Sí. Yo se los puedo hacer’. Perfecto. Llego al taller a preparar al personal.

«Me llaman de nuevo y me dicen ‘son cuatro mil’. «Bueno. Ok. Van a ser cuatro mil’. Me vuelven a llamar al tercer día y me dicen ‘van a ser doce mil’. ‘Ok. Vamos’, le dije yo.

«Empiezo a fabricar esos muebles. Como los maestros míos no cumplían, los llamaba enardecidamente porque teníamos que cumplir las entregas parciales, etc. Y me pongo a gritar y a gritar y los trataba mal, y de eso me arrepiento muchísimo. Pero esto era cosa de lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábado, etc.

«Hasta que hubo un día en junio que era feriado que yo me recuesto en mi dormitorio. Mi hijo Ignacio, que es kinesiólogo, me iba a ver cada dos o tres días para saber cómo estaba su padre.

«En un momento llega y me encuentra tendido en la cama y me dice ‘papá, ¿qué te pasa?». ‘No sé’. ‘¡Pero papá, levanta las manos!’. ‘No puedo’. ‘Levanta los pies’. ‘No puedo’. ‘Papá’, me dice. Saca de su maletín algo y me dice ‘vamos a la clínica urgente’.

«Me monta al hombro, a sus espaldas, me lleva en el auto. ‘Papá, no te vayas todavía…’

«El, con códigos que yo no entiendo, llamaba a la doctora jefa de la clínica, de urgencia. Y me estaban esperando no en la clínica, me estaban esperando en la calle. Todo un equipo. Lo único que recuerdo era de Ignacio diciendo ‘¡papá, por favor no nos dejes ahora!’.

«Me tienden la cama y lo único que veo es una cosa azul que se viene a la cara. Y no supe más de mí durante una semana. No sé si fueron tres o cinco días de coma inducido.

«Estaba con un 80% de perder la vida y un 20% de sobrevirvir. Fue un infarto al miocardio y me hicieron una cirugía. Después: ‘Papá, estuviste a punto de morir… De ahora en adelante vive, aprovecha la vida’, que no le hecho muy bien. De testarudo, de trabajador. Sigo trabajando fuerte, sigo levantándome, sigo siendo indisclipnado con mis medicamentos y mi alimentación…»