«Me iba a casar. Decidí no casarme y me di cuenta a las semanas que estaba embarazada…», relata Carolina de Moras
«Me iba a casar. Decidí no casarme y me di cuenta a las semanas que estaba embarazada», cuenta Carolina de Moras.
La ex modelo, animadora y esposa del abogado Felipe Bulnes -quien representó a Chile en el litigio con Bolivia en el Tribunal de La Haya-, relató su historia con su ex pareja, el ingeniero Claudio Khamis, padre de su única hija, hoy de 14 años.
La también decoradora de interiores, de 42 años, contó en el último capítulo de De Tú a Tú, en Canal 13:
«Siete u ocho años (duró su relación con Khamis). Yo estaba súper enamorada, lo miraba y lo amaba pero con todo mi ser. Me sentía pololeando con un súper hombre, y en ese entonces teníamos una súper buena relación. Después yo empecé a crecer, teníamos mucha diferencia de años, catorce años, él era mayor que yo.
“Empecé a ceder mis espacios, porque estaba con este hombre que manejaba la vida mucho mejor que yo. Y me empezó a chocar y ser poco congruente con mi forma de ver la vida. Venía de vivir fuera de Chile y de repente me dejé llevar y me dejé estar.
“Se empezaron a formar las diferencias. Los dos estábamos súper proyectados en armar una familia, pero teníamos mucha diferencia de personalidad y carácter. Súper diferentes.
«No me alcancé a casar. Me iba a casar. Decidí no casarme y me di cuenta a las semanas que estaba embarazada. Y él estaba súper enojado conmigo, molesto, enrabiado, que se entiende, porque nos íbamos a casar y yo le dije que no.
“Yo había viajado con mi mamá a comprarme el vestido. Tenía todo planificado, organización de cómo nos íbamos a casar y todo, y a última hora decidí ‘no me quiero casar, no me siento novia, no es lo que quiero. No lo puedo hacer, no es lo que siento que tengo que hacer’, y le devolví el anillo.
“Y ahí me di cuenta que estaba embarazada. Y si te tiran el anillo por la cabeza, no vuelves diciendo ‘sí, estás embarazada ahora, que rico’. Le cayó mal, fue difícil. Yo todo mi embarazo lo viví sola.
“No hay período de espacio para poder pensar qué pasó y simplemente fue ‘ok, bueno…’. Aparte que yo me sentía súper mal y súper fracasada, porque decía ‘¿cómo voy a ser mamá soltera?’.
“Es que no era. Uno trata de engañarse e imaginarte de blanco, y la fiesta. Y decía ‘¿esta relación, llevándonos así toda la vida? Si esto no va a mejorar’. Y también súper consciente de que el matrimonio no iba a mejorar las diferencias de personalidad y carácter que teníamos.
“Y para mí fue muy duro, porque dentro de los dibujos que todos tenemos y cómo visualizamos nuestra vida, yo siempre me visualicé logrando la familia que yo había tenido. Era mi referente. Me sentía fracasada, dolida, sola, súper sola de nuevo, súper botada, avergonzada con mi familia, fallándole a todo el mundo.
“Fue súper duro, y duro por la soledad sobre todo. Vivía sola en un departamento, volví a bancarme el dolor y la frustración sola.
«Y la decepción de lo que había hecho, porque miraba para atrás y decía ‘¿pero cómo? Si yo hace dos años vivía sola y era feliz. Y ahora estoy acá, haciendo una guagüita, que la quiero con toda mi alma, pero no le voy a dar la familia que le corresponde’».
